Con su peculiar sumisión ante Trump, Rajoy se distanció de Merkel y Hollande, y de la Eurocámara

Donald Trump y Mariano Rajoy. / Pho.to & Mundiario
Donald Trump y Mariano Rajoy. / Pho.to & Mundiario

El contexto propició que la Oposición se refiriese en duros términos a Rajoy tras su diálogo con Trump. "Los españoles comprueban con cierta vergüenza que su presidente se ha ofrecido como una suerte de mayordomo" de Trump, opina el PSOE.

Con su peculiar sumisión ante Trump, Rajoy se distanció de Merkel y Hollande, y de la Eurocámara

Mientras el presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, se ofreció al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, como "interlocutor en Europa, América Latina y también en el Norte de África y Oriente Medio", según informó La Moncloa, otros mandatarios europeos como la conservadora Angela Merkel o el socialista François Hollande no han dudado en expresar con claridad y firmeza al presidente estadounidense los principios democráticos, de solidaridad y de apertura al mundo sobre los que se basa el proyecto europeo, y la Eurocámara rechazó la semana pasada al embajador propuesto por Trump para la UE.

En ese contexto, no es de extrañar que el PSOE se refiriese en duros términos a Mariano Rajoy tras la conversación que mantuvo con el presidente de Estados Unidos. "Los españoles comprueban con cierta vergüenza que su presidente se ha ofrecido como una suerte de mayordomo" de Donald Trump, opina el primer partido de la Oposición.

La toma de posición de Mariano Rajoy en su conversación telefónica con Donald Trump, ofreciendo a España como interlocutora de la nueva Administración estadounidense en Europa y América Latina, no solo constituye un grave error sino un desaire hacia nuestros socios en la Unión Europea y los países de Latinoamérica, dijo el diario El País en un editorial.

Mariano Rajoy. / Pho.to & Mundiario

Mariano Rajoy. / Pho.to & Mundiario

 

Mariano Rajoy, casi siempre reacio a liderar cualquier tipo de iniciativa y a correr riesgo alguno, se ha arrogado esta vez una interlocución que ninguna de las tres partes (América Latina, Europa o Washington) parece haberle solicitado.

"No parece muy prudente asumir —y menos mediante una charla de unos pocos minutos al teléfono y con intérpretes de por medio— una posición tan relevante de política exterior sin previa discusión en el marco político español y europeo", comentó también el diario de Prisa.

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