¿Resolvió Colau la extravagante y anacrónica bicefalia de la jefatura del Estado?

Ada Colau.
Ada Colau.

Podía elegir la opción de incorporar, como en una galería al uso, a todos los antepasados borbónicos, satisfaciendo a todos. A buen seguro que frenó su entusiasmo el elevado coste.

¿Resolvió Colau la extravagante y anacrónica bicefalia de la jefatura del Estado?

Podía elegir la opción de incorporar, como en una galería al uso, a todos los antepasados borbónicos, satisfaciendo a todos. A buen seguro que frenó su entusiasmo el elevado coste.

Antes y después de que el felón Fernando VII detentase el trono de España, la estirpe de los capetos persiguió con saña a los españoles amantes de la libertad y de la democracia. La heterodoxia o la disidencia han representado un riesgo mortal bajo la monarquía.

Dos noticias: 1) Felipe VI, nieto putativo de Franco, se ha referido a Cataluña de forma amenazadora, como otrora hicieron sus antepasados. 2) En Barcelona Ada Colau ordena retirar el busto de Juan Carlos I del salón de plenos del Consistorio.

En cuanto a lo primero,  recordar el hecho histórico de la caída de Barcelona por la fuerza de las hordas fascistas el 26 de enero de 1939. Su abuelo Juan de Borbón y Battenberg enviaba al dictador Franco el siguiente telegrama:

“Felicito de corazón  a V. E. con el orgullo de ser español por el victorioso remate tan ejemplar que redime para España queridas provincias catalanas”.

 

Tan pía y ejemplarizante redención, no tiene en cuenta la sangrienta represión que acompañó a la victoria de los golpistas: persecución, muerte, cárcel y exilio de miles de ciudadanos.

No hace mucho, un militar proponía la manera de resolver el ancestral conflicto: enviar a un general de brigada para pacificar el país. Y no le faltaron acólitos fuera de las filas castrenses.

En el caso Colau, la extravagante y anacrónica bicefalia de la jefatura del Estado, la resuelve la alcaldesa apartando de su sitio la efigie del cesante. Hemos visto con qué respeto tuvo lugar la ceremonia, introduciendo delicada y pausadamente la escultura real en una caja, como se hace con las cenizas de un difunto.

¡La que armó! Podía elegir la opción de incorporar, como en una galería al uso, a todos los antepasados borbónicos, satisfaciendo a todos. A buen seguro que frenó su entusiasmo el elevado coste de tal iniciativa.

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