Los recursos a la sentencia del 'Prestige' es poco probable que lleguen a buen puerto

La foto del Prestige de Xurxo Lobato que ya ha hecho historia.
La foto del Prestige de Xurxo Lobato que ya ha hecho historia.

La sentencia del 'caso Prestige' no parece impecable desde el punto de vista jurídico, ya que los jueces no dieron valor al hecho que señala la causa catalizadora del siniestro.

Los recursos a la sentencia del 'Prestige' es poco probable que lleguen a buen puerto

El desconocedor de los entresijos de las leyes y sus procedimientos se asombra de que tras diez años de investigación la Justicia española no haya encontrado a los responsables del  hundimiento del Prestige y los daños que le siguieron. Una historia de escopeta nacional, con cacería de perdices y todo más.

Los hechos no tienen vuelta de hoja: un fortísimo temporal daña el casco del petrolero frente a Galicia, de sus tanques fluyen toneladas de chapapote contaminante. Su capitán, evaluada la la situación, solicita permiso para arribar a una ría alta donde poder trasvasar la carga reduciendo al mínimo el impacto ecológico de los vertidos; pero se encuentra con que las autoridades políticas, más temerosas de la opinión pública de lo que conviene a gestores de los bienes comunales, le conminan a alejar el barco de nuestras costas. Lo que, si no constituye negación de auxilio a buque siniestrado, le falta un hilillo.

Fue un disparate la campaña mediática para presentar al capitán Mangouras como responsable del desastre: él, justamente por serlo, conocía mejor que nadie el estado del buque y podía encontrar el modo de salvarlo con su carga sin exponer a la tripulación a los peligros de un naufragio. No debió de ser penado por resistirse a obedecer la orden de alejamiento, decisión que ningún experto solvente e imparcial se atrevería a defender como la única disponible. No merecía el viejo lobo de mar griego tamaña afrenta a su honor profesional, ni la amargura de los turrones comidos entre rejas.

La sentencia no parece impecable desde el punto de vista jurídico, ya que los jueces no dieron valor al hecho que señala la causa catalizadora del siniestro: el barco se hundió mientras los remolcadores lo arrastraban hacia alta mar en medio de una galerna de mil anemonios, lo que prueba que la petición de Mangouras estaba bien fundada. Excepto que se pudiera demostrar que habría pasado lo mismo caso de traerlo a tierra.  

Para contentar a los agraviados por el fallo absolutorio y ver de recuperar una pasta en indemnizaciones, el Gobierno central y la Xunta anuncian acciones legales por vía civil contra la naviera y la aseguradora.  Es poco probable que lleguen a buen puerto.

 

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