Sánchez lleva a Iglesias, como aliado de éste, a verse con Torra

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Iglesias y Torra.
Si ayer le quitaba el sueño tener a Iglesias cerca porque era partidario del referéndum independentista, Sánchez lo lleva ahora a la reunión con Torra donde se ventile el asunto 
Sánchez lleva a Iglesias, como aliado de éste, a verse con Torra

La confirmación, alabada en el Congreso por la portavoz del grupo socialista en el Congreso, Adriana Lastra, de que Pablo Iglesias estará en la mesa bilateral de la negociación del Gobierno de España con el de la Generalitat, evoca inevitablemente una de las razones principales que, según el doctor Pedro Sánchez, le habría quitado el sueño, caso de haber tenido entonces como miembro de su gobierno a su actual viceministro, justamente por ser partidario de la celebración del referéndum por la independencia de Cataluña. Iglesias no ha cambiado de ideas, las ha acomodado –como él mismo dijo—para hacer posible el gobierno de coalición. Qué ocurre ahora, pues que Sánchez coloca a su lado, en una negociación sin líneas rojas a un alertado aliado de lo que Torra va a plantear, como repetidamente se anuncia. ¿Podrá dormir el presidente del Gobierno a partir de ahora?

El presidente inhabilitado como diputado ha dejado claro lo que llevará a la mesa, y se queja de que no sabe (aparte de las 44 medidas, que él considera medidas administrativas ordinarias) que va a llevar a esa mesa Pedro Sánchez. De todos modos, saber que al lado de éste habrá un miembro del Gobierno que apoya una de sus reivindicaciones tiene que tranquilizarlo.  De modo, el ambiente se va preparando: el ex presidente viajero José Luis Rodríguez Zapatero dice que se debe reformar el Código Penal a la carta para revolver lo de Cataluña, y el secretario general del PSC, Iceta, añade que no ayuda al conflicto mantener a Junqueras en la cárcel.

Conviene situarnos bien porque se presentan varios frentes: aparte de la reunión bilateral entre gobiernos, de igual a igual, que ERC, es decir, Junqueras a través de sus vicarios, impuso a Sánchez, éste ha ido más lejos en su generosa respuesta, a apuntar que, de paso, se reactive la Comisión Bilateral Estado Generalitat, donde que se debata la transferencia de algunas competencias pendientes para Cataluña. Es decir, más competencias, más dinero y más recortes a las del Estado.

Y no nos olvidemos de que el marco general obvia en todo caso la Constitución, ausente de todos los documentos, acuerdos y reuniones (como Sánchez invocaba antes como espacio irrenunciable); la “desjudialización” del conflicto (es decir, anular los afectos de los actos de los sediciosos y evitar que sus conductas –que por cierto han manifestado dispuestos a reiterar---puedan ser de nuevo sancionadas por vía penal), ya que la Ley, o sea, aplicarla y cumplirla ya no es suficiente. Y como en la mesa de la negociación no habrá líneas rojas y bien sabemos lo que ponen sobre la mesa los independentistas, ya nada nos puede sorprender. El propio Sánchez ha venido a decir que lo de la autodeterminación es un asunto que va de largo.

Lo más curioso es que mientras Torre no se ha movido un centímetros y Junqueras reitera que no han modificado sus objetivos, Sánchez parece ignorar tales evidencias con un discurso almibarado que refleja sus deseos y no la realidad. Y si ayer decía que el problema de Cataluña era un problema de convivencia y que no cabía solución fuera de la Constitución se atreve a convertir a Estado en responsable de los efectos de los actos de los alzados contra la constitución con párrafos como este: "La última década ha estado presidida por el desencuentro. El balance es lamentable. Nadie ha ganado. Todos hemos perdido. Hoy he venido a hablar de esperanza, de reencuentro".

Cuando se alude a un cambio de ciclo, ¿a qué se alude? Los independentistas siguen donde estaban. El único cambio es que la otra parte ha rebajado sus posiciones y admitir que los partidarios de salirse de España le expliquen cómo quieren hacerlo. En este sentido hay que agradecer a Rufián, a Torra o a Junqueras que no engañen a nadie con falsas figuraciones de una realidad que todos tenemos claro, menos Sánchez, por lo que se vé.

En el fondo, no deja de ser indecoroso que se pretenda que la imposición de ERC a Sánchez de ponerse a disposición de Torra se haya pretendido convertir en una iniciativa motu proprio del presidente para hablar con los presidentes de las autonomías. Cuando trataban con ERC que permitieran a Sánchez seguir en la Moncloa, fue éste quien llamó a Torra para quedar con el disfrazándolo como un contacto ordinario con los otros presidentes autonómicos, luego de haberse negado a responder a las llamadas de Torra, hasta qué este condenara la violencia.

Ahora, para que el camino de Torra sea más grato, lleva a un aliado con él porque milagrosamente ya no le quita el sueño lo que ayer lo perturbaba. @mundiario

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