¿Quiénes son los verdaderos autores intelectuales de lo que sucede en Oriente Medio?

Miembros armados del Estado Islámico. / RR SS
Miembros armados del Estado Islámico. / RR SS

Todos los muertos tienen el mismo valor. Son víctimas, son sujetos pasivos de las canalladas de los que se dan golpes de pecho y pronuncian frases tan campanudas como hipócritas.

¿Quiénes son los verdaderos autores intelectuales de lo que sucede en Oriente Medio?

Érase una vez un país que se llamaba Persia… En 1951, un primer ministro accede al cargo de forma democrática. Se llama Mohammad Mosaddeq. Y tiene la peregrina idea de que los recursos nacionales debían favorecer al pueblo en primer lugar y para ello se lanzó a nacionalizar el petróleo, que estaba en las castas manos de compañías americanas y británicas. Al tiempo se le ocurre democratizar un estado arcaico y encaminar al país por sendas de civilismo y modernidad.

Unas organizaciones -sí- gubernamentales, la CIA y el MI 6 (con licencia para matar), interpretando fielmente los intereses de sus jefes políticos, arbitraron un golpe de Estado que arrojó del poder a tan iluso caballero (Operación Ajax), estableciendo como jefe absoluto al virtuoso Sha Mohamed Reza Palevi, apoyado en la limpieza de subversivos, por su afable policía secreta, la Savak. El bueno de Mohammad Mosaddeq por lo que pudiera ser permaneció, tras pasar varios años en prisión, confinado hasta su muerte… El virtuoso Sha, muy amable en las concesiones de petróleo con sus mentores, a pesar de la eficacia de la Savak, tuvo que salir por pies en 1978, dejando tras de sí desbarajuste, corrupción y miseria, que dio alas al fundamentalismo más brutal de la mano de un  tal Sr. Jomeini.

Afganistán, ese país cuasi fallido que hoy vemos hundido en la miseria moral y material, en una ocasión se llamó Ariana. Formó parte del Imperio persa Aqueménida, del reino helenístico de Bactriana, del Imperio Kushān, y del Imperio Persa Sasánida. Tuvo como religiones  el budismo, el  el zoroastrismo   hasta convertirse al Islam alrededor del año 600 con la llegada de los árabes. En su tierra floreció la erudición de manos de Avicena y Algazel en filosofía. Al-Razi y Al-Nafis avanzaron el conocimiento de la medicina y Al-Khwarizmi y Al-Biruni el de las matemáticas. Omar Khayyam y Firdusi cultivaron la literatura y Al-Jazari, la ingeniería. Su territorio tenía zonas muy prósperas que formaban parte de la mítica Ruta de la Seda que iba desde Bagdag hasta Samarcanda.

Lo más próximo al actual estado de Afganistán data de 1747. Desde 1837 estuvo dominado por los ingleses, obligados a marcharse tras la I Guerra Mundial. Tras muchos tumbos en una historia tan abrupta como su geografía física, proclamó la República en 1978 tras despedir poco amistosamente al sátrapa reinante. La inclinación de la misma era claramente prosoviética. El 30 de abril de 1978 Nur Mohammad Taraki fue elegido presidente. Y no tiene mejor ocurrencia  que iniciar un programa de reformas… Una campaña de alfabetización que incluye a la mujeres y en la que por primera vez en las escuelas se enseñó en las lenguas nativas de los alumnos. Se tomó en serio la reforma agraria, la laicidad del Estado, eliminar el cultivo del opio, legalizar los sindicatos, y establecer una ley de salario mínimo. No satisfecho el buen hombre, acometió la promoción de igualdad de derechos para las mujeres: permiso de no usar velo, de transitar libremente y conducir automóviles, abolición de la dote, integración de mujeres al trabajo y acceso a estudios universitarios, así como a la vida política, llegando a elegirse las primeras siete diputadas… A comienzos de 1979, en oscuras circunstancias, Taraki es derrocado y ejecutado asumiendo el gobierno Jafizulá Amín. Seria efímero, pues informada  la KGB, organización -sí- gubernamental con poco sentido del humor, del contacto de Amín con Pakistán y la CIA impulsó a la URSS a intervenir militarmente conforme el Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación entre la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y la República Democrática de Afganistán, concertado entre Brézhnev y Taraki el 5 de diciembre  de 1978. Jafizulá Amín apenas estuvo cuatro meses en el poder.

En  diciembre de 1979  se inicia una larga guerra civil que se prolonga hasta 1989, tiempo en el que se enfrenta el ejército gubernamental apoyado por una poderosa presencia militar soviética contra los insurgentes muyahidines, grupos de guerrilleros afganos integristas y ultrareaccionarios,  a los que USA a través de su organización -sí- gubernamental proporcionó ingentes cantidades de armas y dinero. La "Operación Ciclón". Algo concorde a las prácticas de la llamada guerra fría. Una vez retirados los soviéticos por orden de Gorvachov en 1989, tras un espectacular fracaso, el gobierno de la República Democrática Afgana se mantuvo en el poder hasta 1992, año en el que fue derrocado por la resistencia integrista… Los talibanes, bien armados y pertrechados por la organización -sí- gubernamental yanqui campan a sus anchas y comienzan a dinamitar la modernidad y los Budas de Bamiyan…

Las guerras del Golfo… La destrucción y el holocausto de Afganistán primero, luego Irak, Libia después y finalmente Siria...

