¿Podrá el papa Francisco purgar todos los pecados del poder Vaticano?

Cardenales en la Basílica de San Pedro
Cardenales en la Basílica de San Pedro.

El Papa crea una secretaría de economía y toma otras medidas para prevenir el blanqueo de capitales en el polémico Instituto para las Obras de Religión (IOR).

¿Podrá el papa Francisco purgar todos los pecados del poder Vaticano?

La crisis financiera se ha instalado en nuestras vidas… y en las del Espíritu Santo. No sólo los Estados han fusionado bancos y reformado su sistema financiero. El Vaticano también ha aprobado medidas en este ámbito, pero en otra línea… El papa Francisco quiere prevenir y luchar contra el blanqueo de capitales en una doble vía. Por un lado se ha creado un Comité de Seguridad Financiera y una Secretaría de Economía. Por otro, se refuerza con un nuevo estatuto la función de vigilancia de la Autoridad de Información Financiera sobre entes que desarrollen su actividad en ese ámbito, como es el caso del Instituto para las Obras de Religión (IOR).

Los cambios en la Santa Sede han incomodado a la mafia financiera. Un fiscal de Reggio Calabria ha llegado a decir en una entrevista que el papa Francisco podría estar en el punto de mira de la ‘Ndrangheta porque ve amenazados sus ámbitos de poder en el Vaticano. La relación entre la mafia y la iglesia siempre ha existido. Los hombres de honor siempre han sido hombres religiosos. Bernardo Provenzano (alias el tractor) llevaba dirigiendo la Cosa Nostra durante cuatro décadas desde un cobertizo en Corleone. Cuentan que guardaba una lupara y una manoseada biblia que consultaba a menudo, y que le disgustó profundamente que no le permitieran llevársela a la celda. En el momento de su detención, les advirtió a los policías que “no sabían lo que estaban haciendo” (su arresto podía suponer un cambio hacia una estrategia más sanguinaria). El novelista Andrea Camilleri, en un giro histórico, ha escrito que esas palabras son similares a las que Jesucristo pronunció en el Calvario: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”.

Octavo paraíso fiscal del mundo

Las reformas llegan tras conocerse una serie de informes que no dejan en muy buen lugar a la Santa Sede. The Guardian ha publicado que el valor internacional del Vaticano ocultado por empresas en paraísos fiscales supera el billón y medio de millones de euros y un estudio de la organización Voltaire que utiliza datos de Alemania y Suiza establece que el Vaticano es el octavo paraíso fiscal del mundo, por delante de países como Liechtenstein o Bahamas. Su legislación sobre el secreto bancario impide investigar el origen de los fondos que son depositados allí. Los bancos extranjeros no operan en su territorio y es el propio IOR el que se encarga de lavar el dinero ya que puede emitir euros vaticanos desde 2002.

El banco Vaticano, en la picota

El llamado banco vaticano lleva décadas despertando oscuras sospechas que han alimentado películas y novelas, pero la sombra de los delitos financieros se ha agrandado en los últimos años. Ettore Gotti Tedeschi, director del IOR desde 2009 (y antiguo presidente de la división italiana del Grupo Santander) fue nombrado con la intención de poner orden en las controvertidas finanzas de una institución que gestiona un patrimonio de unos 5.000 millones de euros depositados en 44.000 cuentas corrientes. En 2010 la justicia italiana congeló 23 millones de euros de “operaciones irregulares” en el banco y el escándalo le pasó factura. Fue investigado por blanqueo de dinero y su destitución en mayo de 2012 se interpretó como una consecuencia de la lucha de poder entre Benedicto XVI y el Secretario de Estado Tarcisio Bertone. La semana pasada, la Fiscalía de Roma eximió al banquero de Dios de cualquier responsabilidad penal. En aquellos tiempos convulsos, Tedeschi entregó un documento a su secretario que debía ser entregado a tres personas. Lo tituló “en caso de accidente” y se dice que en sus páginas aparecen las cuentas irregulares de mafiosos, empresarios y políticos. El banquero temía por su vida porque conocía los antecedentes de la organización…

Los antecedentes del Banco Ambrossiano

El Banco Ambrossiano existía desde 1896 pero fue a partir de los años 70 cuando empezó a tener relevancia pública de la mano de Roberto Calvi. Labró su exitosa carrera en las finanzas italianas junto a Michele Sindona, un oscuro banquero vinculado a la Cosa Nostra, nombrado Consejero Financiero del Vaticano por Pablo VI y relevante miembro de la logia masónica Propaganda Due. La lista de miembros de la P2 incluía ministros, parlamentarios, jueces, jefes de la policía, de los servicios secretos, banqueros y hasta el propietario de Il Corriere della Sera, un joven hombre de negocios y repentina fortuna llamado Silvio Berlusconi.  

Entre los años 70 y 80 el Ambrossiano se convirtió en el mayor banco privado de Italia. Calvi estaba en contacto con el Arzobispo Paul Marcinkus, por aquel entonces director del Banco Vaticano, propietario del 16% del Ambrossiano. Se sospecha que el Banco fue una plataforma de la CIA y la mafia para combatir los movimientos comunistas y la Teología de la Liberación en América Latina, que lavaba ingentes cantidades de dinero de la Cosa Nostra y que incluso pudo estar implicado en la muerte de Juan Pablo I debido a que planeaba una reforma de las finanzas Vaticanas.

En 1982 el escándalo estalló con la quiebra fraudulenta del Ambrossiano: había 1.287 millones de dólares cuya procedencia no se podía explicar. El Vaticano tuvo que asumir el pago de cientos de millones a acreedores. En junio, Calvi huyó con un maletín lleno de documentos y una semana después apareció colgado en Londres, en el puente blackfriars (“de los frailes negros”). Durante años se habló de un suicido pero las pruebas forenses establecieron que fue asesinado al igual que Sindona, envenenado en la cárcel cuando cumplía cadena perpetua por el asesinato de Giorgio Ambrosoli, el inspector que investigó sus bancos.

Cuatro décadas después siguen abiertos muchos interrogantes. Sobre los asesinatos y también sobre las finanzas. Leonardo Sciascia escribió con independencia y maestría sobre la Cosa Nostra. Tenía “una obsesión evangélica por la verdad”. ¿Tendrá el papa Francisco esa misma obsesión?.

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