El ruso Navalni ratifica su acusación contra Putin de intento de homicidio

Alexéi Navalni, líder opositor ruso. / RR SS.
Alexéi Navalni, líder opositor ruso. / RR SS.
El opositor asegura que el presidente ruso podría ordenó la fabricación de armas químicas en un laboratorio secreto. Este viernes se reveló que el Servicio Federal de Seguridad de Rusia vigiló a Navalni desde el año 2017.
El ruso Navalni ratifica su acusación contra Putin de intento de homicidio
Alexéi Navalni, el opositor ruso, recuerda aquél fatídico 20 de agosto de 2020 cuando en un vuelo entre Siberia y Moscú presentó fuertes dolores y dificultad respiratoria que creyó le causarían la muerte. Luego de pasar un mes en el hospital Charité de Berlín luchando por su vida y tres meses después de una impresionante recuperación, ha hablado sobre el ataque silencioso que lo puso en contacto con la misteriosa sustancia química Novichok, lo que asegura se trata de un intento de envenenamiento ordenado por el presidente de Rusia, Vladimir Putin. 

“No tengo ninguna duda de que Putin ordenó envenenarme”, asegura en una entrevista concedida a El País, cuya publicación se da este lunes, el mismo día en el que el portal de investigación Bellingcat revela que el Servicio Federal de Seguridad de Rusia estuvo vigilando al opositor desde el año 2017.

Navalni, un abogado de 44 años que encabeza una organización opositora al gobierno de Putin, lo acusa de intentar asesinarlo como una forma de eliminar esa estructura de rebelión por considerarla un peligro así como considera a todo el que denuncie hechos de corrupción. Además lo acusa de querer consagrarse como el zar de Rusia, por lo cual, revela, que su intento de envenenamiento no es el primero ni el último. "Él no quiere tener opositores. Putin llegó al poder hace 20 años. Es demasiado tiempo. Y eso vuelve loco a cualquiera. Cree que puede hacer lo que quiera", agregó.

El disidente ruso presenta un argumento para su acusación contra Putín. Apunta que el Novichok es el agente tóxico más potente inventado por el hombre porque tiene una alta efectividad y no deja residuos en el organismo, pero cuya producción requiere de un laboratorio estatal por ser considerado un arma química y aunque admite que Rusia destruyó todas sus armas químicas en el año 2017, no descarta que se haya instalado un laboratorio secreto bajo las órdenes de Putin.

En este sentido, revela que en Rusia aún operan tres organizaciones que producen armas químicas y que operan con científicos de la etapa soviética. Menciona al Centro Científico Signal cuyo personal no solo está produciendo Novichok, sino que además trabaja en perfeccionar su uso a través de un proceso de neoencapsulación, que permitirá la aplicación de la sustancia hasta en un café y causaría la muerte en 20 minutos o en dos días. En esta última posibilidad se reducen a cero las posibilidades de determinar el día del envenenamiento. "¿Por qué el Kremlin necesita estas armas químicas? No seamos ingenuos. Los Gobiernos asesinan. Muchos Gobiernos…", remató.

El activista que por ahora está en Alemania donde todavía cumple tratamiento médico y está protegido por la policía de ese país, narra con detalles cómo vivió el día en el que se enfrentó cara a cara con la muerte. Estuvo hospedado en un hotel de la ciudad siberiana de Tomsk. Allí también habrían viajado tres agentes secretos de Rusia, según revela Bellingcat. Ni Navalni ni los investigadores de su caso tienen claro cuándo y cómo fue el contacto con la sustancia química. Se presume que fue a través de una botella de agua que estaba en la habitación, la cual tenía restos de Novichok según determinaron las experticias, y cuyo líquido tomó, aunque no recuerda si fue antes de irse a dormir la noche anterior o ese día por la mañana.

Sin embargo, Navalni no descarta que pudo haber sido a través de la ropa, la puerta o algún otro objeto que tocó durante su estadía en el hotel. De hecho, resalta que hubo objetos que estaban sobre la cama que no pudieron ser recuperados luego del incidente y en los cuales también pudo ir camuflado el veneno.

Una vez en el avión que lo llevaría a Moscú, Navalni se dio cuenta que algo no estaba bien, pues comenzó a sentirse mal, y aunque podía caminar y hablar, sentía que se enfrentaba a la muerte. Atribuye esos síntomas al potente veneno que según afirma, ataca el sistema nervioso y deja a su víctima "fuera de combate".  "Nunca antes había experimentado una situación igual. Fue diferente a los peligros que uno puede imaginar en su vida diaria, como que te disparen o algo así", señaló. @mundiario

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