Rajoy, ante la subida de la factura eléctrica: ¿energía barata o ideológica?

Competencia aconseja al Gobierno fórmulas para subir la luz en torno al 3%. El alza podría ser del 1,4% o del 2,9% además del previsible 0,5% por los peajes del sistema.
Competencia aconseja al Gobierno fórmulas para subir la luz en torno al 3%. El alza podría ser del 1,4% o del 2,9% además del previsible 0,5% por los peajes del sistema.
La gran subida que se prevé de la tarifa eléctrica a partir del 1 de enero ha despertado la indignación popular y otro tema para que la oposición se lance de uñas al Gobierno de Mariano Rajoy.
Lo que no se entiende es porqué Rajoy no cuenta a los ciudadanos la auténtica y terrible verdad, sobre todo porque las cifras son incontestables y además él no es responsable en absoluto de la subida, sino el Gobierno que le precedió. No sólo por el endeudamiento brutal, sino por la surrealista política de las energías alternativas, donde primó la ideología por encima del sentido común y del sentido de Estado.
Desviar la atención a la subasta pública, gestión que existe en todos los países democráticos, es una vía de escape para que la oposición se lave las manos de algo de la que fue el principal responsable.
Aznar, la bestia negra, es otro de los culpables (qué pena que Bush no haya tenido nada que ver, pues es el personaje más odiado por la izquierda junto con Aznar). Aznar con la incorporación de España al euro tuvo que hacer una brutal política de ajustes, en ella contempló el dilatar al pago a las empresas eléctricas, tanto es así que dejó una deuda considerable de 600 millones de euros, que preveían pagar en plazos apropiados, que hubieran pagado sin que el consumidor se hubiera dado apenas cuenta. Aquí está su gran culpabilidad… pero no cargan contra el auténtico culpable… los disparates del Illuminati que llegaron al extremo de elevar la cifra de la deuda con las empresas eléctricas a 30.000 millones de euros, lo que hizo llevarse las manos a la cabeza a empresas y a economistas de toda Europa, alarmados al ver cómo el país había llegado a esos extremos de hipotecarse durante generaciones, hasta el extremo de que sesudos analistas contemplan la posibilidad de que la crisis no hubiera sido provocada por la burbuja inmobiliaria como siempre se ha dicho, sino el gran desfase de la deuda energética… con unos desorbitantes precios de energía difícilmente asumibles.
El abaratamiento de la energía supondría un gran impulso para las empresas y, por consiguiente, un aumento del empleo. Gran parte de Europa está recuperándose de la crisis, y la verdad es que las empresas europeas están compitiendo en un mercado en desigualdad de condiciones con la energía baratísima, mientras que las nuestras deben afrontar esa gran carga económica.
Cuando llega Zapatero al poder, no sólo se dedica a no pagar a las eléctricas y aumentar la deuda a niveles inimaginables, sino a una política que contemplaba cerrar centrales nucleares con décadas por delante de vida útil y patrocinar energías deficitarias que quedaban muy bien ante su masa ideológica. Zapatero llegó a subvencionar plantas de energía renovable deficitarias ¡hasta un 528 %! y llegar a firmar acuerdos de por vida con las empresas en cuestión, con el desatino de llegar a subvencionar hasta 30.000 empresas cuando en Alemania no llegan el medio millar.
Otro de los desatinos es el haber comprado la tecnología a China que no nos vendió precisamente lo último. La realidad es que las energías alternativas gustan a todos, pero ya veríamos si gustaban igual si supieran exactamente lo que cuestan al contribuyente, y vinieran desgranadas en el recibo como se hace en Alemania.
Ante esta tesitura a Rajoy no le ha quedado más remedio que subir la factura… y si consigue que la subida sea más baja sólo conseguirá incrementar la deuda porque los intereses siguen subiendo y la deuda tendrá que pagarse tarde o temprano. Este problemón encima ha obligado a Rajoy, dada la extremada falta de liquidez a suspender una parte de los contratos que Zapatero firmó de por vida, poniendo en entredicho nuestra credibilidad exterior ya que suspender acuerdos a nivel mundial pone en evidencia la inseguridad jurídica de nuestro país.
La clara solución que es la implantación de la energía nuclear es algo a lo que Rajoy no se atreve, al menos públicamente, ni a plantear, aunque sea después de la hidroeléctrica, la energía más barata del mundo, de nuevo subyace el tema ideológico, en este caso los complejos de la derecha pepera.
En el tema nuclear se mezcla la hipocresía con la estupidez más supina. La inversión más elevada en el tema nuclear es poner en funcionamiento la planta, una vez amortizada la energía es muy barata… pues resulta que en España por tema político han parado dos centrales sin siquiera amortizar su coste…
Ya la risión absoluta es que somos antinucleares, pero hipócritamente compramos a Francia energía nuclear (a precio considerable). Esto lo han hecho todos los gobiernos socialistas. Además resulta paradójico que el país galo tiene situadas buena parte de las 70 nucleares muy pegada a los Pirineos, con lo que un hipotético accidente cogería de lleno a todo el Norte de España. Todavía tenemos en el recuerdo los vientos de Chernobyl a donde llegaron.
Como dicen los andaluces, “para jartarmos de reir” es el caso de la bolsa de petróleo de Canarias. De nuevo por tema ideológico el PSOE y Coalición Canaria se han opuesto en firme a la prospección, pero ni cortos ni perezosos los marroquíes se han puesto a ello a escasos metros de nuestras aguas jurisdiccionales… y luego, ¡ala! a vendernos su energía… y se la compraremos… Si es que tenemos lo que nos merecemos.