Los partidos constitucionalistas se refuerzan mientras los catalanistas avanzan

Pablo Iglesias ha logrado sumar a su causa a Alberto Garzón y con él a IU. Mientras, Pedro Sánchez está a punto de sacar de la chistera una propuesta de gobierno con socialistas moderados de prestigio y con independientes. Las dos propuestas son ingeniosas y probablemente beneficien a sus formaciones frente a la de Mariano Rajoy que sigue manifestando que todo lo bueno que se podía hacer ya se ha hecho y lo adecuado es no tocar nada porque para algo son el equipo de la experiencia. Siendo el PP el único representante de la derecha, está convencido que solo tiene que evitar que Ciudadanos crezca para crecer él, algo que podría parecer evidente pero quizás no lo sea tanto porque Albert Rivera dirige un partido sin pasado corrupto, sin ambiciones personales, y que actúa al instante en cada caso de imputación por sospechas sobre políticos o cargos públicos, mientras que cada día siguen saliendo a la luz nuevos casos de corrupción en cargos del PP sin que nadie asuma la responsabilidad.

El gran beneficiado de todo esto son los independentistas catalanes. Mientras el Gobierno provisional sigue sin intervenir de forma eficaz,  la Generalitat va presentando su plan para saltarse todas las leyes y renegar de la Constitución, y aunque nadie lo recibe oficialmente va dejando su poso.  El resto de partidos se limitan a aplaudir las contundentes defensas que Inés Arrimadas , como Jefe de la Oposición, hace del orden constitucional. Quizás convendría recordar cómo hemos pasado de aquella denuncia del Estatut que hizo el PP y del rechazo al pacto fiscal que propuso Artur Más, a la situación actual. Ahora vamos a las urnas con un grupo entorno a Podemos que defiende un referéndum de autodeterminación, otro entorno al PSOE que defiende un estado federal, y el PP que habla de una nueva financiación de las autonomías, algo que suena a pacto fiscal. Y todo esto lo han conseguido los secesionistas solo metiendo miedo frente a la pasividad del gobierno. Nos queda Ciudadanos que como es habitual propone hablar, pactar, consensuar y reformar, igual que dice para la reforma educativa o para otros temas de estado. Es cierto que hablando se entiende la gente pero con lo que hemos visto estos últimos meses nos han surgido serias dudas, al menos con estos líderes.

No sabemos cuál será la respuesta del votante que ya empieza a estar cansado, casi agotado, de tanta política y tanta tertulia sin que se produzcan avances. Si nos encontramos después del 26J en la misma situación, que parece lo más probable, ¿podrán decir algo que no hayamos oído ya? Que lo piensen bien los líderes políticos pero en la vida no todo es sumar, también hay que leer los programas para ver que hay muchos puntos de coincidencia y hacer un pacto de estado para llevarlos a cabo. Después, ya con otra ley electoral, otro poder judicial, sin burbuja política, con una ley de educación, etc., podrán convocarnos de nuevo a las urnas, pero en serio.