¿Ha borrado el PSOE definitivamente de su agenda la opción republicana?

Pedro Sánchez y Felipe VI.
Pedro Sánchez y Felipe VI.

Mediante argucias semánticas se trata de aparentar fidelidad al ideal republicano, pero pragmatismo monárquico, acallando las voces de sectores juveniles que reclaman mantener aspectos esenciales de la identidad histórica.

¿Ha borrado el PSOE definitivamente de su agenda la opción republicana?

En septiembre de 2014, PSOE y PP impusieron su mayoría, impidiendo que se acordara convocar un referéndum sobre república o monarquía. La propuesta de Izquierda plural fue rechazada con 274 votos en contra, 26 a favor y 15 abstenciones. Los dos partidos mayoritarios actuaron al unísono en plena coincidencia como auténticos “partidos dinásticos” del viejo sistema turnante. Fue la primera ocasión en que se votó en el Congreso sobre la elección entre monarquía o república. Alberto Garzón de Izquierda unido volvió a insistir en que los ciudadanos tanían que poder elegir entre monarquía y república “porque el Ejecutivo no puede dejar de escuchar la voluntad del pueblo”. Ahora, con Podemos repiten una iniciativa que no tiene la menor posibilidad ni de ser discutida. El PSOE es el más firme apoyo de la Corona, más explícito que la propia derecha y el debate sobre ese asunto está ya fuera del partido.

En 2014, la diputada del PSOE Meritxell Batet y ahora ministra para asuntos territoriales, expresó el apoyo de los socialistas a la monarquía parlamentaria porque así se pactó entre todas las fuerzas políticas en 1978. Fue "un buen pacto para este pueblo", dijo tras señalar que la monarquía parlamentaria es "más democrática" que muchas repúblicas y "mucho más republicana" que muchas repúblicas.

El PP y el PSOE respaldan la Monarquía, aunque en algún momento algunas bases del segundo, como las de Juventudes Socialistas, hayan mantenido en sus programas de máximos la República.  La reforma de la Constitución es la asignatura pendiente de la democracia española. Mientras el resto de las constituciones de los países de similar cultura democrática se han ido adaptando a los cambios de todo tipo surgidos estos últimos años, en España sigue pendiente abordar cuestiones esenciales, porque se entiende que no eran urgentes o que no era prudente. En lo que toca a la Monarquía existe pavor a que toda reforma, que requiere el refrendo de los ciudadanos, si se hace como se debe, se convierta en un refrendo sobre la ya inestable situación de una institución en crisis.

El 19 de enero de 2012, en unas declaraciones al diario El Mundo Cristina Cifuentes, entonces delegada del Gobierno en Madrid, del PP, con más de 20 años de trayectoria política en las filas del PP, expresaba importantes diferencias con la línea oficial de su partido con relación a temas tan sensibles como la Corona y vertía este comentario, si bien dando una de cal y otra de arena y se declaraba “republicana por convicción ideológica”. Claro que no permitió la menor muestra, ya fuera una insignia de solapa, el día de la subida al trono de Felipe V.

Pero donde realmente se ha impedido el debate sobre la pervivencia de la Corona es en el PSOE, máxime en estos días, con sus habituales contradicciones: El 10 de noviembre de 2013, la agencia oficial Efe, distribuía el siguiente mensaje: “Con un sonoro abucheo y un coro de silbidos los delegados socialistas congregados en el plenario de la Conferencia Política han acogido la inclusión en el nuevo ideario del PSOE de un apartado en el que el partido afirma, pese a su tradición republicana, su apoyo a la institución monárquica. A juzgar por la reacción de una buena parte de los delegados, el respaldo a la actual Jefatura del Estado no es ni mucho menos unánime. Así, cuando Ignacio Sánchez Amor ha explicado este apartado concluido en la comisión número 1 de la Conferencia, sus palabras se han visto acompañadas por un rumor creciente que se ha convertido en una salva de abucheos y silbidos predominando sobre unos tímidos aplausos”.

La vuelta a las raíces del socialismo fue sido el eje sobre el que se redactaron las conclusiones de cada una de las comisiones debatidas en la Conferencia Política del PSOE. Una de las conclusiones afirma: "Reclamamos a la institución monárquica el máximo respeto de la división de poderes". Por primera vez en mucho tiempo, el PSOE reclamaba su tradición republicana. Pero la afirmación de que el partido no haya encontrado motivos para abandonar el consenso alcanzado en la Transición con respecto al apoyo a la monarquía, provocó los únicos silbidos en una parte del aforo.

El apoyo a la Corona tras Juan Carlos I

Conviene recordar que, tras la abdicación de Juan Carlos I, el PSOE manifestó su apoyo a la Corona de forma contradictoria: Pérez Rubalcaba dijo, en nombre de su partido que, si bien el partido seguía siendo republicano, en este momento apoyaba la continuidad de la monarquía en la persona del hijo de Juan Carlos I. Ese apoyo fue gráficamente reforzado con ocasión del 39 congreso del partido, en el que Pedro Sánchez recuperó el liderazgo. El equipo de Sánchez y las Juventudes Socialistas pactaron un texto que eliminaba la referencia al referéndum entre monarquía o República. Pero con ese habitual doble lenguaje definió sus valores como "republicanos".

Las crónicas de este episodio subrayan que la nueva dirección del PSOE evitó en el último momento que el pleno del 39 congreso federal votase una enmienda que pedía la implantación de una República en España. La enmienda fue presentada por las Juventudes Socialistas en una de las comisiones para la ponencia política. Logró pasar el corte para llegar al pleno por 98 votos a favor y 69 en contra. El texto era contundente y proponía un referéndum para elegir entre monarquía o República. El PSOE intentó retirar la enmienda ante las reticencias de las Juventudes del partido. Esta situación provocó un retraso de más de dos horas en la aprobación de los dictámenes de las comisiones. El pleno, previsto para las 22 horas del sábado, comenzó pasada la medianoche.

Para salvar la cara se hizo una redacción sin contenido, en la que se excluyó toda referencia a una consulta a la nación y se hace una inconcreta referencia a unos no definidos “valores republicanos” que no se explican. Asimismo, se hacía referencia igualmente genérica al estado federal. Pero borrado el texto original que animaba a avanzar e implantar la República como modelo de Estado" mediante una reforma constitucional y la convocatoria de un referéndum.

Un pequeño grupo de delegados reclamó que el asunto, dada su importancia fuera debatido y poco antes del plenario mostró unas cuantas banderas republicanas, al grito "España, mañana, será republicana". En cambio, la ponencia política concluyó reconocimiento que España es una nación de naciones, peso sin definir qué se considera una nación ni cuantas forman España. La nueva presidenta del PSOE, Cristina Narbona, explicó que el reconocimiento de la plurinacionalidad acordada por su partido es "perfectamente compatible con su integridad del Estado español y con la soberanía" de todos los ciudadanos. Ahora, el debate sobre la monarquía o la reivindicación de la república simplemente ha desaparecido. @mundiario

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