Debilidades jurídicas y políticas de una eventual intervención de EE UU en Siria

Mapa de Siria.
Mapa de Siria.

Siria es un país de Oriente Medio situado en la orilla oriental del mar Mediterráneo con una población de 20 millones de habitantes. Desde 2013 Siria no es la misma.

Debilidades jurídicas y políticas de una eventual intervención de EE UU en Siria

Miércoles 21 de agosto del 2013: Los ojos de la humanidad están situados en una región: Oriente Medio. Y en un país: Siria. Los medios aseguran que más de mil personas fueron asesinas en un ataque químico en Damasco.

¿Qué pasó? Un ataque con gas tóxico, donde según John Kerry, secretario de Estado de EE UU,  “fallecieron  1.429 personas con armas químicas”, situación atribuida al Gobierno de Bashar al-Asad.

Reacciones en EE UU y en la Liga Árabe

A raíz de esto, la Liga Árabe ha instado a la ONU y a la comunidad internacional a tomar las "medidas disuasorias necesarias" contra el régimen de Asad,  por sus "crímenes de guerra". Pero pide que asuman sus responsabilidades conforme a la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional.

Esto motiva al presidente Barack Obama a enviar una petición de autorización  al Congreso para que el comandante utilice el ejército en el conflicto para detener la guerra. Por su parte el presidente de Rusia, Vladímir Putin, asegura que dicha acción militar sería una agresión al no contar con la aprobación de la ONU.

¿Qué tiene que ver la ONU en este conflicto?

En el preámbulo de la carta de la ONU encontramos la razón de ser de esta organización: “Preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra que dos veces durante nuestra vida ha infligido a la Humanidad sufrimientos indecibles”. Pero es vital comprender  que esta “preservación de generaciones” no es un plan de paz mundial. Los propósitos de las Naciones Unidas, según su Carta, son: “Tomar medidas colectivas eficaces para prevenir y eliminar amenazas a la paz”; es decir, si es necesario hacer guerra para acabar con la guerra;  prueba de ello es la creación  de los “cascos azules”, los cuerpos militares de la ONU.  En el artículo 42 de la misma Carta dice: “Si el Consejo de Seguridad lo estimare podrá ejercer, por medio de fuerzas aéreas, navales o terrestres, la acción que sea necesaria para mantener o restablecer la paz y la seguridad internacionales”.

La Asamblea General de las Naciones Unidas ha condenado en repetidas ocasiones el empleo en la guerra de gases asfixiantes, tóxicos o similares y de medios bacteriológicos, mediante el  Protocolo de Ginebra de 1925, situación que se dio en Siria y sienta las bases para su intervención militar.

¿Qué tiene que ver Rusia y EE UU?

Conforme a la Carta, el Consejo de Seguridad tiene la responsabilidad primordial de mantener la paz y la seguridad internacionales. Se compone de cinco miembros permanentes: China, Francia, Federación de Rusia, Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y los Estados Unidos de América, todos con derecho al veto.

Si uno solo -Rusia, por ejemplo- no está de acuerdo en intervenir militarmente en Siria, según el derecho internacional no debería realizarse la intervención, lo que significaría que el ataque estadounidense sería un crimen de guerra,  aunque el Congreso de EE UU lo apruebe; tesis seguida por Noam Chomsky, filósofo y activista estadounidense.

¿Y el derecho internacional?

Si existiera intervención militar de la ONU en Siria, siempre debería ser sometida al el derecho internacional, es decir, bajo el aval de la ONU -y obviamente los miembros del Consejo de Seguridad-; y  el uso efectivo de convenios como el de Ginebra que trata temas como el  de la protección debida a las personas civiles en tiempo de guerra, el trato a los enfermos, a los prisioneros de guerra, etcétera, pero que al final  no crea soluciones reales a los embastes de la misma.

Entonces, ¿qué se puede hacer? ¿Observar detrás del televisor cuantos muertos hubo hoy?

El problema, dicen los expertos, no parece ser  la guerra en sí misma, sino el odio y la manifestación de éste, algo que ni el derecho ni la política han sabido manejar.

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