Podemos supera al anarquismo más radical en su odio a lo que considera una democracia burguesa

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Pablo Iglesias y Manuel Carmena en un mitin. / Twitter

Las manifestaciones de Carmena considerando en declive la democracia representativa y de Iglesias invitando a cavar trincheras aclaran sin ambages la deriva de Podemos y sus contratas.

Podemos supera al anarquismo más radical en su odio a lo que considera una democracia burguesa

Han bastado dos frases para que Podemos y sus contratas se sitúen realmente en su verdadera dimensión política. Y, acorde con la doctrina que los inspira, han ido más allá de Lenin (¿Democracia para qué?) para superar incluso las proclamas del anarquismo más radical.

¿Qué quería decir Manuela Carmena cuando afirmó que la democracia representativa era un sistema en crisis y agotado? ¿Qué mensaje se desprende de las palabras de Pablo Iglesias, indicando que “hay que cavar trincheras en la sociedad civil"?

Tenemos los enunciados, pero, ¿cuáles son los consecuentes? ¿Acaso la alcaldesa de Madrid propone un sistema asambleario permanente o una federación de federaciones sin fin desde el estado a los barrios como la vieja utopía de Pi y Margalll que podemos leer en “Las nacionalidades”. ¿E Iglesias: acaso nos manda que nos preparemos para la confrontación civil (por ahora) para quienes no piensen lo mismo que él y los suyos?

En todo caso, parece que estos personajes tienen claro que hay que ir desarmando el Estado tal y como lo conocemos

El reciente incidente del centro de acogida de extranjeros de Madrid nos ha ofrecido una clarificadora muestra de por dónde pretenden llevarnos estos de Podemos y sus adheridos si llegan a gobernar. No deja de ser una impúdica paradoja que la misma señora que apenas hace unos días festejaba la entrada ilegal en España de una masa de extranjeros, tras violentar las fronteras, se ofrezca para “mediar” en la solución de un motín en un centro donde se acogen a personas en situación irregular, pendientes de expulsión, en algunos casos tras haber cometido algún delito en el territorio nacional.

Nadie duda que hay que mejorar o replantearse la naturaleza de estos centros de acogida (que existen en otros países con el mismo problema que el nuestro), pero eso es un aspecto del asunto. Pero a Podemos, los de soluciones para todo, les ha venido bien el lance para comparecer ante los medios. La presencia de diputados y concejales de Madrid de este grupo no deja de ser un lance teatral, al irrogarse la condición de vigilantes periciales de que se cumplen los derechos humanos y controlar de cerca a los servidores del Estado.

Claro que no se puede decir que no sea una prueba más de la coherencia de Podemos que lleva en su programa hacer ciudadanos de España, sin requisito alguno a todos los extranjeros que se encuentran en el país, entraran como entraran, desarmar las fronteras, cerrar los centros de acogida y, como guinde, permitir a los extranjeros que “formen partidos nacionales"; es decir, por países, para intervenir en la política española.

Las palabras de Iglesias nos deben alentar a prepararnos para lo que se avecina. Está claro, como ha dicho, que Podemos compaginará la agitación callejera que describe Lenin como acción de propaganda con las iniciativas parlamentarios, e incluso mezclados ambas; es decir, llevando al Congreso y allá donde puedan la propia agitación y el teatro cuando sea conveniente.

Y desde luego, si “hay que cavar trincheras en la sociedad civil” es porque se espera desencadenar una guerra en esa sociedad. O sea, una guerra civil. Ya me dirán si no qué quiere decir.

 

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