El presidente de Haití habría sido asesinado por investigar a personas poderosas vinculadas al narcotráfico

El presidente de Haití Jovenel Moïse fue cruelmente asesinado en la madrugada del 7 de julio de 2021 en su residencia en Pétion-Ville, junto a él estaba su esposa, la primera dama Martine Moïse, que resultó herida durante el ataque pero logró sobrevivir tras ser evacuada al sur de Florida, en EE UU. Ahora una investigación del The New York Times revela los motivos detrás de su homicidio.

Al parecer, antes de su asesinato, el presidente trabajaba en una lista de personas vinculadas al narcotráfico en su país. No era una lista cualquiera, pues incluía a poderosos políticos y empresarios cuyas vidas privilegiadas podían tambalearse si el entonces mandatario enviaba la lista a EE UU como tenía planeado.

El ataque contra Moïse ocurrió en su casa, donde los “mercenarios extranjeros” saquearon una serie de documentos sensibles entre los que figuraba la lista donde se detallaba el grado de implicación de cada personaje involucrado con el narcotráfico.

La propia vida del mandatario, que sobrevivió fingiendo estar muerta, aseguró que luego de matar a su esposo los sicarios, en su mayoría colombianos, registraron la habitación en busca de documentos. Ahora la investigación sobre la muerte del presidente, se encuentra estancada pese a que los más de 20 sicarios colombianos fueron detenidos o asesinados en el transcurso de la investigación.

Poco antes de su muerte, en una entrevista con El País, el mandatario llegó a denunciar que un poderoso grupo empresarial estaba detrás de su cabeza, algo que comprobaría el The New York Times con una investigación donde añade ciertos nombres. Previo al momento de su muerte, Moïse tomó una serie de medidas que terminaron por causar su muerte. Entre ellas estaba la regularización de un puerto que creía era la entrada de mercancía de contrabando, limpió el departamento de aduanas, investigaba un comercio de anguilas sospechoso y mandó a destruir una pista de aterrizaje clandestina donde llegaban aviones procedentes de Colombia o Venezuela.

Charles Saint-Rémy, un poderoso empresario, estaba en la mira del fallecido mandatario. Igualmente en la mira de la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) siendo sospechoso de tráfico de drogas. Pero la relación de ambos es más complicada ya que Saint-Rémy es cuñado del expresidente Michel Martelly, quien se encargó de llevar al poder al propio Moïse y cuyo vínculo se rompió luego de que Martelly intentara manipular al mandatario desde las sombras.

Durante la gestión de Moïse, Saint-Rémy fue una figura poderosa decidiendo ministros o consiguiendo contratos públicos. Ahora se sabe que Martelly, un excantante, estudia la posibilidad de presentarse en unas próximas elecciones gozando de una gran popularidad.

Otro nombre que figuraría en la lista del presidente asesinado sería el de Dimitri Hérard, que fue miembro esencial de la seguridad del expresidente Martelly. Él era el jefe de la unidad de policía que se encargaba de la protección del Palacio presidencial cuando ocurrió el asesinato. Hérard es otro acusado de tráfico de drogas desde que en el año 2015 fuera visto dirigiendo la llegada de un barco con bandera panameña que transportaba 1.100 kilogramos de cocaína y heroína. Según la declaración de Keith McNichols, el exagente de la DEA asignado en Haití, el agente de seguridad se encargó de retirar el cargamento de droga junto a otros uniformados.

El hombre que lideraba a los sicarios encargados del homicidio, Joseph Felix Badio, un exinformante de la DEA, también formaba parte de la lista. Ha sido motivo de controversia que este hombre haya hablado vía teléfono con Ariel Henry, el nuevo primer ministro del país, antes y después del asesinato del presidente. Entre mayo y junio Moïse fue alertado por la DEA sobre el aterrizaje ilegal de avionetas en suelo haitiano, entonces ordenó la destrucción de la pista. Poco después fue asesinado.  @mundiario