La OTAN advierte de que el mundo será “más peligroso” sin Rusia en el tratado Nuevo START

Dmitro Kuleba, Jens Stoltenberg y Josep Borrell. / @JosepBorrelF
Dmitro Kuleba, Jens Stoltenberg y Josep Borrell. / @JosepBorrelF
El secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, ha pedido a Vladimir Putin que reconsidere su postura ante el "congelamiento" del tratado de control de armas atómicas.
La OTAN advierte de que el mundo será “más peligroso” sin Rusia en el tratado Nuevo START

La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) considera que la suspensión de la participación de Rusia del Nuevo Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START), haría del mundo un lugar mucho “más peligroso” porque desmantela la arquitectura que se construyó durante décadas para evitar la proliferación nuclear. Ahora más que nunca, un planeta sin armas de destrucción masiva está más lejos.

EE UU ha calificado la decisión de Moscú como un acto “irresponsable”, después de que el presidente ruso, Vladimir Putin, anunciara en mitad de su discurso del Estado de la Federación de este martes que su país “congelaría” sus acciones dentro del acuerdo, tras negarse con cumplir con las inspecciones periódicas que prevé el texto. Aunque no abandona el pacto que suscribió con EE UU, esta decisión consolida su incumplimiento, que ha sucedido en los últimos tres años, primero con la pandemia por coronavirus y después por la guerra de Ucrania.

“Con la decisión de hoy sobre el Nuevo START, toda la arquitectura de control de armas ha sido desmantelada”, ha declarado el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, en una conferencia de prensa conjunta junto al jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, y el ministro de Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba. “Más armas nucleares y menos control de armas hacen el mundo más peligroso”, ha añadido.

El antiguo primer ministro noruego ha lamentado la suspensión unilateral de Rusia, y ha pedido a Moscú que reconsidere su postura, que compromete la existencia de “uno de los últimos grandes acuerdos de control de armas”. Stoltenberg ha apuntado directamente al Kremlin de estar detrás de la “desaparición” del Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio (INF), de 1987, fue suprimido en 2019 después de que el entonces presidente estadounidense, Donald Trump, declaró que Rusia había violado el acuerdo al desarrollar un misil con capacidad de portar ojivas nucleares hasta un radio prohibido. EE UU adelantó su malestar en 2018, y ese mismo año Putin anunció un nuevo arsenal nuclear e hipersónico.

Blinken considera la decisión "muy decepcionante e irresponsable" 

Si alguno de los firmantes del Nuevo START decidiera retirarse del pacto definitivamente, sería la primera vez desde 1972 que no existiera ningún tratado internacional que regule las armas estratégicas, por lo que la carrera nuclear entre las superpotencias atómicas podría tener lugar, mientras que otros países como Irán o Corea del Norte continúan con sus programas de desarrollo de armas de destrucción masiva, lo que implica la caída del último pilar de seguridad en torno al armamento nuclear que se dio en medio de la Guerra Fría.

Por su parte, el secretario de Estado de EE UU, Antony Bliken, ha recibido el anuncio ruso como “muy decepcionante e irresponsable”. “Observaremos con cuidado qué es lo que hace Rusia de verdad”, ha afirmado el jefe de la diplomacia estadounidense, que ha añadido que su país está preparado para defenderse a sí mismo y a sus aliados, pero que está dispuesto a retomar las negociaciones del control de armas con Moscú en cualquier momento, después de que el Kremlin se levantara de la mesa en noviembre del año pasado.

El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, ha insistido en que “debe hacerse todo lo posible” para retomar el diálogo nuclear, pues el tratado Nuevo START “ha traído seguridad no solo a Rusia y Estados Unidos, sino a toda la comunidad internacional”. Si bien no ha criticado directamente a Moscú por su decisión, sí que ha coincidido con la Alianza Atlántica al aseverar que “un mundo sin control de armas nucleares es mucho más peligroso y puede tener consecuencias potencialmente catastróficas”.

Uno de los principales objetivos del tratado es reducir en un 30 % el número de cabezas nucleares hasta dejar 1.550 en cada país. También limita a 700 la cantidad de misiles balísticos intercontinentales, los desplegados en submarinos y bombarderos estratégicos equipados para armamento. Así como los enclaves para lanzar cualquiera de estos misiles quedan reducidos a 800 estén o no operativos. @mundiario

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