¿Será inestable el próximo Gobierno de España?

Palacio de la Moncloa. / laSexta
Palacio de la Moncloa. / laSexta
Los votos de Ciudadanos serán irrelevantes para socialistas y populares porque no les granjearán mayoría de gobierno. Lo que podía haber sido en abril y que Rivera se encargó de evitar con gran contento de Sánchez, en noviembre será imposible.
¿Será inestable el próximo Gobierno de España?

A un mes de las elecciones generales hay indicios suficientes para asumir que los comicios no resolverán la cuestión principal: formar un gobierno estable, monocolor o de coalición, capaz de gobernar, esto es, de tomar decisiones sobre los principales problemas del país: estancamiento económico, desempleo, pensiones, política territorial, deterioro de los servicios públicos, etc.

Hacemos la anterior afirmación a tenor de las encuestas hasta ahora publicadas, muchas y diversas pero con algunas coincidencias básicas: a) que el PSOE será la fuerza más votada, b) que sólo alrededor de los socialistas se podrá formar gobierno aunque precisará de varios socios, c) que Ciudadanos sufrirá un retroceso electoral en beneficio de otros partidos, d) que el nuevo partido de Errejón sólo servirá para debilitar a Unidas-Podemos, e) que el PP mejorará resultados pero lejos de intentar gobernar y f) que Vox continuará formando parte del paisaje.

Con esos resultados, los votos de Ciudadanos serán irrelevantes para socialistas y populares porque no les granjearán mayoría de gobierno. Lo que podía haber sido en abril y que Rivera se encargó de evitar con gran contento de Sánchez, en noviembre será imposible, pues ningún otro partido sumará sus votos a esa posible coalición que ahora sería minoritaria. Como la derecha no sumará una mayoría, sólo la alianza coyuntural o permanente del PSOE con los grupos de Errejón e Iglesias más el PNV y si hace falta el resto, nacionalistas catalanes, valencianos, cántabros y lo que surja, permitirá formar gobierno.

Por otra parte, la posibilidad de gran coalición PSOE-PP que los comentaristas saludan alborozados, es más que dudosa, salvo en forma de abstención popular para que Sánchez sienta todavía más la soledad y precariedad.

En esas condiciones el Gobierno no ganará en estabilidad, estando todos sus socios y potenciales aliados más atentos a su ganancia particular que a los intereses del país. Y, al tiempo, sometidos a un acoso implacable de la oposición. Mal escenario tras años de incertidumbre y con todos los problemas citados más la guerra comercial EEUU-China y el Brexit sobre la mesa. Y con el conflicto catalán otra vez en punto álgido, seguido de elecciones autonómicas en esa Comunidad.

La anodina campaña de los candidatos augura lo que viene. Ninguna atención a los problemas importantes. Alharacas sobre asuntos menores o simbólicos mientras se hurtan al debate los asuntos relevantes. Petición unánime al elector para que vote por emociones antes que por razones. Todo el mundo sabe que el elefante de la ingobernabilidad está en la habitación pero piensa que no hablando de él no existe.

Así que hasta las quintas elecciones anticipadas viviremos instalados en descalificiones, tuits, mitines y ruedas de prensa pero sin capacidad de desarrollar políticas anticíclicas que eviten un nuevo retroceso económico. No es un panorama estimulante para ir a votar. La formidable abstención en las recientes elecciones portuguesas indica el grado de desafección silenciosa. Es cierto que en la democracia gobiernan los que votan, no los que desertan de las urnas, pero como síntoma social es preocupante. Por eso crecen las peticiones de personas que no desean recibir propaganda electoral, conscientes de que poco o nada interesante llegará a sus buzones.

Como no hay contenido, abundan las provocaciones, con Cudadanos (Garauta) y Vox (Ortega) compitiendo para decir la mayor extravagancia, barbaridad, inexactitud o insulto, tanto tiene.. A falta de argumentos, emociones groseras, descalificaciones absolutas y el autorretrato de dirigentes ineptos cuando no dañinos.

Vayamos pues jubilosos a elegir un Gobierno que no gobernará demasiado, a una oposición que no ofrecerá alternativas, a unas elecciones que sólo ofrecen más de lo mismo. Si no nos gusta el resultado, no hay que desconsolarse pues más pronto que tarde habrá nuevas elecciones. @mundiario

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