La regeneración democrática es algo más que combatir la corrupción

Pablo Iglesias y Pedro Sánchez en la gala de los Goya. / RRSS
Pablo Iglesias y Pedro Sánchez en la gala de los Goya. / RRSS

Ahora que tocan el pelo del poder, ¿olvidarán algunos la regeneración democrática que propugnaron? Pues por las primeras noticias que tenemos de posibles pactos, de algo se van olvidando.

La regeneración democrática es algo más que combatir la corrupción

Todos hablan de acabar con la corrupción, pero se habla poco de la regeneración de la vida política española, en general:  hay otros muchos temas, además de la corrupción, que forman parte del tan manido concepto “regeneración”.

En materia electoral: listas abiertas, sistema proporcional, vinculación de los candidatos a su circunscripción, supresión del aforamiento y otros privilegios,  transfugismo y préstamo de diputados y senadores, tajante régimen de incompatibilidades y puertas giratorias, entre otros temas.

En cuanto a los partidos, hay mucha leña que cortar: financiación, elecciones primarias, duplicidades de cargos -ya fuere en el partido o en las administraciones públicas-, democracia interna, correctivos a los militantes que  ofenden a personas o instituciones.

Listas abiertas y  proporcionalidad estricta, son  las propuestas más polémicas. El sistema proporcional corregido tuvo sentido durante la larga transición, para dar  estabilidad al nuevo sistema; cuarenta años después, parece razonable el cambio.

Quienes rechazan las listas abiertas suelen dudar de la preparación del electorado para elegir  y temen un posible caciquismo. Hay que recordar, que el sistema ya existe en el Senado, y, en cuanto al caciquismo, fue posible durante la II República, con un bajo nivel educativo y  socio-económico del electorado, que nada tiene que ver con el actual.

Ante la desaparición del paraguas del partido, que todo lo tapa, partidos y candidatos temen quedar en evidencia  con un sistema de listas abiertas. El método  actual es cómodo para el aparato, pues propicia la obediencia ciega y la lealtad inquebrantable. En resumen su lema es: no te muevas  que no sales en la foto. Quienes creen en el sistema de listas abiertas dicen sí a quienes tienen opinión propia, a los que inspiran confianza y la merecen, a los que recorren su circunscripción y escuchan a sus conciudadanos; y están en contra de los aprieta-botones sin criterio propio.

Ahora que tocan el pelo del poder, ¿olvidarán algunos la regeneración democrática que propugnaron? Pues por las primeras noticias que tenemos de posibles pactos, de algo se van olvidando.

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