¿Qué riesgos corre la monarquía en España?

Felipe VI junto a su padre, Juan Carlos, en la Pascua Militar. / Twitter
Felipe VI junto a su padre, Juan Carlos, en la Pascua Militar, en compañía de las reinas Letizia y Sofía. / Twitter
Felipe VI trata de alejarse del anterior Jefe de Estado, trazando un cortafuegos para salvarse. Pero hay grietas en esta estrategia. Una herencia no puede ser renunciada legalmente hasta que muere el causante.
¿Qué riesgos corre la monarquía en España?

La Casa Real ha insultado la inteligencia de la ciudadanía del Estado al pensar que la difusión de su comunicado suprimiéndole al rey emérito su remuneración con cargo a los Presupuestos del Estado y apartándose el Jefe del Estado del futuro cobro de los fondos de la Fundación Lucum iba a diluirse por la crisis sanitaria. Ya vimos hace días, cuando se supo de la investigación de la Fiscalía de Ginebra sobre la supuesta comisión de 100 M€ abonada por el entonces rey de Arabia Saudí, Abdallah, I a la Fundación Lucum (de la que el emérito sería el principal beneficiario) que el tema era muy grave y sería recurrente en el futuro, pero que tocaba, por encima de todo, respetar el derecho a la presunción de inocencia del anterior Jefe de Estado.

Sin embargo, la escena cambió radicalmente con la publicación el 13- M en el periódico inglés The Telegraph que el actual Jefe de Estado es el segundo beneficiario de este fondo, del que podría disponer a la muerte de su padre, asumiendo el deber de ayudar económicamente a su madre, hermanas y tías. El 15- M la Casa Real emitió un comunicado en el que se reconocía que desde marzo 2019 el Rey conocía la existencia de dicho pago y de dicho fondo. Por ello renunciaba a la parte de la herencia de su padre vinculada a dicho fondo y  privaba al emérito de los casi 195.000 €/año que percibe del presupuesto de la Casa Real.

Por tanto, parece que el primero en constatar la falta de ejemplaridad de la conducta de su padre es el propio Jefe de Estado, destruyendo de este modo su presunción de inocencia, por lo menos en el campo político. El mensaje a  la Fiscalía de Ginebra e incluso  a la jurisdicción española es claro. Recordemos que Juan Carlos de Borbón no es inviolable desde su renuncia, en junio de 2014. Y que el disfrute o reinversión del dinero recibido desde dicha fecha podría constituir delitos perseguibles plenamente por la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, ya que el emérito es aforado. 

Felipe VI trata de alejarse del anterior Jefe de Estado, trazando un cortafuegos para salvarse. Pero hay grietas en esta estrategia. Una herencia no puede ser renunciada legalmente hasta que muere el causante. Además, si la Casa Real conocía estos hechos desde un año antes, ¿por qué no fueron comunicados hasta el primer día de vigencia del estado de alerta por el Covid 19?

Pero la crisis sanitaria no diluyó la gravedad de los hechos. Porque sectores muy importantes de la ciudadanía conectaron esta comisión de 100 M€ en 2008 con la situación del sistema sanitario, en el que el Estado enfrenta el virus con un 6% menos de camas (-20% en Madrid) respecto al  2008. Y porque las explicaciones no le convencieron a casi  la mitad de la población española, con predominio de los desafectos en Catalunya y Euskadi (entre 70 y 80%), Nafarroa, les Illes, País Valencíà y Galicia, según una encuesta muy reciente de Electomanía.

Si a la falta de legitimidad democrática de la Institución le añadimos la falta de ejemplaridad y la desafección de tantas personas hay que concluir que la monarquía está en grave riesgo. No será fácil, en ningún caso, reconstruir su prestigio social. La actual pandemia y la futura reconstrucción económica aparcará meses el debate. Pero seguro que la cuestión volverá. Será viral y recurrente. @mundiario

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