El presidente de Nicaragua nombra a un muerto como presidente del Congreso

Daniel Ortega, presidente de Nicaragua.
Daniel Ortega, presidente de Nicaragua.

El frente sandinista extiende el mandato del fallecido René Núñez al frente del Organismo Legislativo como homenaje póstumo. Así, los muertos ahora no sólo votarán, sino que aprobarán leyes.

El presidente de Nicaragua nombra a un muerto como presidente del Congreso

Cuesta encontrar un adjetivo que le cuadre a Nicaragua. El pequeño país centroamericano es un disparate cuando se trata de política. Presidido por Daniel Ortega, el Estado nicaragüense ha vuelto a dar una seria campanada aunque, como todas las demás, no es precisamente positiva. Es más, no es ni tan siquiera creíble, y se dice eso de un país que tiene acostumbrados a todos a disparates mayúsculos. 

El Frente Sandinista de Liberación Nacional, del que Ortega es el máximo líder, se ha encargado de nombrar a René Núñez como presidente del Congreso de la República, pese a que Núñez falleció el 10 de septiembre en Costa Rica por deficiencias respiratorias. Núñez presidía la institución estatal desde 2007, año en que Ortega volvió al poder y su mandato se extenderá como mínimo hasta enero del próximo año. El presidente del país premia así a uno de sus más leales sirvientes y aliados, encargado de aprobar prácticamente cualquier disparate que su compañero le propusiera, como la construcción de un canal interoceánico, cuya concesión se aprobó sin debates y sin oposición a un empresario chino desconocido de nombre Wang Ying, y quien no ha conseguido sumar a ningún inversor a su proyecto.

Pero aparte de eso, el palmarés de Núñez incluye también haber garantizado el derecho a la reelección indefinida de Ortega como presidente por medio de reformas constitucionales en 2014. El fallecido legislador también se encargó, por ejemplo, de aprobar reformas al Código Militar y de dar el visto bueno a la Ley de Seguridad Soberana, que no es más que un eufemismo para darle permiso al presidente y sus huestes de suprimir cualquier mínimo intento de levantamiento en su contra utilizando la fuerza si es necesario.

Los colegas legisladores justificaron este nombramiento felicitando la "capacidad de diálogo que tenía el ingeniero Núñez en la Asamblea Nacional". Aparte, afirmaron que el ahora occiso fue "el impulsor de la modernización de este poder del Estado". Núñez se mantendrá en el poder hasta enero del próximo año. Si los muertos, como es tradición, votan por el FSLN (que se presenta por cierto sin ninguna oposición real a las urnas), Ortega podría concederle una nueva extensión en su mando. No es broma, en Nicaragua los muertos también votan. @hmorales_gt

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