Puigdemont demanda a Rajoy que deje las ambigüedades respecto al referendo

Carles Puigdemont ha repetido que convocará al referendo independentista de Cataluña. El presidente de la Generalitat confirmó su proyecto pese a las grietas que se han abierto en el bloque de consulta, con los chicos de Ada Colau empezando a distanciarse del Gobierno, y con todo y las que calificó como "amenazas" de Madrid. Puigdemont incluso demandó a Rajoy que explicara "si está dispuesto a todo" y qué estrategia aprovechará para impedir la celebración de esta consulta.

El catalán ha extendido su inciso en que explica de que probablemente el Estado aproveche toda su fuerza para evitar a como de lugar el referendo, por lo que exigió a Rajoy que dejara a un lado las ambigüedades y que explicara clara su postura de una vez. Sí ha explicado que ese rechazo total y frontal a Madrid, al igual que la judicialización del proceso independentista o las operaciones del aparato del Estado para frenar el mismo tan solo lo alienten más para celebrar el referendo. Dichos movimientos, dijo a los parlamentarios, "ni disuaden, ni replantean, ni rectifican, ni reculan" su plan.

El discurso del catalán no fue ni mucho menos improvisada. Su última afirmación llegó luego de ser preguntado si "las amenazas" de La Moncloa tendrían un efecto directo en el emprendimiento, pregunta hecha por Jordi Turull, líder parlamentario de Junts pel Sí. Su respuesta fue un claro no. Ya previamente le había avisado al socialista Miquel Iceta que "Cataluña es una nación y que, como nación, tiene derecho a la autodeterminación", a la vez que dejaba ver dudas sobre que la ejecución de este derecho suponga en España lo que ha calificado como un "deporte de riesgo".

El líder del socialismo catalán le había espetado que su Gobierno está dispuesto a celebrar el referendo pese a lo que dicta la Constitución, tal y como m marcan las buenas prácticas democráticas que reza la Comisión de Venecia y sin considerar las consecuencias que su despropósito puede traer tras su celebración. Puigdemont replicó que las únicas consecuencias vendrán al momento de ejecutar el resultado. Previamente había dicho que había remitido una carta a la Comisión de Venecia para que este organismo sea una asesoría al Gobierno catalán, tal y como acordaron los grupos de Junts pel Sí y Catalunya Sí que es Pot (CSQP). La Comisión de Venecia, ente dependiente del Consejo de Europa, asesora en cualquier tema conscerniente a convocatorias como la que planea Puigdemont. Su Código de Buenas Prácticas incluye, no obstante, una lista de requerimientos que los grupos independentistas no se han molestado en revisar: la consulta no puede ir contra la Constitución ni la legalidad y, al menos, la ley del referendo no podrá haber sido modificado como mínimo un año antes de llamar a los ciudadanos a votar.

Con la confluencia de izquierdas del CQSP las discrepancias han sido distintas. Las mismas se han erigido en torno al Pacto Nacional por el Referéndum. Lluís Rabell, líder del grupo parlamentario de dicha confluencia, ha cargado contra Puigdemont por "menospreciar" la plataforma que defiende una consulta con todas las garantías luego de que Barcelona convocara este lunes a una reunión con los partidos al margen del pacto. De paso, ha dicho que ahora mismo debe reunirse el pacto en cuestión en la reunión del próximo martes y decir "las cosas claramente".

La acusación no le hizo ninguna gracia a Puigdemont y ha dicho que fueron los "comunes" de Colau quienes han intentado aprovechar este pacto para sus propios fines. "Yo sé quién ha intentado manipular el Pacto", explicó para luego aclarar que quien ha "menospreciado" al Gobierno ha sido Catalunya en Comú por haberse negado a acudir a la reunión que él mismo llamó y que tomará lugar en el Palau de la Generalitat.