¿Por qué los talibanes han ganado terreno en Afganistán?
Conformen pasan los días, los talibanes no dejan de mostrar que son una fuerza política muy solida. Este jueves se conoció que ya capturar las ciudades de Herat y Ghazni. Algunos reportes locales indican, además, que cercaron la segunda más grande del país, Kandahar. Con esto, sin duda, han puesto en jaque al Gobierno que lucha por mantener el poder.
El panorama no es muy alentador. Según un informe de la inteligencia estadounidense, los talibanes podrían atacar en una semanas Kabul y eso propiciaría el inicio de la caída del régimen que, de acuerdo a estimaciones, sería en unos tres meses. Ahora, detrás la movida de los talibanes, hay una serie de factores que podrían a entender el problema que ocurre en Afganistán.
FUERZA MILITAR
En estos momentos, el Gobierno afgano debería tener una fuerza militar mayor cantidad a los de los talibanes. Se estiman que tengan, al menos sobre el papel, con más de 300.000 miembros. Esto incluye el ejército, la fuerza aérea y la policía. Sin embargo, más allá de la cantidad, hay un problema que padecen: el reclutamiento militar.
Según medios locales, el ejército y la policía afganos tienen un problemático historial de bajas, deserciones y corrupción, con algunos mandos sin escrúpulos que reclaman salarios de soldados que no existen: los llamados "soldados fantasmas". Esta realidad se evidenció en un informe presentado ante el Congreso de Estados Unidos.
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El Inspector General Especial para Afganistán expresó "su grave preocupación por los efectos corrosivos de la corrupción... y la dudosa exactitud de los datos sobre la dotación real de la fuerza".
En ese sentido, es frecuente que los soldados sean enviados a zonas donde no tienen conexiones culturales o familiares, una de las razones por las que algunos pueden apresurarse a abandonar sus puestos incluso sin haber combatido. Una enorme ventaja al enemigo de guerra.
El poderío militar de los talibanes es aún más difícil de medir. Según el Centro de Lucha contra el Terrorismo de Estados Unidos, las estimaciones sugieren un núcleo de 60.000 combatientes. Si se suman otros grupos de milicianos y partidarios, esa cifra podría superar los 200.000.
ARMAS
Otro punto son las armas. El ejército afgano ha recibido miles de millones de dólares para pagar los salarios y el equipamiento de los soldados, en su mayoría por parte de Estados Unidos. En su informe de julio de 2021, el inspector estadounidense en Afganistán afirmó que se habían gastado más de US$88.000 millones en seguridad.
Sin embargo, ahí viene otro problema. La fuerza aérea siempre ha tenido problemas para mantener y volar sus 211 aviones. Esto se agrava con los ataques deliberados de talibanes a los pilotos. De otro lado, el ejército tampoco es capaz de satisfacer las demandas de los comandantes.
Afganistán quedó inundado de armas desde la invasión soviética en los años 80, y los talibanes han demostrado que incluso la artillería más rústica puede derrotar los sofisticados comandos occidentales.
ESTRATEGÍAS
Si comparamos a los dos bandos, los talibanes han sido más efectivos: capturaron pasos fronterizos y puestos de control clave, desviando los muy necesarios ingresos aduaneros de un gobierno con problemas de liquidez. También han intensificado los asesinatos selectivos de funcionarios importantes, activistas de derechos humanos y periodistas.
Por su parte, el Gobierno no ha encontrado un rumbo fijo. Las fuerzas especiales afganas son relativamente pequeñas en número, alrededor de 10.000 efectivos, y ya están al límite. Por esa razón, han estado a la defensiva, discutiendo y despidiendo a los generales.
Como se ve, los talibanes han logrado un mayor peso que el Gobierno y, parece, que están en el camino a conseguir su objetivo: retomar el poder después de dos décadas. @mundiario
