Sánchez se emplea a fondo en “la legislatura del diálogo” e incluso acepta ver a Torra

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno. / RR SS.
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno. / RR SS.

La Moncloa y la Generalitat rebajan la tensión en una conversación telefónica tras varios meses de desencuentros. El Gobierno convocará una Conferencia de Presidentes para hablar con todos y Sánchez llamará también a los sindicatos y la patronal para la investidura.

Sánchez se emplea a fondo en “la legislatura del diálogo” e incluso acepta ver a Torra

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, se emplea a fondo en “la legislatura del diálogo”. Sánchez comenzó esta semana la cuenta atrás para intentar alcanzar su investidura, de ser posible, antes de fin de año. Desde el pasado 10 de noviembre,  fecha en que se realizaron las nuevas elecciones, los españoles esperan pasar una nueva página. Esta vez, a España le ha costado concretar una nueva centralidad política.

El primer paso dado por Sánchez, tras su elección, fue sellar el acuerdo para un gobierno de coalición con Pablo Iglesias, secretario general de Unidas Podemos, dando lugar al primer acuerdo gubernamental –de coalición– de la historia de la democracia española. A partir de ese momento, Pedro Sánchez abrió la ronda de consultas con el resto de formaciones parlamentarias, en aras de configurar una mayoría suficiente que propicie no sólo la investidura, sino también el Presupuesto y la propia gobernabilidad para los próximos cuatro años.

De acuerdo con voceros gubernamentales, citados por medios españoles, el propósito de Sánchez tras recibir el encargo del Rey es que no haya unas terceras elecciones. Sin embargo, en las primeras de cambio sus encuentros con los líderes del PP y Ciudadanos han dado al traste con sus esperanzas. Y es que el acercamiento con ERC tensa la cuerda para Sánchez. En esa línea, Pablo Casado, líder del PP, dijo "no" a la investidura de Pedro Sánchez. A juicio del líder popular, el presidente del Gobierno en funciones sólo está esperando "un certificado" de ERC desde la cárcel para ratificar el acuerdo que libremente ha elegido con Unidas Podemos". Mientras tanto, desde Ciudadanos, Inés Arrimadas, en su primer encuentro con Sánchez, buscó convencerlo para que rompa su pacto con el partido de izquierda, y a cambio promueva un acuerdo con PP y Cs. Aún cuando resultó infructuosa la propuesta, la portavoz parlamentaria de Ciudadanos mantiene la esperanza de que pueda prosperar si falla la negociación del PSOE con ERC para lograr la abstención de los independentistas catalanes. 

Llamadas, promesas y pactos en la lista de Sánchez

El PSOE y ERC reafirmaron sus pasos en las negociaciones bilaterales. La tercera reunión, celebrada hace siete días, permitió que las dos agrupaciones evaluaran los avances en la definición de los instrumentos necesarios para encauzar el conflicto político sobre el futuro de Cataluña. Adriana Lastra, actual vicepresidenta general del PSOE, se sentó con el resto de los partidos y en especial ERC, que parece la única opción vigente para los socialistas tras el rechazo de Casado y Arrimadas.

Pedro Sánchez y Quim Torra, presidente de la Generalitat, intercambiaron opiniones telefónicamente. El líder socialista se ha mostrado dispuesto a reunirse con el presidente de la Generalitat "lo antes posible" para resolver "el conflicto político" en Cataluña, una vez que haya Gobierno. El político catalán aduce que la solución al conflicto pasa por el ejercicio al derecho a la autodeterminación y el fin de "la represión", así como la puesta en libertad de los políticos soberanistas presos, según fuentes de la Generalitat.

Los dos caminos de Sánchez

Ahora bien, a Sánchez le mueven dos escenarios, el primero de ellos ya en vísperas de Navidad: si logra su investidura como presidente del Gobierno, podría nombrar de inmediato a sus ministros y a su tren de Gobierno. De inmediato, se podría convocar la sesión solemne de apertura de legislatura, que presidiría el Rey Felipe VI. Sin embargo, esto no se espera hasta enero.

En caso contrario, esto es, si Sánchez no logra encauzar su investidura, tras la primera votación fallida empezaría a contar un plazo de dos meses para posibles nuevos intentos. En contraparte, si se cierran las opciones tocaría disolver las Cortes nuevamente a mediados de febrero para terminar convocando a nuevas elecciones generales. La fecha en ese caso sería el 5 abril. @mundiario

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