El PSOE pide a Puigdemont que llame a elecciones para evitar su hundimiento

José Luis Ábalos. / Twitter.
José Luis Ábalos, dirigente del PSOE. / Twitter.

En Ferraz apoyan la aplicación del artículo 155 de la Constitución, pero tampoco ven con malos ojos que Barcelona disuelva su Parlamento y llame a comicios cuanto antes.

El PSOE pide a Puigdemont que llame a elecciones para evitar su hundimiento

El PSOE teme el impacto que la aplicación del artículo 155 de la Constitución para poner freno al avance independentista de Cataluña sea más de lo que los catalanes, españoles y las mismas instituciones políticas puedan soportar. Así, los socialistas han confirmado que si bien apoyarán al Gobierno en este emprendimiento, esperan que esta intervención sea "muy, muy limitada" y "lo más breve posible". El partido rojo negocia las medidas con el Ejecutivo central y para eso han enviado esta tarde de jueves a la exministra Carmen Calvo a una reunión con la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría.

En Ferraz sostienen que Puigdemont tiene todavía una escapatoria a lo inevitable, aunque la misma resultaría un movimiento kamikaze: convocar a elecciones en la comunidad justo antes de que el Pleno del Senado de luz verde a las medidas que recibirán el sábado de manos de los ministros del Gobierno. El pleno en que darán luz verde a las mismas, tal y como informó MUNDIARIO, podría demorarse en su celebración, por lo que tomaría lugar hasta el viernes. "Hasta la votación del pleno del Senado siguen abiertas todas las ventanas para el diálogo", explicó José Luis Ábalos, del partido rojo.

El dirigente y hombre de confianza del secretario general socialista Pedro Sánchez, ha explicado que el Estado no está en condiciones de "ceder ante la inadmisible amenaza" del Govern, que en su respuesta al requerimiento de Mariano Rajoy explica que si éste se atreve a invocar el dichoso artículo constitucional procederá a declarar la independencia de forma unilateral. En otras palabras, Puigdemont está dispuesto a dispararse si Rajoy le dispara primero.

Sánchez y los suyos han perdido la paciencia con el líder catalán, y le han recordado que el referéndum del pasado 1 de octubre tomó lugar "sin garantías ni controles" y los resultados se basaron en una ley "declarada ya inconstitucional". "No podemos aceptar en ningún modo la existencia de represión en España", explicó el dirigente respecto a la alusión que hizo el president a la presencia de agentes policiales en Cataluña y a la condena de prisión incondicional que pesa sobre Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, líderes de ANC y Òmnium Cultural, respectivamente.

Recelos de Puigdemont

La propuesta de diálogo que enfiló el jefe de Cataluña ha levantado varios anticuerpos en Ferraz, en donde la han tildado de "tramposa", puesto que la misma fue creada únicamente para "negociar las condiciones de la secesión". El secretario de Organización recordó que no se puede entablar un diáogo "bilateral" entre ambas partes. "No asumimos la bilateralidad del Estado y un pretendiente a miniestado", explicó.

Por eso, los socialistas entienden que la aplicación del artículo 155 de la Constitución está más que justificada. Eso sí, aquélla deberá ser "muy, muy limitada y lo más breve posible" a fin de que las cosas regresen "a la normalidad" lo más pronto posible en Cataluña. Las elecciones son una salida casi inminente, de acuerdo a Sánchez y los suyos.

Si bien el partido ha intentado no precisar cuál es el plazo al que se refieren, se concluye que el margen para su celebración no son los 54 días habituales desde que se disuelve el Parlament de la comunidad en una suerte de golpe de Estado, sino que podría ser incluso más largo. "El tiempo es el más breve posible que permita la vuelta a la legalidad", reiteró el dirigente, para luego admitir que no ven tampoco difícil que todo se aplace hasta principios del próximo año.

A estas alturas, la aplicación del artículo 155 de la Constitución es ya inminente. El Gobierno remitirá las medidas con las que se hará del control del Govern, que se arrinconó a sí mismo en su invento secesionista y que luego se quedó a media entrada del seól cuando Puigdemont, probablemente en un ataque de nervios, proclamó la independencia para luego suspenderla instantáneamente. Con todo el proyecto independentista metido en la caja de Schrödinger, Rajoy ha decidido no esperar a que Barcelona explique en dónde está parada y a decidido ir a su caza.

Sin salida, Puigdemont podría verse forzado a disolver su Organismo Legislativo y convocar a elecciones. La medida sería un suicidio político para su Administración, pero impediría una intervención en la que Rajoy y su Gobierno parecen no estar dispuestos a dar contemplaciones.

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