¿Quién promociona una nueva colección bajo el título "La Consti, sin arrugas en dos días"?

Mariano Rajoy Brey, presidente del Gobierno español.
Mariano Rajoy Brey, presidente del Gobierno español.
Mención aparte se merece Alfredo que con su juego de química de bachiller "QuiMisolución" intentaba resolver la ecuación de la no disolución de su silla catalizándola con un poco de Mariano.
¿Quién promociona una nueva colección bajo el título "La Consti, sin arrugas en dos días"?

Paseaba yo por el mercado y ¡zasca! me topo con Mariano.

- ¿Cómo tú por aquí?

- Pues eso, por aquí.

- ¡Vale!, pero ¿para qué?

- Pues eso, que iba detrás de algún druida de negro para que me facilitara la pócima sobre esta confianza progresiva que no acabamos de sentir...

Un poco más allá y bien parapetado José Mª estaba promocionando una nueva colección de fascículos bajo el título "La Consti, sin arrugas en dos días". Una pena que aquella escuela ilustrada que hablaba catalán en la intimidad no haya evolucionado.

Y allí en un rincón atril en ristre y verbo faltón, incombustibles como Alfonso que siguen reinventando la silla. Ahora a por un PSOE catalán y un federalismo a mi manera o el Josep Antoni tendiendo puentes y pasarelas por doquier o recuadrando el circulo de CiU para que tampoco se la muevan o los Felipe y Miquel de toda la vida asesorando sobre cómo no salir de la Moncloa trasquilado o enalteciendo justas causas principescas.

Con tanto alboroto y ese ambiente tan espeso me tomé un descanso y enfrié la garganta con una fresca y burbujeante bebida que como no pincho ni corto no promociona semejante artículo y francamente no la menciono.

Recuperadas las fuerzas, reanudo el paseo y más abajo veo a Sanidad sin nombre y sin voz que se paseaba bajo una sombrilla Gurtel de las de toda la vida y un Arturo con su agencia de viajes que no es la de Gerardo prometiendo una excursión con emociones si le seguíamos o el amigo Jordi aseverando que lo que hagan los demás incluidos los hijos no es cosa suya que él ya estuvo en la silla un montón de tiempo.

Mención aparte se merece Alfredo que con su juego de química de bachiller "QuiMisolución" intentaba resolver la ecuación de la no disolución de su silla catalizándola con un poco de Mariano. Sin olvidarme de ese soneto suelto que representa ese tal Pepe que cantaba que tanto le dan los conciertos como los reyezuelos. Privilegios, no gracias.

Bueno, bueno, y para colmo la reunión en el Bar Tribuna, por cierto no subvencionado, con un escogido grupo de periodistas, algún jefe de filas y personajes recolocados de distintas fundaciones coincidiendo sin rubor que no daban paso a los jóvenes porque sencillamente es un tema de egoísmo generacional.

En fin, con esos personajillos que o bien no saben a dónde van o que se creen imprescindibles por el bien común o que van de ingenieros que sin ser lo puentean lo que les echen y vanaglorias pasadas que después de paupérrimas memorias están siempre allí para sentarse. Sencillamente  no vamos demasiado bien.

¡Esa puta silla!

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