La remodelación del Gobierno, una oportunidad para ganar eficacia

Palacio de la Moncloa. / Archivo
Palacio de la Moncloa, sede de la Presidencia del Gobierno.

La mayor estabilidad del presidente Sánchez  le permite más libertad de acción que tras la sesión de investidura. Aunque el vicepresidente Iglesias disienta, liberar peso muerto es condición necesaria para elevar el vuelo.

La remodelación del Gobierno, una oportunidad para ganar eficacia

Las elecciones catalanas han aconsejado a Sánchez prescindir de Iceta para designar a Illa como candidato, menospreciando los resultados de las elecciones primarias, un procedimiento que pretendía ser innovador y ha terminado siendo un error político de notables dimensiones. Iceta, como Susana Díaz y otros que vendrán, forman parte de la renovación de dirigentes que han emprendido tanto el PSOE como el PP, al hilo de procesos congresuales, para mejorar resultados en el ciclo electoral de 2023. La guadaña es democrática pero no menos implacable y suele camuflar tanto ajustes de cuentas como decisiones previas de la estructura dirigente.

Una vez asumido el cese del Ministro de Sanidad, existe la oportunidad de una remodelación más amplia del Gabinete. El Vicepresidente de Unidas Podemos se ha apresurado a garantizarse que su cuota, cinco ministerios de veintitrés, no se altera. Pero la evidencia de la levedad de algunos Ministerios carentes de competencias reales y desdibujados tras prácticamente un año desaparecidos, junto con los desafíos que representa la gestión de los fondos europeos, hacen posible y hasta deseable una remodelación más amplia del Gabinete que, salvaguardando a los principales gestores, refuerce algunas áreas y elimine peso muerto.

La página web del Gobierno exhibe una lista cuyos últimos nombres son precisamente los que, bien por estar al frente de Ministerios creados por exigencia del socio de Gobierno, bien por las dificultades de actuar en medio de la crisis sanitaria, reúnen mayores opciones para ser cesados. Lo cual es independiente de la valía personal o del curriculum de sus titulares, caso de los Ministros de Universidades y de Cultura ambos con  amplia e indiscutible trayectoria. En otros casos los titulares ministeriales se han encargado de mostrarnos su levedad personal, como ocurre con quienes ostentan las carteras de Consumo, de Igualdad o de Ciencia. Algunos están al frente de departamentos de contenido difuminado, como Política Territorial o incluso Industria que, acumulando Comercio y Turismo, ha mostrado un bajo perfil durante la larga crisis sanitaria.

En otras palabras, un Gobierno más reducido y que mantenga las cuotas de cada socio, puede ser más operativo, evitando agujeros negros como los citados. Los próximos años de la legislatura serán suficientemente intensos como para justificar una remodelación más amplia que la mera sustitución en el Ministerio de Sanidad. La estabilidad que se ha garantizado el Presidente Sánchez le permite más libertad de acción de la que tenía tras la sesión de investidura. Y aunque el Vicepresidente Iglesias no lo comparta, liberar peso muerto es condición necesaria para elevar el vuelo.

Los datos económicos actuales apuntalan tendencias muy preocupantes. La progresiva pérdida de peso del factor trabajo en las cuentas de resultados empresariales, la abundancia de mano de obra más cualificada de lo que el mercado es capaz de absorber así como el deterioro de los salarios reales anuncian que la recuperación del elevado desempleo actual será trabajo de muchos años. Por otra parte los cambios estructurales en sectores que absorben mucho empleo como el comercio o el turismo además de la posible crisis por sobreproducción del sector de la automoción, hacen necesario un Ejecutivo con departamentos de amplias competencias y suficiente liderazgo. Los Gobiernos, como cualquier estructura ejecutiva, deben ser ante todo eficaces.

Finalmente, el Estado español arrastra malos resultados permanentes en la ejecución de los fondos europeos. La mezcla de ineficiencia burocrática con una normativa de contratación rígida provoca que los plazos se incumplan sistemáticamente e incluso se pierdan fondos. Una razón más para diseñar un Ejecutivo, sobre todo en su segundo nivel, muy orientado a extraer el máximo partido de los 140.000 millones de euros concedidos por Bruselas. @mundiario

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