Sánchez, que descarta pactar con el PP, apuesta por el apoyo de Cs y Unidas Podemos

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno en funciones. / Instagram
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno en funciones. / Instagram

El líder del PSOE ha reiterado que un pacto con los populares resulta inviable. Sin embargo, apunta a conseguir un entendimiento con el partido naranja, ya sin Albert Rivera, y la formación de Pablo Iglesias. 

 

Sánchez, que descarta pactar con el PP, apuesta por el apoyo de Cs y Unidas Podemos

Pedro Sánchez tendrá un enorme desafío para conformar un nuevo Gobierno en España. Tras las elecciones legislativas del 10-N, el presidente en funciones tendrá por delante un nuevo Congreso que será fragmentado porque habrá una representación de 16 partidos. El PSOE ha colocado 120 diputados, tres menos del pasado 28-A. Sin la mayoría necesaria, los socialistas ahora se embarcarán en buscar los pactos que le permitan mantenerse en La Moncloa. 

Sánchez se ha reunido este lunes con los dirigentes del PSOE para comunicarles que liderará las negociaciones para acabar con el bloqueo político antes de que termine este 2019. De acuerdo a fuentes citadas por El País, el presidente en funciones ha brindado su análisis sobre los resultados del domingo. Del saque ha descartado aliarse con el PP para conforma una gran coalición en el Ejecutivo. Ya lo había adelantado la semana pasada en una entrevista. 

Seguidamente, Sánchez se refirió a la debacle de Ciudadanos. El partido naranja fue el gran perdedor del 10-N ya que solo obtuvo 10 diputados. En las elecciones del 28-A, había logrado 57 escaños. La grave caída de Cs ha motivado la despedida de Albert Rivera de la política. Con la salida de su líder por más de 13 años, el presidente en funciones apunta a lograr la abstención de los naranjas o, en el mejor de los casos, sumar sus votos para acabar con el bloqueo político. 

En el Ejecutiva del PSOE miran con buenos ojos que los diputados de Cs se abstengan en la segunda votación, donde no se exige la mayoría absoluta, en el proceso de investidura en el Congreso. Así, los socialistas sumarían sus votos a la de otros partidos con los que pueden pactar como Unidas Podemos (35), PNV (siete), Más País (tres) y los partidos regionalistas no soberanistas con un representante en el Parlamento como el PRC —el único que le dio el voto a Sánchez en julio— y Teruel Existe.

De momento, el consejo federal de Cs se reunirá en dos semanas. Allí se definiría a un nuevo presidente, cuya objetivo será tratar de recomponer la crisis interna que enfrentan. Haber sido desplazado por una formación ultra como Vox y abrirle el camino a otras agrupaciones como Unidas Podemos y Más País para tener un protagonismo político, terminaron por pasar factura a Rivera. 

En Ferraz también apuntan a Unidas Podemos. Tras las elecciones del 10-N, los socialistas se han visto en la obligación de evaluar otra vez un acercamiento con la formación de Pablo Iglesias. A pesar de que las negociaciones para formar un Ejecutivo en julio pasado fracasaron y motivaron estos nuevos comicios. “La disposición es a entendernos y tratar de lograr acuerdos”, dijo el ministro de Fomento en funciones, José Luis Ábalos este lunes.  “Vamos a encarar los acuerdos con la máxima responsabilidad. Estamos en una etapa nueva y abiertos a escuchar lo que plantean”, ha reiterado. 

Los socialistas persisten en gobernar en solitario en La Moncloa, dijeron fuentes a El País. De hecho, Pedro Sánchez se postuló el domingo a presidir un Ejecutivo “progresista liderado por el PSOE”. Ese mismo día, Iglesias ha vuelto a reiterar su idea de que haya una coalición de los dos partidos para repartirse las carteras de una manera proporcional a su resultado en el 10-N. 

Como fuese el asunto, en el PSOE tenía previsto iniciar este mismo lunes los contactos con los líderes de todos los partidos, salvo Vox y los independentistas. En Ferraz se busca que en enero esté listo un techo de gasto para tener unos Presupuestos antes de marzo. Así se evitaría unas terceras elecciones que alimentaría todavía más a la ultraderecha de Vox, que el 10-N ganó un millón más de votos —de 2,6 a 3,6 millones— y se disparó de 24 a 52 diputados. @mundiario

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