En el PP andan sobrados de ego y faltos de mano izquierda negociadora

El diputado de Podemos Alberto Rodríguez, durante la elección del Presidente del Congreso. / RRSS
El diputado de Podemos Alberto Rodríguez, durante la elección del Presidente del Congreso. / RRSS

El Partido Popular actual quiere gobernar aunque no tenga pacto de legislatura, pero está muy poco hecho al diálogo y ėl mismo está complicando lo que parecía fácil.

En el PP andan sobrados de ego y faltos de mano izquierda negociadora

Mariano Rajoy sacó del interior de la chistera un programa que había mantenido escondido mientras iba saludando a los diferentes líderes políticos, y en lo que creyó un alarde de brillantez y estrategia, metió la mano en su sombrero y dijo voila, "he aquí el conejo que habremos de comer juntos". Grave error porque no era eso lo que querían los líderes cuyo apoyo recaba, Pedro Sánchez y Albert Rivera. El ego le había perdido una vez más por no lograr aprender de su maestro Aznar que había hecho una exhibición de cambio de actitud cuando necesitó el apoyo de Pujol y pasó del  insulto y el desprecio a besar donde el President pisaba, pero consiguió su objetivo, gobernar en minoría.

El programa reformado de Rajoy incluye bastantes puntos de los que Pedro Sánchez quiere sacar adelante, y también de los que quiere sacar Albert Rivera, pero ha sido presentado con la actitud de asombrar con el "mirad que listo soy", algo que resulta decepcionante. Si hubiese actuado con inteligencia y humildad habría dejado que esos cambios se produjesen en una mesa de negociación,  como un éxito de la presión de sus rivales para que pudiesen presentarlo como un logro y justificar así un cambio del sentido del voto. Claro que hay que reconocer que probablemente no ignora que si negocia sus cesiones habrán de ser muchas más para convencer a un Pedro Sánchez que pretende solucionar el problema catalán mediante la creación de un estado federal entre otros muchos cambios constitucionales, y mucho menos convencerían a Albert Rivera que pretende poner sobre la mesa todos los puntos que más le duelen al PP, la ley electoral,  las diputaciones, el Senado, los aforamientos, y muchas otras medidas democratizadoras, algo que ya conoce porque Ciudadanos siempre ha dado su apoyo en ayuntamientos y comunidades autónomas a cambio de puntos programáticos a realizar los tres primeros meses de mandato y nunca a cambio de prebendas. Además en este caso Pedro Sánchez tampoco aceptará cargos porque eso significaría dejar a Pablo Iglesias de jefe de la oposición con el protagonismo que eso conlleva. 

Sánchez trata ahora de lograr lo que ya hizo el PP con  la pinza, que el único culpable de que no haya gobierno sea Ciudadanos porque si suma sus escaños al PP con un si, el PSOE se abstendría. Una estrategia fallida porque todo el mundo sabe que lo que de verdad impide un  gobierno de coalición es que Rajoy no quiere apartarse ni asumir su responsabilidad política en los casos de corrupción, y que para que cedan y le apoyen hay que pactar una oferta que no se pueda rechazar, algo de lo que el ego de Rajoy le mantiene alejado.

Rajoy lo tiene fácil, muy fácil,  porque nadie quiere ir a unas nuevas elecciones en donde probablemente él sería el más beneficiado, y que nadie quiere gobernar con el apoyo de independentistas, salvo Unidos Podemos, pero debería bajarse del carro, como vulgarmente se dice, porque sus votos no justifican tanto ego ni pecho hinchado. Está con una pérdida de escaños enorme que por algo habrá sido, mientras que el PSOE, sin haberlo pedido ni propuesto, ya ha recibido la oferta de apoyo de Unidos Podemos, ERC y CDS,  lo que supone 173 escaños,  a dos de la mayoría aún sin haber hablado con el PNV, Bildu, o CC. 

Esta coalición nunca llegará a formarse porque estaríamos ante un frente de 20 partidos que ni siquiera se llevan bien o coinciden en sus intereses e ideales, pero si debería hacer reflexionar a Rajoy que el acuerdo,  que probablemente lo habrá,  debe lograrlo con humildad si quiere seguir en el cargo,  y desde luego aceptando muchas más condiciones de las que ofrece.

Los votantes que al parecer somos los únicos que nos equivocamos,  pedimos un poco de pragmatismo,  transparencia, y efectividad.

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