Podemos e Izquierda Unida muestran divisiones por el Gobierno de Madrid
Un séquito de concejales de Izquierda Unida han complicado sus labores a Manuela Carmena, que sigue contando con el apoyo de la mayoría de su equipo de trabajo.
Podemos e Izquierda Unida (IU) han vivido su primer enfrentamiento político relevante debido a la gestión del Ayuntamiento de Madrid, que ambos partidos gobiernan en sociedad mediante Ahora Madrid. Los tres concejales de Izquierda Unida forman el sector más crítico con muchas de las decisiones que ha tomado Manuela Carmena, alcaldesa de la capital. Este pleito tiene toda la impresión de que se sobredimensionará y arrastrará consecuencias ya no solo para la comuna, sino para todas las alianzas de estos socios electorales y parlamentarios.
Este ayuntamiento es la institución más grande que tienen los morados bajo su poder, contando un presupuesto que llega a los 4.000 millones de euros. Es el fortín que los de Pablo Iglesias pretenden renovar para 2019. El consistorio se trata también del gobierno de mayor peso que comparte la sociedad, que planean extender sus dominios a los ámbitos municipal y autonómico. No obstante, las últimas semanas han desestabilizado a la pareja a causa de los criterios en la administración del consistorio. Los concejales de IU han alzado la voz deliberadamente contra muchas de las decisiones de Carmena, mientras Podemos intenta minimizar las divisiones avisando a sus socios que la estabilidad en Madrid es esencial para el sostenimiento del resto de sus alianzas.
El Ayuntamiento de Madrid cuenta con 19 ediles, seis de los cuales son concejales de IU, 11 leales a Carmena, incluidos los de Podemos -en su mayoría más afines a Íñigo Errejón- y otros dos bailan de acuerdo a la canción. Esta división desatada por IU llama la atención considerando que la federación pretende que su proyecto de unidad con los morados sea a largo plazo y que les de influencia en todos los territorios.
De acuerdo a El País, en los cuarteles de Podemos consideran que la grieta que se está abriendo cada vez más en Madrid podría arrastrar consecuencias a otras organizaciones municipales, al igual que la posibilidad de que el proceder de este pleito impacte en el ámbito autonómico y estatal. Debido a ello, el diálogo con los de Alberto Garzón será elemental para el equilibrio de la institución municipal, cita el diario a sus fuentes internas. En otras palabras, Podemos recordará a su ilustre compañero que de lo que suceda en el Ayuntamiento de Madrid dependerá en gran parte el futuro de las alianzas mutuas en todos los campos. Como sea, Podemos espera que, con todo y estas diferencias, IU actúe de forma que se pueda consolidera "el bloque del cambio estatal y autonómico", escribe la periodista Elsa García de Blas, y para ello necesitan sí o sí del gobierno de Madrid.
Voces contra Carmena
Uno de los principales nombres de ese sector crítico es Carlos Sánchez Mato, concejal de Economía y Hacienda y alto dirigente de IU. Sánchez mostró desde el principio su negativa contra asumir el requerimiento del Ministerio de Hacienda de congelar unos 238 mllones de euros como parte de la Ley de Estabilidad, en tanto que Carmena aceptó el requisito. El concejal admite que Ahora Madrid se encuentra dividido aunque no cree que eso represente un riesgo para su gestión. Eso sí, Sánchez Mato valora tanto que el partido se mantenga unido como que las decisiones se tomen al unísono, redacta García.
El último frente abierto es el de la regla de gasto, partido en dos por incisos como la condena del pleno al ataque de la CUP a la sede del Partido Popular en Barcelona o la liberación de presos políticos en Venezuela. A la larga, Carmena dio de baja a Sánchez Mato como vicepresidente de Madrid Destino, empresa municipal de cultura y turismo, explica El País.
El mismo Alberto Garzón respaldó la decisión de desprenderse del concejal de Economía y Hacienda. Garzón firmó el manifesto "Madrid no te cortes", propuesto por los ediles más críticos, en el que llamaba a "no obedecer ante el secuestro de la democracia", según explica García. De parte de Podemos, el documento fue firmado tan sólo José María González, alcalde de Cádiz.
