El Parlamento británico aprueba el acuerdo comercial del Reino Unido con la Unión Europea

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El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson (centro), firmando la ley aprobada este miércoles en el Parlamento para el acuerdo comercial con la Unión Europea tras el Brexit. / Sky News
Una nueva era en las relaciones británico-europeas está por comenzar, y eso no solo tendrá un efecto dominó sobre Europa o Estados Unidos, sino también en América Latina y Asia, dos mercados importantísimos.
El Parlamento británico aprueba el acuerdo comercial del Reino Unido con la Unión Europea

El ajedrez de poder global tendrá otra importante movida. Luego de cuatro años de una incertidumbre política, económica y social como nunca antes había existido en la sexta economía del planeta desde la Segunda Guerra Mundial, finalmente se ha llegado a buen puerto en el que tal vez sea el hito geopolítico más relevante del mundo desarrollado en todo el siglo XXI, pues el país donde está ubicado uno de los mayores centros financieros globales, ahora ya no formará parte del bloque de las potencias europeas, pero aun así mantendrán relaciones comerciales. Eso es muy necesario para la estabilidad de la economía mundial. 

Y es que la Cámara de los Comunes del Parlamento británico ha aprobado este miércoles, a solo un día de que termine el 2020, el acuerdo comercial cerrado entre el Reino Unido y la Unión Europea, que evita que se produzca un Brexit (salida británica de la UE) duro cuando en la medianoche del jueves 1 de enero de 2021 concluya el período de transición. 


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De esta forma, las compañías británicas y las de países de la eurozona no enfrentarán el limbo de situarse en aguas territoriales del Reino Unido o en aguas territoriales de la UE sin un acuerdo comercial que facilite el tránsito de mercancías entre ambas potencias, pues aunque Londres ya no formará parte del vasto Mercado Interior Europeo, las exportaciones e intercambios de mercancías entre europeos y británicos será una constante por la importancia que uno representa para el otro. El 56% de las exportaciones del Reino Unido van a la UE, y la UE importa muchos insumos alimentarios, agrícolas y tecnológicos de territorio británico para potenciar los enormes motores industriales de Alemania y Francia.

Con 521 a favor y 73 en contra, los diputados británicos han dado su respaldo a un texto que deja muchos asuntos pendientes, sobre todo en el sector servicios. Esto implica que, aunque las compañías de servicios todavía no tienen claro algunos puntos clave como los pagos de impuestos por servicios ofrecidos en países de la UE, el mecanismo de verificación del acuerdo será activado por Bruselas para garantizar que no hay incumplimientos por parte de Londres y se le pueda brindar una solución equilibrada tanto al sector servicios británico como al de las potencias de la Unión. 

Pero este acuerdo ha recibido el visto bueno gracias a la conexión política que se dio entre los conservadores y los laboristas en el Parlamento, pues algunos miembros del Partido Laborista se alinearon con este pacto comercial, cuyo líder, Keir Starmer, dio la orden de votar a favor del pacto, aunque otros han desafiado la disciplina parlamentaria con sus abstenciones o votos en contra. Pero la mayoría se impuso para darle forma a una aprobación que es histórica, pues regirá la dinámica comercial del Reino Unido con su principal mercado para así lograr el nuevo impulso económico de la potencia británica en la nueva década que iniciará el 1 de enero de 2021.

“El propósito central de esta ley es lograr algo que los ciudadanos británicos sabían, en sus corazones, que se podía lograr, aunque les dijeron que era imposible. Comerciar y cooperar con nuestros vecinos europeos en los términos más estrechos de amistad y buena voluntad, a la vez que retenemos el control soberano sobre nuestras leyes y nuestro destino nacional”, ha dicho este miércoles el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, en su discurso de presentación del texto legal.

Entonces, las relaciones entre el Reino Unido y la UE seguirán presentes en cuanto al traslado de mercancías de Alemania, Francia y España a Inglaterra, por ejemplo, lo que le permitirá a Londres tener control de sus puertos e implementar pagos de aranceles para tener una mayor rentabilidad sobre las importaciones de bienes europeos a su territorio. 

La gran ventaja de este acuerdo comercial es que, a pesar de ser imperfecto, tiene puntos de equilibrio en la dinámica de aranceles y exportaciones entre ambas partes, razón por la cual no fue bloqueado en el Parlamento y pasó como ley sin obstáculo alguno para luego ser firmada por el primer ministro Johson. Los diputados rebeldes euroescépticos, que durante años bloquearon cualquier avance en la resolución del Brexit, se alinearon hoy con Downing Street sin obstruir la votación y están de acuerdo con el jefe del Gobierno británico ante lo que consideran “una gran victoria”.

“Ponemos así fin a 29 años de combate contra los poderes cada vez más amplios de la UE, un combate que comenzó con el debate sobre el Tratado de Maastricht a principios de los noventa”, resumía Ian Duncan Smith, el exlíder del Partido Conservador. “No es un acuerdo perfecto, pero supone un enorme avance respecto a la situación en la que nos encontrábamos”, agregó, según reseña la cadena británica Sky News.

Por lo tanto, una nueva era en las relaciones británico-europeas está por comenzar, y eso no solo tendrá un efecto dominó sobre Europa o Estados Unidos, sino también en América Latina y Asia, dos mercados importantísimos para la sexta economía del mundo, que es uno de los pilares fundamentales para la distribución de la cadena de suministro global hacia todos los sistemas de producción del planeta. @mundiario 

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