En el tablero sirio confluyen intereses económicos y sobre todo geopolíticos

Mapa de Siria.
Mapa de Siria.

Pensar ahora en la posibilidad de una solución negociada para Siria -y todo el Oriente Medio- es un sueño más utópico que el de Luther King en 1963.

En el tablero sirio confluyen intereses económicos y sobre todo geopolíticos

Si Martín Luther King asistiera el pasado miércoles a los actos conmemorativos del cincuenta  aniversario de su histórico discurso “I have a drean”, esbozaría una sonrisa de satisfacción al ver que el primer orador del acto era un presidente de los Estados Unidos negro como él. 

Seguro que pensaría que falta mucho por hacer a favor de la justicia y la igualdad, pero su sueño de que “un día los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos amos serán capaces de sentarse juntos en la mesa de la hermandad” ya es una realidad en gran parte. 

Pero puede que en esa conmemoración Luther King estuviera como viviendo una pesadilla. ¿Volvería a tomar la palabra delante del monumento a Lincoln para mostrar su  discrepancia con la intervención militar en Siria que su presidente estaba preparando mientras glosaba aquel discurso suyo de de cincuenta años atrás?. 

¿O quizá Luther King no se opondría a esa intervención militar que justificaría como respuesta necesaria de la comunidad internacional para acabar con el poderío militar y la capacidad de matar del régimen de Bachar el Asad a su pueblo?. ¿Cabe pensar incluso que el líder negro reprochara a esa misma comunidad internacional la tardanza de la intervención para evitar las matanzas de miles de personas, porque los asesinatos con armas convencionales que se suceden en aquel país desde marzo de 2011 no son una atrocidad menor que los cometidos hace unos días con armas químicas?.

Las armas están preparadas 

Preguntas y suposiciones aparte, las armas están preparadas y las potencias aliadas aplicarán un tratamiento correctivo al régimen sirio en sus objetivos militares sin buscar derrocar al tirano Bachar el Asad y a su cúpula que quedarán más debilitados, pero tendrán capacidad suficiente para seguir masacrando al pueblo. 

Los bombardeos tendrán efectos colaterales letales para la población civil y no acabarán con la guerra civil interna. Lo que venga después es una incógnita, pero será lo más parecido al recrudecimiento de la violencia en el interior y puede que genere un conflicto internacional porque en el tablero sirio confluyen intereses económicos y sobre todo geopolíticos y geoestratégicos.  

Pensar ahora en la posibilidad de una solución negociada para Siria -y todo el Oriente Medio- es un sueño más utópico que el de Luther King en 1963. Pero la alternativa del bombardeo y sus efectos acabará en pesadilla. Como pesadillas son los efectos de las “guerras salvadoras” de Occidente que están a la vista en Irak, Libia o Afganistán.

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