Pedro Sánchez cede: el decreto anticrisis se tramitará como proyecto de ley

Pedro Sánchez. / Mundiario
Pedro Sánchez. / Mundiario

Nueva prueba de fuego para la estabilidad de la legislatura. El PSOE busca tramitar el decreto para paliar los efectos de la guerra en Ucrania admitiendo aportaciones de los grupos parlamentarios, ante la falta de ayuda para sacarlo adelante.

Pedro Sánchez cede: el decreto anticrisis se tramitará como proyecto de ley

Nuevamente el Ejecutivo pende de un hilo. Ante la falta de apoyo de los grupos parlamentarios en el Congreso, para aprobar el decreto anticrisis que busca frenar los efectos económicos ocasionados por el conflicto en Ucrania, el presidente Pedro Sánchez ha cedido admitir aportaciones de los partidos en un intento porque el plan de contingencia diseñado sea convalidado.

La votación de este jueves es crucial, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) no puede prescindir de un solo escaño, cuando necesita de la mayoría absoluta para poder aprobar el proyecto. Pero los tiempos son problemáticos para los socialistas, que enfrentan la negativa de la oposición y una fuerte tensión con sus aliados de la investidura, quienes han mantenido su respaldo al aire tras conocerse un presunto caso de espionaje en contra de decenas de dirigentes de los partidos independentistas, así como responsabilizan al Gobierno de Sánchez por haber llevado a cabo las escuchas.

Desde el Gobierno se les ha pedido a todos los grupos la responsabilidad para convalidar las medidas que están vigentes desde el 1 de abril. Pero ante las cuentas que indican que la iniciativa no saldrá adelante, el PSOE ha cedido a una de las principales condiciones del Partido Popular (PP) para dar una abstención y no ir en contra del decreto: tramitarlo como un proyecto de ley.

Se podrá editar el contenido del proyecto de ley

El PP había solicitado que el decreto se tramitara inicialmente como un proyecto de ley, lo que permitiría “las aportaciones de los grupos parlamentarios”. Para los populares, el texto redactado por el Gobierno es insuficiente, por lo que han pedido desde el inicio poder agregar sus propias contribuciones como “una rebaja de impuestos a las rentas medias y bajas, una rebaja en el IVA para la electricidad de acuerdo con las normas comunitarias, una gestión eficiente de los fondos europeos y una reducción en el gasto burocrático y político” del Ejecutivo que dirige Sánchez.

El plan anticrisis de Sánchez que será votado este jueves contempla las medidas de respuesta que entraron ya en vigor, como la ayuda de 20 céntimos por litro de gasolina o la prohibición para las revalorizaciones de los alquileres que sean superiores al 2 %. El presidente del PP, Alberto Núñez Feijoó le presentó el viernes a Sánchez la propuesta de su propio partido, pero no parece haber consenso como para que las medidas sean incluidas, en su totalidad o parcialidad, dentro del proyecto de ley.

Dada la poca vigencia de las medidas impuestas, de tres meses (hasta el 30 de junio), el Gobierno había descartado la posibilidad de que se tuviera que tramitar el decreto mediante el proyecto de ley. Pero en un intento por atraer los votos del PP, les permite a los grupos editar a su voluntad aspectos que, de acuerdo con las facultades de cada legislador, considere pertinente agregar o eliminar.

El PSOE busca apoyo en la oposición

Aunque el PP no había revelado su intención de voto, la portavoz del grupo parlamentario, Cuca Gamarra, ha insistido en la sesión de control que “aún queda tiempo” para negociar pues todavía “hay margen para aplicar más medidas” respecto al proyecto que ha preparado el PSOE y que considera que “ha llegado tarde y escaso”.

Por su parte, Vox y Ciudadanos ya habían adelantado que votarán en contra de la iniciativa, aunque los naranjas han dejado la puerta abierta a poder agregar ciertos aspectos concernientes a la energía nuclear. Ello ha ocurrido después de que el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, saliera a conversar con los portavoces de los grupos parlamentarios.

Pero el apoyo de ERC, JxCat, la CUP y EH Bildu pende de un hilo, después de que estas formaciones nacionalistas exigieran que el Gobierno asuma responsabilidades por el presunto caso de espionaje y que rueden cabezas. Aunque algunas formaciones, como ERC con sus claves 13 votos, han dejado su voto al aire, probablemente su apoyo no salga barato, especialmente después de que elevaran el tono acerca de las intervenciones y han pedido la dimisión de la ministra de Defensa, Margarita Robles.

Gabriel Rufián, portavoz de Esquerra, le ha recomendado al presidente que –por si lo necesita- llame “al señor (Alberto) Casero” para que le ayude a aprobar esta moción, en alusión al diputado popular que erróneamente votó a favor de la reforma laboral, que como en esta ocasión, no contó con el respaldo de los grupos independentistas. @mundiario

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