¿Por qué feministas como Lidia Falcón están contra la 'Ley Trans'?

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Lidia Falcón, política y escritora española; Carmen Calvo, vicepresidenta primera; e Irene Montero, ministra de Igualdad. / RR SS.

Las feministas dicen se banaliza el papel de la mujer y acusan al que llaman “Lobby Gay" de patrocinar los  vientres de alquiler.

¿Por qué feministas como Lidia Falcón están contra la 'Ley Trans'?

Aunque inicialmente, la vicepresidenta Carmen Calvo manifestó su profundo reparo a la llamada “Ley Trans” por entender que alguno de sus planteamientos, al generalizarse, afectaba a conceptos básicos que atañen a la condición y el sexo del conjunto de la población ordinaria, finalmente, sin que se separa que haya habido cambios substantivos en el diseño inicial, dice ahora que es un proyecto de ley “razonable”. Por lo visto, como dijo al principio, esta ley ya no supone “una inseguridad jurídica para 47 millones de españoles”, la mayoría de los cuales estamos contentos con nuestro sexo y nos consideramos, sin dudas, hombres o mujeres, como dijo la señora Calvo al comienzo del debate, en el que se interpreta que ha sido derrotado por su compañera de Gobierno, la señora Montero. Pero parece ser que no.

No deja de ser curioso que la más expresa oposición a esta ley no haya surgido de la derecha, sino del Partido Feminista, que ha señalado algunas contradicciones, como el hecho de que un violador convicto y penado que decida cambiar de sexo (o género, como dicen ahora) pueda reclamar ser recluido en una cárcel para mujeres y que un hombre trans pueda competir deportivamente con mujeres reales biológicamente. Asimismo, la nueva norma permite que las mujeres lesbianas, bisexuales y las mujeres sin pareja vuelvan a tener acceso a técnicas de reproducción humana asistida luego se siete años sin acceso a ese derecho en el Sistema Nacional de Salud. Igualmente, el Gobierno se ha comprometido a redactar una Orden Ministerial en el plazo de 6 meses para ampliar este derecho a las personas trans con capacidad de gestar.

El anteproyecto recoge la libre determinación de la identidad de género de las personas trans mediante una doble comparecencia ante la persona encargada del Registro Civil, sin medios de prueba ni testigos. Este procedimiento pueden iniciarlo las personas mayores de 16 años por sí mismas y, siendo mayores de 14 y menores de 16, acompañadas de sus representantes legales. En el caso de los mayores de 12 años y menores de 14, el procedimiento para cambiar de sexo registral será mediante Jurisdicción Voluntaria. El anteproyecto también incluye la posibilidad de que los menores de 12 años puedan cambiarse el nombre en el Registro Civil, lo que permite que se desplieguen numerosos derechos en todas las esferas de su vida privada.

Cambios substantivos en el Código Civil

El anteproyecto de esta ley, que acaba de aprobar el Consejo de Ministros, introduce un cambio substantivo en el Código Civil, que va mucho más allá de lo que supuso el nuevo concepto de matrimonio; ya que en este caso desparecen los viejos conceptos "padre" y "madre" por "progenitores". Además, si la referencia es individual a cada uno de ellos, se les nombrará como "madre o progenitor gestante" y como "padre o progenitor no gestante". La palabra procede del latín “progenitor, progenitoris” y significa según la RAE: “Pariente en línea recta ascendente de una persona. Ser vivo que origina a otro y por fin, El padre y la madre”. Por cierto, que los romanos decían aquello de la mater “quia Semper certa est”. Lo que se entiende bien. Claro que en esta sociedad nuestra el aserto del jurista Paulo puede o no puede ser. Como nos enseña la profesora Arias Alonso, mater “es un término antiguo de origen indoeuropeo y, al igual que sucedía con pater, es el vocablo universal para denominar a la madre […] Implica una idea de dignidad social (y no de poder como pater) por lo que puede ser utilizado como epíteto honorífico de divinidades femeninas (Vesta, Cibeles, Tierra, Ceres...) y personajes ilustres (mujeres de la familia imperial, sacerdotisas...) y designa no sólo a la mujer que ha dado a luz a un hijo sino a la que se encarga de su cuidado y de su alimentación, es decir, nodrizas, madres adoptivas, etc”.

Dado que el sexo de una persona será determinado por un acto de voluntad, sin que la biología sea un factor relevante, ha dado lugar ya, como corresponde al humor celtibérico a todo tipo de chistes y viñetas, como algunos que sugieren los futuros recién nacidos no tendrá sexo hasta que lo determinen en cada caso, a partir de la edad que establezca el Gobierno. Las expresiones y en ese mismo tono se apunta que “las expresiones niño o niña dejarán de usarse de modo definitorio y serán sustituidas por otra de carácter genérico adecuada. Serán llamados "post nasciturus en trámite". Es un chiste. Al menos de momento.

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El humor celtibérico no ha tardado en inspirarse en los cambios anunciados. / RR SS.

 

Para los romanos, el concepto de familia era el conjunto de dos o más individuos ligados entre sí por un vínculo colectivo, recíproco e indivisible, de matrimonio, de parentesco o de afinidad, que constituía un todo unitario. En sentido amplio, se incluyó en el término familia personas difuntas o por nacer, familia como estirpe, descendencia, continuidad de sangre, o bien, todavía en otro sentido, las personas que contraen entre sí un vínculo legal que imita al vínculo de parentesco de sangre, o sea la adopción.

