Sánchez dispara con bala y acusa a Iglesias de ser el principal escollo para pactar

Pedro Sánchez (centro) rodeado de su Ejecutiva. / Twitter
Pedro Sánchez, en el centro, rodeado de su ejecutiva. / Twitter

El presidente de Gobierno ha perdido por completo la paciencia con el líder de Unidas Podemos y ya no oculta su molestia ante sus peticiones. El 70% de las bases de Podemos –votaron más de 138.000 personas– apoya el Gobierno de coalición que propone Iglesias.

Sánchez dispara con bala y acusa a Iglesias de ser el principal escollo para pactar

Pedro Sánchez se ha dejado de diplomacia este jueves y ha acusado con el dedo a Pablo Iglesias por el bloqueo político actual. El presidente del Gobierno aseguró que su otrora socio prioritario es hoy por hoy "el escollo" para cerrar un acuerdo de investidura con Unidas Podemos. Las discrepancias con el líder morado son, en análisis de sus palabras, irreconciliables. "Pablo Iglesias habla de presos políticos y yo necesito un vicepresidente que defienda la democracia española", explicó en La Sexta durante una entrevista en que aprovechó para lanzar avisos, condiciones y hasta amenazas. Pidió a Pablo Casado y Albert Rivera que se abstengan en la votación de investidura de la semana entrante "por España".

El jefe de Gobierno también ha remarcado que su oferta de meter a integrantes "cualificados" de Podemos en su Consejo de Ministros se mantiene pero la misma expirará la semana entrante cuando inicie el debate de investidura. Si fracasa el proyecto y se realiza un segundo intento en septiembre, tampoco se pondrá sobre la mesa un Gobierno de coalición con los morados. "Mantengo la oferta hasta el día de la votación", dijo en alusión al 23 y 25 de julio. "Después no habrá ninguna oferta", zanjó.

Durante la mañana se filtró que el líder socialista ya había confesado a su círculo más cercano que las peticiones de ministerios de Iglesias fueron para Hacienda y Trabajo y Comunicación, así como una vicepresidencia social. En la entrevista concedida a La Sexta solo confirmó "algunas de ellas" a fin de evitar tener que cargar con tamaña confesión. El lunes, en un espacio en la cadena SER negó que Iglesias le haya pedido una vicepresidencia.

En lo que no tuvo titubeos fue para confirmar que las negociaciones con Podemos están rotas por culpa de Iglesias y su obstinación. "Dos líderes de dos partidos que divergen en temas tan importantes no pueden estar en el mismo Gobierno, por lo que le pido a Pablo Iglesias que dé un paso atrás y proponga que entren personas cualificadas de Unidas Podemos", dijo para luego asegurar que algunos temas como la crisis de Cataluña los ponen en posiciones contrarias. De paso, ha apuntado que será él mismo quien de la cara por declaraciones y acciones de su futuro Gabinete, por lo que él tiene todo el derecho a decidir quién forma parte de él y quién no, le guste o no le guste al señor Iglesias, le faltó decir.

Oferta con fecha de caducidad

El jefe de Gobierno abrió de nuevo la posibilidad de hacer un Gobierno de coalición con los morados bajo la condición de que Iglesias vea todo desde su casa. No obstante, esta oferta vence el 31 de julio y no habrá "ninguna oferta". Así, el presidente mete todavía más presión a Iglesias para que acepte cuanto antes lo que tiene sobre la mesa, pues en septiembre Sánchez no querrá ni oír hablar del tema. De entrada, el 70% de las bases de Podemos –votaron más de 138.000 personas– apoya el Gobierno de coalición que propone Iglesias.

Lo que viene ahora será una nueva tanda de llamadas que deberá hacer el mismo jefe de Gobierno en persona a los líderes de los grandes partidos en la Cámara Baja. Así, tendrá que ponerse en contacto con Iglesias para repetirle -de nuevo- por qué no puede entrar al Ejecutivo; a Casado y a Rivera les pedirá que se abstengan en la votación de investidura, algo realmente imposible viendo las cosas. En plena entrevista, Sánchez vio en directo la votación del Parlamento de La Rioja en la que el PSOE se quedó a un voto de gobernar porque la única diputada de Podemos les vetó.

Iglesias no es capaz de tomar las riendas de su partido a nivel regional, otro punto en contra a ojos de Sánchez. Eso y que insiste en que Podemos estará en el Ejecutivo "para vigilar" a los socialistas, algo que al presidente no le hace ninguna gracia. "No puedo meter en mi Gobierno a alguien que dice que no se fía de mí", lamentó. @mundiario

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