El reequilibrio del poder económico entre Barcelona y Madrid no es ajeno al soberanismo

Rascacielos y vías rápidas en Madrid. / RR SS
Rascacielos y vías rápidas en Madrid. / RR SS

La lucha entre una parte de Cataluña y el resto de España parece solo  política pero en realidad esconde la búsqueda de un reequilibrio económico. La patronal más coherente es Cecot, que no oculta su apoyo a Puigdemont y promueve reformas desde el máximo consenso político.

El reequilibrio del poder económico entre Barcelona y Madrid no es ajeno al soberanismo

El resultado de las elecciones en Cataluña es negativo para el crecimiento económico, porque supone prolongar la incertidumbre, lo que podría deteriorar más el clima de negocios, advierte Moody’s. Nada nuevo.

“La llegada de turistas y la confianza en la inversión ya se había deteriorado en Cataluña tras la inestabilidad derivada por la declaración unilateral de independencia del 27 de octubre”, constata esta agencia de calificación de riesgos.

La Bolsa, donde su principal selectivo, el Ibex 35, perdió el 1,19% el día después del 21-D, parecía tenerlo descontado, de modo que el ajuste a la baja se centró en las firmas cotizadas especialmente expuestas en Cataluña.

La fuga de empresas sigue estando ahí y el clima económico no es bueno, como subrayan distintas patronales.

Hasta aquí los datos en frío, desnudos, desprovistos de claves. Pero no parece que sea todo tan lineal. Ni coherente.

En Cataluña no hay una especial lucha de clases, entre la burguesía y el proletariado. Más bien hay una especie de revolución burguesa, de gente guapa catalanista, que planta cara a otra burguesía, la española

En Cataluña no hay una especial lucha de clases, entre la burguesía y el proletariado. Más bien hay una especie de revolución burguesa, de gente guapa catalanista, que planta cara a otra burguesía, la española. La tensión política es entre ricos, no entre ricos y pobres. No es casualidad que los dos principales partidos de Cataluña sean de derechas: Ciudadanos y el PDeCAT. Juntos suman 71 escaños, mayoría absoluta. La derecha económica sabe bien en que cestas debe poner sus huevos. En Cataluña ni siquiera precisan al PP, al tener ahora una marca mucho más seductora: Ciudadanos. La izquierda es claramente minoritaria en Cataluña, una comunidad rica.

¿Qué quiere decir todo esto? Entre otras cosas, que cuando los empresarios se lamentan tanto de la inestabilidad en Cataluña, tal vez deberían ser más sinceros –y coherentes– y admitir que muchos de ellos dicen una cosa en Madrid y otra en Barcelona. La derecha económica catalana no es ajena al procés. Los mismos que se quejan de que sus negocios se resienten, por detrás apoyan al nacionalismo de derechas: JuntsxCat.

Este análisis admite matices, indudablemente, ya que el independentismo es transversal: no todos los secesionistas son de derechas, pero es evidente que detrás de sus principales movimientos ciudadanos no están los sindicalistas ni los okupas, sino sectores próximos a la Iglesia católica, profesionales, empresarios, profesores, etcétera. Mucha gente, qué duda cabe, pero menos personas de izquierdas que de derechas.

La patronal más coherente es Cecot, que no esconde su apoyo al expresidente Carles Puigdemont, al tiempo que promueve reformas desde el máximo consenso político: léase, un nuevo estatus de Cataluña, pactado entre Madrid y Barcelona, sin fiscales ni jueces de por medio.

Es verdad que también hay empresarios catalanes unionistas pero en general la burguesía está conectada con banda ancha con el independentismo de nuevo cuño, es decir, el PDeCAT o JuntsxCat. Suele ser habitual que en la política se juegue con cartas marcadas pero en este caso del procés se observan excesivas contradicciones, a sabiendas de que el objetivo final está claro: reequilibrar el poder en España para mayor gloria de la burguesía catalana.

¿Por qué no lo dicen? La respuesta admite no pocos matices pero, a grandes rasgos, es debido a que parte de sus compañías y bancos tienen más peso en el conjunto de España que solo en Cataluña. De puertas a dentro tienen un discurso y desde Madrid proyectan otro bien distinto, conciliador, a riesgo de perder cuota de mercado. @J_L_Gomez

Más allá de la caída del turismo...

Reducción del turismo y bajadas del consumo son dos de los vectores que definen las derivadas económicas del procés independentista. Formalmente, las patronales CEOE, Pimec y Cecot piden diálogo político; también los sindicatos. Pero detrás de ese gran enunciado hay muchos matices. Hay independentistas que asumen el coste económico del procés a corto plazo, convencidos de que ganarán a medio y largo plazo. De hecho, el desafío independentista se mantiene, señal de que es rentable.

La gran patronal española CEOE, que preside el catalán Joan Rosell, dice que “la prioridad debe ser reactivar la economía” en el marco constitucional. Pimec –la Micro, Petita i Mitjana Empresa de Catalunya– reclama la retirada del artículo 155 y de cualquier tipo de intervención de la Generalitat. Y Cecot, patronal próxima al PDeCAT, avala la figura de Carles Puigdemont. Ningún empresario quiere a la CUP en el Govern. También coinciden en reclamar un ejecutivo estable. Se les ve tranquilos. 

Mariano Rajoy y Carles Puigdemont. / C. Segundo

Mariano Rajoy y Carles Puigdemont. / C. Segundo

–––––– PROTAGONISTAS –––––

> Mariano Rajoy, presidente del Gobierno.- El resultado electoral de Cataluña fue muy adverso para su partido y dio alas al independentismo pero  la prima de riesgo, que marca la confianza de los inversores en España, se mantuvo estable en 105 puntos. Una buena noticia para el jefe del Gobierno.

> Joan Rosell, presidente de la CEOE.- En Cataluña, solo con un nuevo gobierno que apueste por la legalidad y el respeto a la Constitución se podrá recomponer el daño infringido y devolver la comunidad a la senda de la prosperidad, opina este empresario criado en la patronal catalana.

> Unai Sordo, líder de CC OO.- Pide al nuevo Parlamento catalán que ponga en el centro de sus prioridades la agenda social para salir de la precariedad y luchar contra las desigualdades. También se muestra receptivo a flexibilizar las medidas judiciales y políticas adoptadas desde Madrid.

> Jordi Gual, presidente de CaixaBank.- Tras el 21-D, CaixaBank y Sabadell lideraron las pérdidas en la Bolsa, con caídas del 3,6% y el 3,4%, respectivamente. Pero también bajaron Santander y BBVA, el 2,1% y el 1,4%. Más allá de las finanzas, otras firmas catalanas castigadas fueron Colonial y Merlin.

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