En el mundo Occidental, hasta el presente, heredamos los ritos que expresaban el concepto de matrimonio que en aquellos tiempos lejanos fue uno de los elementos esenciales de la sociedad. Curiosamente, en principio, la mera convivencia regular entre un hombre y una mujer era suficiente; pero la República primero, y más tarde el Imperio dieron forma jurídica a esa convivencia mediante una serie de rituales que llegaron a nuestros días: las arras, el anillo de compromiso, el uso de velo por parte de la novia y hasta el beso final. Ahora, se va a reforzar el sentido etéreo del propio matrimonio, aunque ya no se caracterizaba por los esponsales entre un sujeto varón y otro sujeto hembra, dado que ambos contrayentes pueden ser personas del mismo sexo. Así lo especifica el artículo 44 de la citada disposición del Código Civil: “El hombre y la mujer tienen derecho a contraer matrimonio conforme a las disposiciones de este Código. El matrimonio tendrá los mismos requisitos y efectos cuando ambos contrayentes sean del mismo o de diferente sexo”.

Critica y discrepancia feminista

La discrepancia que en principio apuntaba la vicepresidenta Calvo coincidía en la misma dirección que lo hace la crítica más ponderada sobre este asunto, al entender que es inexcusable establecer cauces jurídicos seguros y sin las complicaciones del pasado para aquellas personas que se hallan recluidas dentro de un cuerpo que no se corresponde con lo que realmente se sienten y desean ser, por lo que más allá de la propia biología, se les debe reconocer el derecho a cambiar la consideración jurídica y administrativa para ser reconocidas como lo que quieren ser. Pero más allá de estos casos concretos, el Gobierno se propone dar una respuesta genérica a la variedad de situaciones familiares, como las familias formadas por parejas del mismo sexo, por personas transexuales o por personas no binarias, reivindicaciones históricas del colectivo LGTBIQ+.

El pasado año, Izquierda Unida expulsó de sus filas al llamado al Partido Feminista de España por su oposición a la “Proposición de Ley sobre la protección jurídica de las personas trans y el derecho a la libre determinación de la identidad sexual y expresión de género”. Una histórica y respetada dirigente de la izquierda, Lidia Falcón, ha sido la más expresiva opositora a la referida ley, mediante una razonada exposición que, desde la otra orilla fue saludada con insultos habituales.

El partido de Lidia Falcón era muy crítico con todo lo relativo a los cambios de sexo de los menores, sin una serie de cauciones previas y se oponía a las iniciativas de Podemos que ahora se van a imponer. En ese sentido, la crítica del Partido Feminista se concreta en una serie de puntos, empezando por que el lenguaje empleado pretende eludir el concepto mismo de mujer. Y en ese sentido apunta que trata de: “Sustituir el feminismo, tanto en su teoría como en su práctica por la teoría “Queer”, que niega la existencia de hombres y mujeres y que afirma que solamente existen sujetos que pueden cambiar de una conducta y una apariencia masculina a otras femeninas, indistintamente. Esta ideología como arma ideológica posmoderna del patriarcado es un ingenioso invento del neoliberalismo, que lo mismo sirve para defender el negocio de la prostitución que el de farmacéuticas y salud y los vientres de alquiler. Tal transformación del lenguaje, adoptada a partir del posmodernismo, tiene como objetivo olvidar las categorías antropológicas y marxianas, para despolitizar y banalizar tanto las teorías marxistas como las luchas que está librando el Movimiento Feminista y deslegitimar la definición de la mujer como clase social explotada y oprimida”.

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Manifestación a favor de una ley trans integral. / RR SS. 

Lidia Falcón criticaba las imposiciones de lo que calificaba como “Lobby Gay”, acusándolo de pretender lograr “la legalización de los vientres de alquiler. Los homosexuales quieren poder alquiler úteros femeninos para producir niños o niñas para su propio disfrute como un objeto más que añadir a sus posesiones”. La críticas de Lidia Falcón abordaron todos los ámbitos donde la Ley Trans puede producir efectos no deseados, señalando entre otros el mundo del deporte, donde “quedan prohibidos los controles de identidad sexual y/o de género en el ámbito deportivo”; es decir que un hombre que se transforme en mujer pueda competir contra mujeres propiamente tales de origen.

Teorías enfrentadas

En suma, este aspecto del debate encierra otra. El enfrentamiento entre las teorías “Terf” (que sería feminista radical transexcluyente), que considera que las mujeres transgénero no son propiamente mujeres, y la Teoría “Queer” que mantiene que que sostiene que los sexos (ellos dicen género) as identidades sexuales y las orientaciones sexuales no están esencialmente inscritos en la naturaleza biológica humana, sino que son el resultado de una construcción social, que varía en cada sociedad.

De momento, el proyecto de Ley Trans mantiene el esquema inicial en todos sus aspectos básicos: aborto y reproducción asistida para las personas transexuales y autodeterminación de género sin necesidad de consentimiento paterno, entre otros puntos polémicos. También recoge medidas para la reparación de las personas trans o la inclusión de una tercera casilla para el género no binario, entre otras. Las iniciales dudas del PSOE fueron superadas por sus consocios de Gobierno y apoyos decisivos, como ERC, especialmente sensible a las presiones del movimiento trans. @mundiario 

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