Portugal, tan cerca y tan lejos de España
Su ministro de Economía acaba de demostrar en su visita a Galicia una altura de miras de la que a menudo se carece en España, empezando por explicar las cosas de manera clara. Las empresas privadas tejen unas relaciones que las instituciones públicas no siempre saben ver, de ahí que vayan por detrás.
Las relaciones políticas entre España y Portugal y entre Galicia y el Norte de Portugal están repletas de retórica, básicamente porque están cargadas por desconfianzas históricas, recelos y complejos de muy diversos tipos, a uno y otro lado de la frontera. Sucedía algo por el estilo con España y América Latina, hasta que el desembarco de las grandes multinacionales españolas –incluidos los bancos– marcó un antes y un después. Hoy, en toda Iberoamérica, lo de menos es hablar de la madre patria y lo esencial son los negocios que crean intereses comunes, nada retóricos.
Entre España y Portugal y entre Galicia y el Norte de Portugal está empezando a pasar algo parecido y de ello se encargan, por ejemplo, firmas como Inditex, PSA y la gran banca española. La prueba más evidente es que las inversiones y el comercio suben como la espuma, a pesar de la falta de una estrategia política –con mayúsculas– que ordene las comunicaciones terrestres, aéreas y marítimas.
La Región Norte de Portugal sí mira a A Coruña y a Vigo, ya que abastece a Inditex de un tercio de su producción y a PSA de buena parte de los componentes de los automóviles que se ensamblan al lado de Balaídos
Portugal sigue mirando a Europa a través de Madrid y de la Meseta, y Galicia sigue mirando a Madrid. Pero eso ya sucede tan solo en el plano político. En el empresarial, la Región Norte de Portugal sí mira a A Coruña y a Vigo, ya que abastece a Inditex de un tercio de su producción y a PSA de buena parte de los componentes de los automóviles que se ensamblan al lado de Balaídos. Y, más en general, desde toda Galicia se mira a Portugal para exportar, importar e invertir.
Emilio Pérez Nieto y Santiago Lago, presidente y director del Foro Económico de Galicia, han tenido el acierto de saber ver la realidad, y aunque el ministro español de Economía prefirió asistir a un acto en Madrid, en vez de estar en Baiona el pasado jueves, lograron sentar en los I Diálogos España-Portugal al ministro portugués de Economía. Ante la disyuntiva de Portugal, tan cerca y tan lejos de Galicia, Manuel Caldeira Cabral acaba de demostrar en su visita a Galicia una altura de miras de la que a menudo se carece en España, empezando por explicar las cosas de manera clara. Parece cada vez más evidente que las empresas privadas están construyendo unas relaciones que las instituciones públicas no siempre saben ver, de ahí que a menudo vayan por detrás.
De Caldeira Cabral no cabe esperar milagros –habrá que seguir pagando peajes– pero sí una estrategia económica que pasa por entender las relaciones entre España y Portugal en clave de cooperación, lo que pasa por impulsar las relaciones transfronterizas. Tal vez le queda por asumir que desde Galicia se insiste en potenciar el diálogo directo entre Galicia y la Región Norte de Portugal, lastrado a veces por el eje Madrid-Lisboa, cuyos intereses no siempre coinciden, como observaron importantes empresarios y académicos presentes en los I Diálogos España-Portugal. Por algo el rector de la Universidad de Vigo, Salustiano Mato, se encargó de subrayar que el Norte de Portugal y Galicia forman ya “el mejor centro de cooperación” de toda la Unión Europea.
Luis de Guindos o quien le sustituya como ministro –si se diera el caso– haría bien en asistir a los II Diálogos España-Portugal, pero no para hablar de la madre patria sino de las líneas maestras que refuercen por la vía de los hechos las relaciones entre Galicia y Portugal, materia en la que Manuel Fraga fue pionero y en la que el presidente Feijóo podría encontrar buenas referencias. @J_L_Gomez
El profesor de la Universidade do Minho Francisco Carballo presentó al ministro portugués de Economía, Manuel Caldeira Cabral. / Mundiario
Caldeira cruzó la frontera y De Guindos se quedó en Madrid
La presencia del ministro portugués de Economía, Manuel Caldeira Cabral, en los I Diálogos España-Portugal, ha dado coherencia al mensaje del Gobierno de Lisboa de impulsar las relaciones transfronterizas con España y, en consecuencia, con Galicia. Tras el rescate, Portugal es ahora una economía en crecimiento, con una gran capacidad exportadora, que no pasa inadvertida para las principales empresas de Galicia. Hay margen para ciertas disputas pero, en general, sobra espacio para la cooperación.
La ausencia de Luis de Guindos en los I Diálogos España-Portugal de Baiona (Pontevedra) no se comprende en un país como España donde al Gobierno se le llena la boca para decir que Cataluña, Euskadi y Galicia –lógicamente– también son Estado. Madrid a veces no entiende que no solo hay que hablar desde la capital del Estado con el exterior y que desde Barcelona, Bilbao, A Coruña o Vigo también se puede –y se sabe– mirar al mundo. Máxime, cuando de lo que se trata es de mirar a un país vecino, socio de la Unión Europea.