Racismo y recelo: la vida después del Brexit para un musulmán en Inglaterra

Dedi Irwan Bin Hersan, indonesio, de 29 años, musulmán.
Dedi Irwan Bin Hersan, indonesio de 29 años. Musulmán.

En exclusiva para MUNDIARIO, un estudiante de Indonesia residente en Leicester confiesa el giro que dio su vida tras el referendo y la ola de terror desatada por ISIS. 

Racismo y recelo: la vida después del Brexit para un musulmán en Inglaterra

Hace poco más de dos meses contemplaba el King Power Stadium desde el balcón de su apartamento. Como buen aficionado al fútbol que ha sido desde siempre, el corazón se le aceleraba cada vez que el Leicester City daba un paso hacia su particular apoteosis en el fútbol inglés. Hoy, sin embargo, su futuro ha dado un giro del que él no tiene control alguno y el fútbol es en lo menos que piensa.

Dedi Irwan Bin Hersan nació en Indonesia el 14 de mayo de 1987. Llegó a la ciudad de Leicester el año pasado para completar su doctorado en la Universidad de Leicester. Bin Hersan aterrizó en la isla británica en busca de una preparación que le garantizara un futuro mejor para él y su familia.

Acompañado de su esposa Nur Fitiri Aini y de la pequeña hija de ambos, Haura Afsheen Alesha Ramadhani (en Indonesia es opcional darle el apellido a los hijos) de apenas 1 año, su estadía en Inglaterra apuntaba a ser prometedora. “Cuando llegamos, la economía británica estaba pasando un excelente momento. Es más, la libra esterlina estaba en su punto más alto. Una libra equivalía a 22,000 rupias, la moneda de Indonesia”, recuerda Bin Hersan. Los primeros meses transcurrieron para él sin ninguna novedad más que las carreras de cualquier hombre que divide su tiempo entre ser estudiante y padre de familia. Sin embargo, desde principios de este 2016 un tema empezó a sacudir la agenda mediática y política en su ciudad y en todo el Reino Unido.

Bin Hersan empezó a notar que la palabra Brexit empezaba a aparecer cada vez con más frecuencia en portadas de periódicos, titulares de telenoticieros y en cualquier conversación en las aulas de la universidad, cafeterías, parques y demás. “Ya había escuchado algo sobre el Brexit cuando todavía estaba en Indonesia, pero la verdad jamás imaginé que tuviera semejante relevancia para todos en el Reino Unido”, admite. El hombre de 29 años reconoce que la universidad y las autoridades de la ciudad hicieron todo lo posible por informarlo a él y a otros estudiantes y ciudadanos no europeos sobre lo que se acercaba. “Creo que el Gobierno hizo un buen trabajo. Nos enviaron panfletos y boletines con toda la información necesaria para entender el Brexit. La Universidad de Leicester, por su parte, nos enviaba correos casi a diario para mantenernos actualizados de cualquier novedad respecto al evento”, reconoce.

Y finalmente, el día llegó. Desde su computadora, en su apartamento, el oriundo de Kalimantan Occidental siguió minuciosamente los resultados del histórico referendo. Sin derecho a votar, Bin Hersan tan sólo podía esperar a que quienes sí tuvieran derecho tomaran la decisión correcta. Al final del día y del recuento de votos, la decisión de dejar la Unión Europea había sido tomada. Políticos, figuras públicas e instituciones no tardaron en mostrar su decepción por el desenlace de la consulta popular. Su alma matter, la Universidad de Leicester, quedaba en una situación comprometida con sus estudiantes y trabajadores de pasaporte extra comunitario, entre los que se incluye Dedi. “La universidad expresó su decepción por el resultado. Las autoridades de la universidad consideran que los estudiantes y trabajadores extranjeros han hecho un gran trabajo hasta el momento y quieren que eso continúe así. Se comprometieron a hacer todo lo posible por ayudarnos a quienes venimos de otros países y esperan que las cosas sigan como antes”, comparte.

La era Post-Brexit

“No hubo ninguna gran celebración tras el referendo, pero el miedo se percibe en todas partes. La gente no sabe qué va a pasar con el país. Una por una, las figuras más importantes del Gobierno están renunciando a sus puestos y lo cierto del caso es que quienes se mantienen parecen no tener ningún proyecto confiable para el Reino Unido una vez se haya abandonado la UE. La situación económica empeora a un ritmo alarmante”, comenta Bin Hersan evidentemente preocupado.

Pero más allá de la situación política y económica, le alarman también las posibles consecuencias sociales de la era que está a punto de iniciar en la isla. “Pese a que hasta el momento no hemos sufrido ningún tipo de ataque racial violento, me preocupa cómo los ingleses se comportarán con nosotros en el futuro”, admite. Bin Hersan es un musulmán devoto. Como fiel seguidor del Islam, los recientes ataques terroristas en Francia han dejado muy tocada su fe y él, como todos aquellos que creen en la Torá, está consciente de que tarde o temprano puede ser víctima de exhibiciones de racismo o, lo que le alarma aun más si cabe, que sea su familia la que sufra por la intolerancia de algunos ciudadanos ingleses. “Mi familia y yo hemos estado a salvo hasta el momento de los ataques racistas, pero eso no es suficiente para sentirnos completamente en paz. Muchos de nuestros amigos indonesios residentes en Leicester sí los han sufrido al igual que otros musulmanes. El caso más reciente fue el de unos banners de la comunidad musulmana que fueron pintarrajeados con insultos racistas hacia quienes creen en el Islam. En el tiempo que llevo de vivir aquí, nunca vi algo parecido sino hasta después del Brexit”, expresa.

A casi un mes de que se haya celebrado el referendo, el Reino Unido contempla el ascenso al poder de Theresa May, que llevará sobre sus hombros la responsabilidad de sacar adelante al reino constituyente en medio de las amenazas de Escocia de convocar a un referendo para su independencia. Por su parte, Bin Hersan y todos los extranjeros residentes en la isla continúan con sus actividades diarias pero con su futuro prácticamente a la deriva pues el Gobierno parece no tener ni idea de cómo disminuir el recuento de daños que les ha dejado el referendo.

La familia de Dedi disfrutó durante meses de la vida en Leicester, se adaptaron al idioma y a la cultura de Inglaterra pero hoy eso ya no basta. Su fe, a la que le serán fieles hasta el fin de sus días, podría atentar contra su vida en cualquier momento a medida que el Estado Islámico siga promoviendo el odio entre musulmanes y europeos. El Brexit lo cambió todo y ahora este hombre ansía encontrar una salida digna para su esposa y su pequeña hija, a quienes les prometió una vida mejor cuando despegaron del archipiélago de Indonesia rumbo a Leicester y que, en solamente un año, sus planes empiezan a esfumarse.@hmorales_gt

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