Reagan, la familia Bush, el tolerado burdel político saudí (tan hogareño para la familia Borbón), los oligopolios del petróleo y el armamento… Las guerras del Golfo… La destrucción y el holocausto de Afganistán primero, luego Irak, Libia después y finalmente Siria... Las falaces primaveras árabes… baños de sangre y fermento de fundamentalismos… La vomitiva imagen de la foto de la Azores (aun impunes sus protagonistas)… La cínica misión “Libertad Duradera”… reventar zonas más o menos estabilizadas, erradicando cualquier atisbo de libertad y laicismo abriendo las puertas al más bárbaro integrismo islamita, hasta entonces ausente en la escena… Y duradera sí, para varias generaciones…La miseria absoluta de la población, la destrucción total de sus infraestructuras, la desaparición del concepto de Estado en una orgía de sangre y horror… Y desde luego el saqueo con la mayor impunidad de los intereses locales… comenzando por el petróleo…

Es terrible e intolerable la muerte de más de un centenar de compatriotas europeos en París… Una barbarie sin paliativos. Y no lo es menos, en otro momento, la de doscientos españoles en unos trenes que amén del horror y la muerte hubieron de sufrir la infamia del más indigno dirigente de este país, D. José María Aznar López, presidente de honor del Partido Popular y entonces presidente del Gobierno, que intentó manipular todo aquel sufrimiento para ganar, con innobles mentiras, las elecciones que estaban a punto de celebrarse. Pero no menos terrible es la destrucción intencionada y sistemática de media docena de países al menos. De más de medio millón de muertos habidos en ellos, de cientos de miles de personas que huyen en la precariedad más absoluta de una situación que les fue impuesta, en muchos casos dejando la vida en el camino…Y no es menos dramática la brutal desestabilización de una región ya de por sí compleja, sin el un espacio razonable para la esperanza.

Sujetos pasivos de las canalladas

Todos los muertos tienen el mismo valor. Son víctimas, son sujetos pasivos de las canalladas de los que se dan golpes de pecho y pronuncian frases tan campanudas como hipócritas. Ciertamente hay desatada una locura criminal embozada en un fundamentalismo inculto, salvaje, inhumano… En la marginación, la miseria y la desesperación. Pero el primer acto de cinismo es presentar a millones de árabes musulmanes, -tan víctimas  como los de París o Madrid-, como el enemigo… No. Esa no es la verdad. Una verdad que obligadamente se debe establecer para iniciar un diagnóstico correcto… Con preguntas tan ingenuas como: ¿quién es realmente esa agrupación asesina llamada ISIS o EI?, ¿quién es Al Qaeda?, ¿quién era Bin Laden?… ¿quiénes compartían negocios con él?, ¿quién los armó?, ¿quién los adiestró?, ¿quién los financia? ¿En qué medida quien los adiestró, los armó, los financia, sigue estando tras ellos manipulándolos en la sombra?

Los asesinos los conocemos… Sus rostros de sicarios infames llegamos a verlos en ocasiones…Pero no son los locos del cinturón de explosivos, el homicida del kalasnikov, los mercenarios del horror y la muerte los autores intelectuales… No. Bajo ningún concepto. Aunque jugando con los sentimientos de la población quieran hacerse quedar ahí las responsabilidades.

La denuncia de la monstruosidad habida no puede tener reticencias

La solidaridad natural e inmediata con las victimas no solo es obligada sino que mana espontánea  de los corazones limpios de la ciudadanía. La denuncia de la monstruosidad habida no puede tener reticencias. Pero esa misma ciudadanía no puede aceptar ser usada como marioneta de la manipulación al servicio de los intereses oscuros que con el crimen y el horror ven incrementada su cuenta de resultados. Se hace necesario saber la verdad… Esa que está tan reñida con las organizaciones -sí- gubernamentales que son los cipayos indispensables del poder oscuro para mover sus siniestros hilos. Es necesario saber quiénes son los autores intelectuales que han promovido, promueven, mantienen y usan el terror y el dolor al servicio de sus sucios intereses. Quienes por siniestros agentes intermediarios intentan socavar la democracia, la libertad, la igualdad y la fraternidad. Desenmascararlos y juzgarlos por sus crímenes es el primer paso para la paz.

¿Por qué han sido asesinados tantos franceses?, ¿por qué han sido hace años asesinados más de 200 españoles?, ¿por qué han sido masacrados centenares de miles de victimas en diversos sitios y lugares?, ¿con qué objetivo se aprovecha esta situación para cada día reducir más los derechos civiles y ciudadanos y dinamitar la solidaridad?, ¿por qué y para quién es útil esta ordalía de dolor y sangre? A partir de ahí quizás podamos empezar a afrontar un drama cuya dimensión aun no se nos alcanza.

Surge la vieja pregunta policial: Qui prodest? A quién beneficia…?

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