¿Por qué hay políticos en España que cobran el kilómetro más caro que los funcionarios?

Ejemplar de la Constitución de España.
Ejemplar de la Constitución de España.
La Constitucion española establece en su artículo 14 que “los españoles son iguales ante la Ley”. Sin embargo, la clase política ha establecido para sí misma una constitución paralela.
¿Por qué hay políticos en España que cobran el kilómetro más caro que los funcionarios?

La Constitucion española establece en su artículo 14 que “los españoles son iguales ante la Ley”. Sin embargo, la clase política ha establecido para sí misma una constitución paralela que, por  ejemplo, permite cosas como  que un españolito tenga que trabajar 35 años para la pensión máxima de 32.000 euros anuales y dicha norma no rige para los políticos, que con 7 años de su estresante trabajo reciben pensiones de  74.000 euros o más, no siendo incompatible con otros sueldos u otras actividades económicas . ¿Tendremos que recurrir al Tribunal Europeo como con la Ley Hipotecaria?

Las diferencias llegan hasta el ridículo. Me informa un sindicalista de que en las dietas por desplazamiento de los diputados autonómicos gallegos,  la gasolina se tarifa a 0,25 euros/km, mientras que para los funcionarios se sitúa en 0,19 euros/km. ¿Tienen gasolineras especiales que les cobran más?

Amparadas en pretendidas singularidades autonomistas, las desigualdades entre españoles son un clamor. Y es que no es igual la sanidad en Navarra que en Galicia o en Andalucía. Y no digamos la educación, donde existen historias de España que parecen de universos paralelos.

Hace unos meses, el 'caso Carromero' puso en las primeras páginas que un “asesor” de no se sabe muy bien de qué, pues ni su titulación es de bachiller, ni su experiencia era algo a resaltar,  cobraba mas de 50.000 euros, cantidad que nunca podrá cobrar un ingeniero con  30 años de experiencia en la Administración y una responsabilidad importante. La alcaldesa Ana Botella tiene 7 veces más asesores que el alcalde de París y con más de 60 abogados a sus órdenes, tiene que recurrir a un bufete externo para el 'caso Madrid-Arena'.

La justicia, el fiscal y todo el poder judicial no saben o no contestan ante este bochorno.

Este verano pasado me sentí avergonzada por primera vez en mi vida de ser española. El foro era un reducido grupo en Oxford de apenas 15 personas de Francia, Holanda, Brasil, Italia y Bélgica. Los que menos entendían nuestra situación eran los holandeses y belgas: se preguntaban como políticos a los que les tocaba la lotería varias veces seguidas seguían en el poder, o como 'los Albertos' no estaban en la cárcel…

Por eso me hace gracia cuando los partidos en el poder dicen que no se puede hacer otra cosa. Es difícil hacerlo peor. Lo difícil es que  alguien con sentido común  no lo mejore. Los partidos mayoritarios hoy se perciben por los ciudadanos, más como asociación de malhechores, que como élites encargadas de llevar un país hacia una utopía. Por eso no saldremos de esta mientras no se aparten del poder a todos los que hasta ahora lo han disfrutado y pervertido. Hay  que recuperar la justicia.

Dice el artículo 24.1.: "Todas las personas tienen derecho a obtener la tutela efectiva de los jueces y tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos, sin que, en ningún caso, pueda producirse indefensión".

Hoy millones de españoles estamos indefensos frente a nuestra clase política.

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