El protocolo de Torra con Sánchez revela que ambos son lo mismo

Quim Torra y Pedro Sánchez. / Archivo Mundiario
Quim Torra y Pedro Sánchez.
El protocolo es un lenguaje simbólico, pero evidente. La aparatosa forma que Torrra monta para recibir a Sánchez simula que ambos tienen el mismo rango, de modo inequívoco.
El protocolo de Torra con Sánchez revela que ambos son lo mismo

El protocolo es un lenguaje simbólico. Nos dice muchas cosas al mismo tiempo. Por eso formas parte del repertorios de recursos expresivos para materializar la dignidad,  rango del Estado y de las instituciones.  La reunión de Sánchez con Torra no deja de ser un acto ordinario, de carácter administrativo, en la que el presidente del Gobierno se reúne con el de una comunidad autónoma, subordinada dentro del Estado, en la que, aunque se vayan a tratar cuestiones políticas, éstas no pueden salirse de las competencias de unos y otros dentro del marco constitucional.

Pero Torra ha organizado, y Sánchez permitido, que el primer acto de esa reunión se haya acompañado de una puesta en escena que no vamos a ver, con toda seguridad, cuando Sánchez se vaya reuniendo con otros presidentes, como se ha anunciado, con la hipócrita y simplista pretensión de sumergir el cumplimiento de una de las condiciones que le impuso ERC para dejarlo seguir en la Moncloa.

Lo vergonzoso e indignante no es que el equipo de Torra haya montado esta charada, lo indigno es que la Moncloa pase por el aro de esta representación. Sánchez llegó al Palau de la Generalitat, en la Plaza Sant Jaume de Barcelona, a las 12.00 horas, donde ha sido recibido por Torra en el exterior. Bastaba un breve saludo protocolario. Pero no. Se hizo formar a un piquete de los mossos con uniforme de gala y bandera, a la que Torra y Sánchez pasaron revista cuan si fuera dos jefes de Estado. No es un acto de cortesía, es un acto de expresión de que el presidente Torra y Sánchez están al mismo nivel.

Ha sido normal, una vez dentro del Palau que el presidente Torra explicara aspectos históricos y arquitectónicos del edificio, aparte de los posados para la prensa. Tras lo cual los dos presidentes se dirigieron al despacho de Quim Torra, para celebrar la reunión. Pero las dos agendas no coinciden. Sánchez quiere tratar y hacer ofertas sobre la financiación autonómica, política social e inversiones en infraestructuras, según ha informado Moncloa en un comunicado. Pero Torra lleva en la suya celebración de un nuevo referéndum sobre la independencia y sobre la pretensión de que los líderes separatistas condenados por el 1-O sean amnistiados. Y además, de las 21 medidas que propuso en Pedralbes la otra vez que se vieron, la cuestión del relator o mediador, como se han cansado de anunciar.

Lo más lamentable es que Sánchez haya aceptado el paripé inicial. Ahí queda. Por cierto, ¿se acuerdan que Sánchez dijo quie nunca hablaría con Torra hasta que condenara la violencia? @mundiario

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