Las pensiones, un reto para el consenso

Una pareja de jubilados. / PIxabay
Una pareja de jubilados. / PIxabay

Los parches, la demagogia y las falsas expectativas no resolverán un problema realmente complejo pero con solución a medio plazo. La presión de la calle viene de decenas de miles de pensionistas que se manifestaron en todo el país, hasta alcanzar el centenar de protestas para reclamar subidas.

Las pensiones, un reto para el consenso

Fueron muchos los jubilados que salieron a la calle para reclamar subidas de sus pensiones. Otras personas pidieron garantías de futuro para las suyas. El problema no es nuevo y las soluciones conocidas, tampoco. Pero si algo está claro es que las pensiones no se garantizarán con parches ni demagogia. Tampoco con falsas expectativas. Por delante está un reto para el consenso, donde están llamados a participar partidos políticos, sindicatos y patronales. Es preciso un nuevo pacto social en España, a ser posible fuera de la lucha partidaria.

Cada año faltan 18.000 millones de euros para pagar las pensiones; es decir, tres veces las inversiones reales del Estado. Pero también hay otra manera de verlo: bastaría recuperar los ingresos del impuesto de Sociedades para tapar ese agujero. Quiere eso decir que con el mismo PIB, la economía española permitía recaudar por sociedades 16.000 millones más en 2007 que ahora. Algo se está haciendo mal. Y algo se puede hacer mejor, en beneficio de la mayoría.

Advertencias durante años y años

Para algunos parece todo esto es nuevo, pero no es así. Incluso lo vieron a miles de kilómetros de distancia, hace ya 6 años. Por ejemplo, desde el influyente diario The New York Times, rotativo que en 2012 también advertía: “Dado que los parados de larga duración están empezando a perder las prestaciones por desempleo, la pensión se ha convertido en la principal fuente de financiación de cientos de miles de familias”. Así fue. Durante la crisis, la única renta que se mantuvo a duras penas fue la de los pensionistas, más de ocho millones de personas, de quienes dependieron a menudo hijos y nietos, de ahí que los jubilados se adelantasen ya en 2012 a los jóvenes en nivel de gasto.

En defensa del Gobierno habría que decir en este caso que las cosas hubieran ido peor en caso de haber rescate total –no solo del sector financiero–, ya que siempre que hay rescates terminan por tocar las pensiones. Sucedió en Portugal, sin ir más lejos.

Desde 2012 el Banco de España viene pidiendo al Gobierno medidas de control de gasto en las pensiones. Y más o menos desde esas fechas hubo editoriales y artículos de fondo en varios medios, entre ellos MUNDIARIO, donde se proponía abordar una reforma de las pensiones para asegurar su sostenibilidad. La propia Comisión Europa especuló con una reforma de las pensiones a raíz del rescate bancario.

Cal y arena

Antes veíamos un argumento favorable al Gobierno de Rajoy. Pero son más los negativos, incluso cuando se compara con el Ejecutivo de Zapatero. El último golpe a las pensiones se produjo en realidad el 30 de noviembre de 2012, al decidir el Gobierno que no compensaría el desfase del IPC, con lo cual un jubilado con pensión media (835 euros al mes) se quedó ya entonces sin 222 euros de paga compensatoria y 214 por la inflación.

Las pensiones perdieron más en un año con Rajoy que en toda la era ZP, ya que la merma de poder adquisitivo de 1,9 puntos con el PP superó los 1,2 puntos perdidos con el PSOE, bajo cuyo gobierno, entre 2004 y 2011, las prestaciones mínimas habían subido en torno al 50 %. El mantenimiento del poder adquisitivo fue, de hecho, la última promesa incumplida de las que le quedaban a Rajoy.

Hoy por hoy se sabe más de lo que piensa el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre las pensiones españolas –es partidario de más inmigrantes y más ahorro privado– que de lo que propone –de verdad– el presidente del Gobierno. @J_L_Gomez

Poca hucha y mucha demagogia

En plena crisis, la Seguridad Social se vio obligada a tirar del fondo de reserva de las pensiones para afrontar el pago de los jubilados. El Gobierno de Mariano Rajoy abrió esa hucha en 2012 y en menos de seis años fundió todo lo acumulado en más de una década, partiendo nada menos que de 66.815 millones de euros. La idea original de esta hucha había sido del presidente José María Aznar y la bonanza económica de la primera legislatura de Rodríguez Zapatero le permitió desarrollarla.

¿Cuál es la solución más fácil para las pensiones? Sin duda, ampliar el número de años de ocupación para acceder al 100 % de la pensión. Otra opción es calcular –a la baja– las pagas sobre el conjunto de la vida laboral. Y una tercera, no actualizar las pensiones, camino ya emprendido al desvincularlas de la inflación. También se ha introducido en el debate la idea de desincentivar las jubilaciones anticipadas para acercar la edad real de jubilación a la edad legal. Palabras mayores, líneas rojas.

––––––––– LOS PROTAGONISTAS –––––––––

Mariano Rajoy, presidente del Gobierno.- Su Gobierno no dejó de crear un clima favorable para tocar las pensiones, en busca de una nueva reforma cuyo objetivo final desembocase en alargar la edad de jubilación, siguiendo el camino emprendido por el Ejecutivo de Zapatero. Pero le faltó concreción.

> José Luis Rodríguez Zapatero, expresidente del Gobierno.- En su etapa ya se sabía que el sistema actual sería inviable a medio plazo, debido al creciente envejecimiento de la población y al aumento de la esperanza de vida. La aportación de un número insuficiente de ocupados no da para mantener el sistema.

> Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda.- Al margen de sus recientes ocurrencias, ha dejado pasar el tiempo sin hacer nada ni tomar la iniciativa en materia fiscal relativa a las pensiones. Peor aún: a menudo, el discurso de las recetas para las pensiones españolas se ha dejado en manos ajenas.

> Christine Lagarde, directora gerente del FMI.- ¿Son realmente necesarios 5,5 millones de extranjeros hasta 2050, ahorrar un 5% del salario y subir las cotizaciones de los sueldos altos o aumentar la proporción de personas trabajando?, como propone el FMI para garantizar las pensiones españolas.

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