La situación del PP es un sinvivir a la espera de que alguien dé el paso sucesorio

Alberto Núñez Feijóo, Albert Rivera y Soraya Sáenz de Santamaría. / Mundiario
Alberto Núñez Feijóo, Albert Rivera y Soraya Sáenz de Santamaría. / Mundiario

El verdadero combate comenzará este mismo lunes, cuando se inicie la cuenta atrás para el congreso extraordinario. En la contienda por el liderazgo, el más grave riesgo con que se enfrenta el PP es dar una imagen de división interna

La situación del PP es un sinvivir a la espera de que alguien dé el paso sucesorio

En el  congreso de los ratones de la fábula se dirimía una cuestión principal. ¿Quién le pone el cascabel al gato? Ponerle un artilugio al enemigo para saber de su presencia era misión perentoria para los roedores congresistas. Eso les permitiría si no eliminar al enemigo, por lo menos mantenerse a raya del peligro y obrar en consecuencia. El Partido Popular está hoy en una situación parecida, variando un tanto los términos de la cuestión ratonera: ¿Quién de los tres posibles candidatos, Cospedal, Feijóo o Soraya Sainz de Santamaría decidirá ponerse el cascabel de candidato para tomar las riendas de un partido condenado judicialmente, desahuciado del Gobierno de la nación por la  mayoría del Parlamento y pendiente de otras futuras sentencias judiciales que pudieran llevar al banquillo a alguno de sus más destacados  referentes? Los cargos intermedios de uno otro bando esperan impacientes ese gesto, que alguien se ponga el cascabel de candidato, para poder ellos también obrar en consecuencia, tomar posiciones y encauzar su futuro político.

En una formación tradicional, como el Partido Popular, con tantos profesionales de la política, provenientes en su mayor parte de los criaderos propios del partido, muchos sin otro oficio que el de intentar medrar en la organización y llegar algún día a probar las mieles del poder, la actual situación de incertidumbre debe de ser para ellos un verdadero sinvivir. Huérfanos de un líder, al haberse apartado Rajoy (con exquisito cuidado de no señalar a ningún sucesor), y esperando que alguno de los posibles pretendientes o, quién sabe, cualquier otro  “outsider” salga a la pista para poder situarse en la cabeza de la pole position, no es de extrañar que los “suboficiales” del PP anden nerviosos y angustiados, sin atreverse a mostrar sus preferencias ni decir algo de lo que puedan arrepentirse. A no ser, claro está, que lo hagan amparados por el anonimato de las redes.

Así, ayer mismo, en el intento de que alguno de los tres aspirantes indefinidos se defina de una vez, alguien hizo correr el rumor de un principio de alianza entre el presidente gallego Núñez Feijóo y la ex vicepresidenta del Gobierno Sainz de Santamaría, lo que puso en guardia a los partidarios de la señora Cospedal. En las redes surgieron, indistintamente, plataformas de apoyo a Soraya Sainz de Santamaría y a María Dolores de Cospedal, alimentadas y agrandadas con partidarios de una y otra. También en la red apareció una propuesta de fusión, desarrollada a partir del citado rumor, entre Feijóo y la ex vicepresidenta del Gobierno de Rajoy. Maniobras en un primer “round” de tanteo en  que ninguno de los aspirantes quiere dar un mal paso. Se insinúan a través de propios. Pero, por no arriesgar, ni siquiera saltan al “ring”.

El verdadero combate comenzará este mismo lunes, cuando se inicie la cuenta atrás para el congreso extraordinario. En la contienda por el liderazgo, el más grave riesgo con que se enfrenta el PP es dar una imagen de división interna, de luchas intestinas encarnizadas a un año de las elecciones locales, regionales y europeas y, quién sabe, si no será también de convocatoria de las generales.

En buena lógica y sobre el papel, tanto la secretaria general de los populares Dolores de Cosdpedal como la ex vicepresidenta del gobierno Soraya Sainz de Santamaría estarían mejor situadas que el presidente de Galicia Alberto Núñez Feijóo para suceder a Rajoy al frente del PP, al ser ambas diputadas en el Congreso. Eso permite a cualquiera de las dos hacer una oposición  de tú a tú  a Pedro Sánchez y a su gobierno en el foro más representativo, con más peso y repercusión mediática. Por eso, me resisto a creer que Feijóo sea el candidato “in pectore” de las cabezas pensantes del PP, sabiendo que, al estar fuera del Congreso, su gestión no sería debidamente ponderada y jugaría con gran desventaja contra el líder de ciudadanos Albert Rivera.

El PP, si no quiere disolverse como UCD (quizá sería lo más saludable para la regeneración política de este país), deberá elegir con muy buen juicio a su líder. Mientras que el Partido Popular se ha ido dejando jirones de su electorado elección tras elección (desde el 2011 hasta el 2015 ha perdido dos millones y medio de votos), Ciudadanos, la nueva formación que le disputa el espacio y la clientela, va in crescendo en intención de voto y robando militantes del predio de los populares. @mundiario

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