Pedro Sánchez, convincente en La Sexta

Entrevista a Pedro Sánchez en La Sexta. / Mundiario
Entrevista a Pedro Sánchez en La Sexta. / Mundiario

Sánchez ha demostrado una vez más que tiene cualidades singulares. A la audacia demostrada con la moción de censura que implicaba una lectura correcta del malestar social, ha sumado la frialdad del buen estratega

Pedro Sánchez, convincente en La Sexta

En una entrevista llena de contenido, el Presidente del Gobierno ha contestado a un cuestionario sobre los temas recurrentes en la actualidad política: presunto plagio de su tesis, promesas incumplidas o modificadas, contradicciones entre sus ministros, etc. Lo menos que puede decirse es que ha salido airoso. En realidad ha ofrecido un recital de control de los problemas y de tranquilidad ante los riesgos derivados de la exigua mayoría parlamentaria.

El formato de la entrevista, un  cara a cara de una hora con una periodista relativamente incisiva,  ha permitido que el Presidente mostrase sus mejores cualidades: posibilismo, control de la coyuntura, realismo ante la aritmética parlamentaria, gradualismo en Cataluña, confianza en la mayoría suficiente para agotar la legislatura. Ni una palabra contra sus oponentes, a los que ha ignorado, ni una expresión que pudiera ser malentendida. Máximo autocontrol pero también, algo inédito en su Gobierno, argumentos y no mensajes.

Pedro Sánchez ha demostrado que en el actual griterío de la política española le lleva varios cuerpos de ventaja a sus oponentes. Como ya explicamos en MUNDIARIO, tiene a su favor la iniciativa, pero también ha entendido el malestar de la sociedad con el gobierno Rajoy. Y de momento esa evidencia juega a su favor. Demostrando prudencia ante las subidas impositivas, sensibilidad ante el empleo, coherencia ante el problema catalán y sentido de Estado ante ciertos problemas (judicatura, relaciones con Arabia Saudí), la entrevista ha sido un éxito rotundo para el Presidente.

Agotado el globo de la tesis doctoral, toca volver a la realidad. Ahí Sánchez ha demostrado que lleva ventaja. La oposición a día de hoy carece de alternativas solventes ante los principales problemas y está jugando a un cortoplacismo mediático que se agota.

La evidencia de que el nacionalismo catalán ha entrado en una vía muerta donde por debajo de la agitación callejera sólo hay conflictos entre los distintos sectores, ERC, PdeCat, CUP, Puigdemont, sólo allana el camino al Gobierno. Que al final Casado resulte imputado o tenga que abandonar el timón del PP, va siendo irrelevante, pues a él o a su sucesor les espera la derrota electoral si se mantiene la dinámica de los últimos meses que ya recogen las encuestas.

La única duda es si Ciudadanos será segunda fuerza. El resultado a tenor de los citados sondeos sería similar al actual, con una mayoría precaria de la izquierda sostenida por nacionalismos varios que pese a su acreditado conservadurismo consideran que la política territorial es prioritaria para sus intereses, ante los cuales el Partido Socialista es más sensible a sus demandas. En ese escenario Podemos puede tener la tentación de entrar en el Gobierno, algo que es manejable en términos políticos si los resultados acompañan.

Ha sido un buen final tras una semana demoledora. Las acusaciones subidas de tono de algunos medios de comunicación le han hecho un favor indirectamente. No es creíble que algunos periodistas, por muy acreditados que sean en su medio, suplanten el trabajo propio de las estructuras universitarias a la hora de certificar presuntos plagios, sustituyendo los informes de expertos, tediosos, densos y sólo aptos para los especialistas, por datos contundentes extraídos de aplicaciones informáticas. Por suerte la Universidad no funciona así. Las consideraciones de excelencia o mediocridad, las expide la Academia. La prensa puede y debe hacer otras muchas funciones pero no sustituir los filtros rigurosos. Ocurre también con los asuntos delictivos, donde las tertulias y comentaristas, expiden sentencias antes que los Tribunales de Justicia.

Sánchez ha demostrado una vez más que tiene cualidades singulares. A la audacia demostrada con la moción de censura que implicaba una lectura correcta del malestar social, ha sumado la frialdad del buen estratega, esperando el momento oportuno para ofrecer un argumentario elaborado ante los problemas principales. Podrá criticarse pero no puede ser considerado como una improvisación sino como la reflexión sosegada de alguien que lleva tiempo esperando su oportunidad. Los errores de los demás la están transformando en estrategia de largo plazo. @mundiario

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