Pedro Sánchez retoma el timón socialista: ¿será el "no es no" un presagio del adelanto electoral?

Pedro Sánchez, respaldado por sus seguidores. / PSOE
Pedro Sánchez, respaldado por sus seguidores. / PSOE

El primer día que Pedro entró en Ferraz lo hizo de la mano de Susana. Pero, ¡las vueltas que da la vida!, enseguida rompió amarras y quiso navegar solo, dando algún golpe de timón que, en alguna ocasión, hizo titubear el rumbo del PSOE.

Pedro Sánchez retoma el timón socialista: ¿será el "no es no" un presagio del adelanto electoral?

Afortunadamente, los ciudadanos están hoy más preparados que hace unos años y no admiten los golpes de Estado, ni siquiera dentro de la organización de un partido político. Sí, evidentemente me estoy refiriendo al del pasado 1 de octubre y la retahíla de errores que desde entonces han ido cometiendo los barones socialistas, después de una actuación que resultó lamentable y aparentemente improvisada. Tanto, que la primera declaración que hizo Josep Borrell le revela despistado cuando afirmó que  “si esto fuera un golpe de Estado, que no lo creo, estaría organizado por un sargento chusquero”. Así fue, los “barones” le cortaron la cabeza a Pedro y, en una reunión posterior, atribuyeron a la Comisión Gestora las competencias recogidas para la Comisión Ejecutiva Federal en los Estatutos y la normativa interna del Partido. Lo que pasó después no hace falta que se lo cuente yo.

El primer día que Pedro entró en Ferraz lo hizo de la mano de Susana. Tutorizado por la mandataria andaluza, el aguerrido marinero enseguida rompió amarras y quiso navegar solo, dando algún golpe de timón que lo hizo titubear en el rumbo, lo que provocó que el barco socialista hiciese aguas tras dos derrotas consecutivas. Sánchez construyó su propio aparato, buscó aliados que favoreciesen dar voz a los militantes y trató de evitar que las decisiones las tomasen tres “veteranos sentados en una mesa camilla”. Pese a todo, esos tres le cortaron la cabeza. A las afirmaciones de ¡qué solo está! de Zapatero, González y Rubalcaba, se unieron aquellos presidentes regionales que, ante la amenaza del sorpasso de Podemos, dijeron públicamente “que se habían equivocado eligiendo a un joven que no le gustaba a los jóvenes”. Y razón no les faltó, pues los resultados de las dos últimas contiendas electorales fueron malos, nefastos podríamos decir si analizamos los votos de los menores de 40 años.

Pero, ¡las vueltas que da la vida!. y, pese a todo, act, don’t react, es lo que parecen haber dicho los militantes, cuyos votos mayoritarios han devuelto la secretaría general a Pedro Sánchez. Se abre una nueva etapa, un nuevo PSOE, en palabras de su retornado líder, que ahora tendrá que aprovechar sí o sí su última oportunidad. Ya no tiene excusa.

Durante mucho tiempo el PSOE ha estado atrapado en un limbo, levitando, perdido y desconectado. Ahora tiene que volver a tocar tierra y dar respuestas a una sociedad carente de oportunidades, llena de problemas de precariedad, de desempleo,  de falta de oportunidades, etc. El partido, que fue origen y garante de la nivelación y la prosperidad durante la década de los ochenta, está ahora desaparecido. Los que han crecido viéndolo, han dejado de confiar en los socialistas, y los que vinieron después ni siquiera saben que fueron éstos los que construyeron los pilares básicos del estado del bienestar. Arduo trabajo tiene por delante el soldado Sánchez. Ahora el partido ya tiene la aguja con la que empezar a coser, solo falta por saber con qué hilo puede contar. Fueron muchas las tensiones, las palabras mal sonantes y los juegos sucios que  han practicado los candidatos durante la campaña, con choque de trenes incluido. ¿Y ahora qué? Está por ver cuántos de los que estaban se van antes de que los echen –como ha hecho el ya ex - portavoz, Antonio Hernando–, y cuántos pliegan velas para remar en el mismo sentido que el nuevo mandatario socialista.

El mejor parado de los dos perdedores parece ser Patxi López, a quien Pedro Sánchez podría integrar en su ejecutiva

El nuevo PSOE empezará a forjarse a partir de mañana, y de aquí al congreso socialista de junio les queda todavía mucho trabajo por hacer. El mejor parado de los dos perdedores parece ser Patxi López, a quien Pedro podría integrar en su ejecutiva. Mientras, Susana Díaz y los suyos, lo tienen más complicado, a pesar de la foto de familia que hemos visto después de los resultados. De todos modos, si consiguen recomponer y soldar la organización con la que concurrir a la contienda electoral, aún les falta todo: las propuestas –Cataluña incluida-, los nuevos dirigentes y las futuras alianzas. Nada parece estar claro todavía, salvo una cosa: que se ha cambiado el modelo de partido con la consiguiente pérdida de poder del comité federal por la vía de los hechos.

Pero antes de enfrentarse a todo esto, para que esta vez el timón lleve el rumbo adecuado, primero Pedro tendrá que responder a una pregunta: ¿quién es el adversario a partir de ahora?, ¿Mariano Rajoy o Pablo Iglesias?, según cuál sea la respuesta, sabremos si el “no es no” acaba con un adelanto electoral. Y, de ser así, ¿coincidirán los votantes con los militantes? @mariacadaval

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