La pretensión de gobernar en el centro del péndulo se complica en España

Pedro Sánchez durante un mitín en Barcelona.- Twitter.
Pedro Sánchez en el cierre de su campaña en Barcelona. / Twitter.
Más que caudillos salvadores, necesitamos líderes con una gran capacidad de escuchar, de llegar a acuerdos, de aprender de sus errores, ... para avanzar con fortaleza sobre las sendas posibles que permite la sociedad.
La pretensión de gobernar en el centro del péndulo se complica en España

La democracia no es una tarea fácil y mucho menos completa, el ejercicio cotidiano de la vida en sociedad en el marco ampliado de las relaciones internacionales en que vivimos, impone a los distintos actores y sectores sociales el pensar diferente y hace imperiosa la necesidad permanente de perfeccionar la institucionalidad democrática republicana. Empero, abandonar la sana trayectoria de aprendizaje democrático tiene serias y muy profundas consecuencias sobre las aspiraciones de calidad de vida y de prosperidad de los pueblos. Es por eso que hoy, que vivimos una permanente y creciente tensión social, la fortaleza de la democracia se pone a prueba y es esencialmente, la democracia, con sus imperfecciones y oportunidades de mejora, el que mejor puede encausar la crítica, la autocrítica y el malestar social de nuestro tiempo.

El llamado a elecciones en España fue claramente un reflejo de eso que algunos podrían decir debilidad del sistema democrático, como resultado, hemos tenido a un electorado más enfadado y molesto que en abril pasado, hemos tenido un estrechamiento de las posibilidades reales del gobierno de la izquierda (PSOE, Podemos y Más País) así como un fortalecimiento de la extrema derecha (Vox), evento que marca un antes y un después para cualquier pretensión de gobernar en el centro del péndulo, otrora posible con un Ciudadanos fuerte, hoy en la debacle política. Empero, la situación del otro lado del Atlántico se ha tornado color de hormiga, como se dice en mi pueblo. Bolivia, amanece este lunes sin Presidente, en medio de una crisis electoral que irrumpe por la escasa transparencia del proceso, dictaminada por los observadores de la OEA y claramente exacerbada por la intransigencia del Presidente Morales.  Hoy vivimos una tormenta para la democracia en casi toda la América Latina y un desmantelamiento de los sistemas bipartidistas en Occidente, llevando sin duda a la necesidad de llegar a acuerdos entre las fuerzas políticas.

Ante los hechos, toca actuar con rapidez y habilidad política, los liderazgos, otrora basados en caudillos salvadores del pueblo, pasan hoy necesariamente por políticos dispuestos a escuchar con atención y resolver con prontitud las crecientes necesidades de las personas. El mensaje del Presidente Piñera en Chile es claro y sincero, “no hemos sabido escuchar y atender las demandas de la ciudadanía”. Pero esta frase, escrita luego de semanas de crisis y de manifestaciones que han puesto en entredicho a la nación ejemplar del continente, podría fácilmente trasladarse a casi todas las democracias y se convierte en el talón de Aquiles del sistema, la necesidad de escuchar la voz de la ciudadanía a tiempo y accionar los cambios en las políticas públicas para atender dichas demandas.

Es una crisis de la política más que una crisis política, es reflejo de los profundos cambios en la población, la tecnología y la dinámica social del siglo XXI. No existe país curado o sistema político que no tenga posibilidad de recibir el virus de la desesperanza, de la intransigencia, del enojo y del reclamo popular. Mientras tengamos mecanismos democráticos fuertes y sólidos, tendremos como aflojar el tapón y suavizar los cambios de forma pacífica. Si intentamos tapar la botella en clara efervescencia, podríamos cosechar un estallido peor a la causante inicial del descontento.

Es por eso que hoy más que caudillos salvadores, necesitamos líderes con una gran capacidad de escuchar, de llegar a acuerdos, de aprender de sus errores, ... para avanzar con fortaleza sobre las sendas posibles que permite la sociedad. El saber hacerlo nos dará muchos beneficios de aprendizaje, no sin antes tropezar dos veces como parece haberlo hecho el Estado Español, o tener una nueva constitución en Chile, unas nuevas elecciones en Bolivia y una fuerte llamada de atención a sociedades como la de Costa Rica, que sigue decayendo en su capacidad para afrontar la pobreza y la desigualdad, plato de cultivo de la protesta y el enojo ciudadano. Muy a pesar de algunos que sueñan con el pasado, la crisis de la política se resuelve con más y mejor democracia. @mundiario

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