Quim Torra podría ser inhabilitado por casi dos años por desobendiencia

Quim Torra, presidente de la Generalitat. / Twitter
Quim Torra, presidente de la Generalitat. / Twitter

La Fiscalía insiste que el presidente de la Generalitat cometió este delito al no haber retirado los lazos amarillos de los edificios públicos en plena campaña electoral.

Quim Torra podría ser inhabilitado por casi dos años por desobendiencia

Un año y ocho meses de suspensión más una multa de 30.000 euros es lo que podría caerle a Quim Torra por desobediencia. Así lo ha solicitado Francisco Bañeras, fiscal superior de Cataluña, quien entiende que el jefe del Ejecutivo catalán cometió el delito mencionado por desatender de forma deliberada las directrices que le hizo la Junta Electoral Central (JEC) de retirar los lazos amarillos de todos los edificios públicos durante la campaña electoral de las elecciones municipales. De cumplirse la sanción, Torra no podría ejecer ningún puesto público electivo, tanto en España como en Europa.

Bañeras explica que el 11 de marzo pasado la autoridad electoral solicitó a Torra que se deshiciera de los lazos amarillos que colgaban de los edificios públicos del Gobierno catalán, dándole 48 horas para ello pues consideraban que los símbolos en cuestión violaban el principio de neutralidad política. La JEC hizo aquel llamado tras recibir una reclamación de Ciudadanos sobre la colocación en dependencias de la Administración autonómica, incluido nada menos que el Palau de la Generalitat.

Pese a la orden de la JEC, Torra "decidió desatenderla a pesar de ser conocedor de que la misma era firme en vía administrativa y que debía proceder sin excusa ni pretexto a su estricto cumplimiento", redactó Bañeras. El mismo testaferro de Carles Puigdemont presentó posteriomrnte un escrito en el que pedía a la junta electoral que considerara su orden. La JEC lo aceptó.

Aviso a Torra

El 18 de marzo, no obstante, la Junta Electoral Central dio un giro y confirmó que siempre debían ser retirados los lazos. La JEC avisó a Torra de que podrían haber consecuencias penales si no daba marcha atrás y retiraba los símbolos independentistas.

Un día después, Torra, pese a estar al tanto "de su obligación" de cumplir con lo ordenado por la junta, presentó ante ésta un nuevo escrito en el que argumentó que era imposible cumplir con lo solicitado porque la Generalitat tiene demasiados edificios, nada menos. De igual forma, declaró que estaba a la espera de conocer la opinión del Síndic de Greuges. Así, el argumento de Bañeras repite que este informe estaba en el despacho de Torra desde el 15 de marzo cuando menos y que éste no daba lugar a interpretaciones.

Presionado, a Torra no le quedó más que agachar la cabeza y hacerlo. El 21 de marzo, y tras haber desatendido deliberadamente las órdenes de la JEC, retira los dichosos lazos. @mundiario

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