¿Saldrá o no saldrá la política española algún día de la UCI donde agoniza?

Las palabras, ya se sabe, son seres vivos que nacen, crecen, se reproducen y, a veces mueren. Otras mutan, cambian de significado con el tiempo o van añadiendo nuevas acepciones que las enriquecen. A día de hoy existen cuatro conceptos que agonizan en este país llamado España. Nuestro sistema político, ese monstruo de siete cabezas alimentado y engordado por la fe de miles de votantes que creímos en el compromiso y en la honestidad, ha devorado a pasos agigantados vocablos como “Democracia”, “Estado de derecho”, “Bienestar social” o “Constitución”.

A este cuarteto de voces, imprescindible e indivisible para el apropiado desarrollo de un país, nuestros mal llamados políticos se han encargado de vaciarlas y succionarlas, de maltratarlas y vapulearlas, hasta dejarlas en su actual estado crítico. Tanto el “Estado de derecho” como el “Bienestar social” tienen los días contados y, a no ser  que ocurra un milagro, expirarán sin remedio cualquier día de estos. En cuanto a la “Democracia” y a la “Constitución” siguen ingresadas en la UCI asistidas con respiración artificial y, según el último parte, no parece que vayan a experimentar mejoría alguna en los próximos meses. Por lo visto, el trato que ha recibido cada una de ellas ha sido impío, denigrante y vergonzoso con lo cual su futuro a corto plazo peligra.

Ante semejante panorama, estremece comprobar la resignación con la que contemplamos el desarrollo de este angustioso trance en la salita de espera, como si tan solo aguardásemos, ya, que el doctor nos entregue el certificado de defunción y santas pascuas.