Pablo Iglesias y parte de los comunes creen posible una tercera vía para Catalunya que no existe

Ada Colau.
Ada Colau.

PP, PSOE y C's se han situado en una posición inmovilista y esencialista en cuanto a las posibilidades de mutación constitucional que exige el reconocimiento del derecho a decidir.

Pablo Iglesias y parte de los comunes creen posible una tercera vía para Catalunya que no existe

En Catalunya, hoy por hoy, no cabe una tercera vía, porque PP, PSOE y C's se han situado en una posición inmovilista y esencialista en cuanto a las posibilidades de mutación constitucional que exige el reconocimiento del derecho a decidir. O derecho a decidir de Catalunya y demás naciones del Estado  o la recentralización brutal que vivimos desde 2012.

Pablo Iglesias ha dicho  que si fuese  catalán no votaría en el referéndum de independencia que  el Parlament convocará para el próximo 1-O. El líder rupturista denuncia su supuesta  falta de "garantías" y manifiesta que él y los Comunes de  Ada Colau (excepto la organización  catalana de Podemos, favorable al plebiscito) están por un "referéndum pactado con el Estado". Hombre, claro y quien no?Todos estamos por la paz mundial...

De lo que no se entera Pablo Iglesias (porque sí se entera el problema va mucho más allá) es que, hoy en día, en la cuestión catalana no existe tercera vía. Primero Artur Màs y, después, Puigdemont llevan cinco años intentando pactar con el Gobierno Rajoy, primero un encaje catalán en el Estado y ahora una salida pactada que reconozca el derecho a decidir de los catalanes. Un derecho a decidir reconocido en los Pactos Internacionales de Derechos Civiles y Políticos y Sociales, Culturales y Económicos de la ONU, que integran el Derecho español como normas interpretativas en el campo de los derechos fundamentales. Un derecho a decidir que responde a la realidad nacional de Catalunya, absolutamente preconstitucional, como la de Galicia.

Pero el problema es que estamos casi la mediados de julio de 2017 y ni el Gobierno del Estado ni ninguna fuerza política o social,  catalana o estatal, propuso ninguna solución de consenso, ninguna síntesis, ora mejor financiación y más  autonomía,  ora doble consulta plebiscitaria (catalana y estatal), ora cualquier otra cosa. He ahí la realidad desnuda... no hay tercera vía. Sólo existe, por un lado el reconocimiento al derecho a decidir (también para votar negativamente) que demanda más del 70% de la ciudadanía catalana o, por otro lado, más de lo mismo.

Catalunya, a la vez que Galicia, ha sufrido un sustancial recorte de su autogobierno a lo largo de la intensa campaña recentralizadora desarrollada por Rajoy desde que llegó al Gobierno

Claro es que más de lo mismo no es que Catalunya siga igual que antes de la sentencia de junio de 2010 del Tribunal Constitucional que desnaturalizó el nuevo Estatut catalana. Porque Catalunya, a la vez que Galicia, ha sufrido desde entonces un sustancial recorte de su autogobierno a lo largo de la intensa campaña recentralizadora desarrollada por Rajoy desde que llegó al Gobierno del Estado. Los gobiernos catalán y gallego ya no mandan en el régimen local desde la ley de modernización de los gobiernos locales del 2013, ni pueden regular las aperturas, horarios o rebajas del comercio interior desde la ley de unidad de mercado. Están mucho peor  en cuanto al autogobierno que en el 2010.

Por eso tiene razón Xosé Manuel Beiras y no Pablo Iglesias. En Catalunya, por ahora, no hay tercera vía.

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