Ortega amplía sus distancias al expulsar a los diplomáticos europeos de Nicaragua

Rosario Murillo y Daniel Ortega, pareja presidencial de Nicaragua. / TW
Rosario Murillo y Daniel Ortega, pareja presidencial de Nicaragua. / TW

Daniel Ortega aísla a Nicaragua de la comunidad internacional tras declarar persona non grata a las embajadoras de la UE y Países Bajos, tras romper relaciones con Ámsterdam.

Ortega amplía sus distancias al expulsar a los diplomáticos europeos de Nicaragua

Daniel Ortega ha agravado la crisis diplomática entre Nicaragua y la Unión Europea (UE), después de que el líder sandinista ha ultimado la expulsión de las representantes de la embajada comunitaria en Managua y de la de Países Bajos para Centroamérica, país con el que ha roto relaciones el viernes tras tachar a su Gobierno de mantener una posición “injerencista, intervencionista y colonialista”.

El presidente nicaragüense ha ampliado sus distancias del resto del hemisferio occidental desde hace rato. La nueva ruptura se produce en un agravamiento de las relaciones con Bruselas, al declarar persona non grata a la embajadora Bettina Muscheidt, una decisión que corroboró la Cancillería de Nicaragua y que terminó confirmando el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, después de que la funcionaria alemana abandonara el país el sábado.

Muscheidt habría sido citada el miércoles a la sede de la Cancillería, para mantener una reunión con el ministro de Exteriores Dennis Moncada, quien supuestamente de acuerdo con El País le habría dado un plazo hasta el fin de semana para salir de la nación centroamericana, después de que la delegación de la UE ante las Naciones Unidas exhortara al régimen sandinista que ejecutara la “devolución de la soberanía de Nicaragua a sus legítimos dueños” y que restaurara la democracia del país.

“La UE lamenta profundamente y rechaza esta decisión injustificada y unilateral”, ha dicho Borrell en una declaración en la que advirtió de que las acciones “hostiles” de Managua afectará sus relaciones bilaterales con el resto de los Veintisiete. También espetó que estas expulsiones “conducirán a un mayor aislamiento internacional” de este país.

Nicaragua rompe relaciones con los Países Bajos

La UE desde hace tiempo mantiene sanciones sobre el Gobierno de Daniel Ortega, especialmente contra su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, y sus hijos por la grave situación de derechos humanos en el país. No obstante, el líder sandinista se ha aislado a sí mismo del resto del mundo con sus continuos ataques contra los gobiernos e instituciones que le reclaman, como su salida y expulsión de la Organización de los Estados Americanos (OEA).

Pero ese no ha sido el único movimiento controversial de Ortega estos días. En la misma semana ha decidido declarar persona non grata a la embajadora de Países Bajos en Centroamérica, Marie-Chrístine Théodore Thérése Pirenne, por considerarla una funcionaria de corte “neocolonial” y “proimperial”, de acuerdo con lo que anunció el viernes durante una ceremonia para conmemorar el aniversario de la Policía Nacional.

El mandatario alegó que “Holanda ha ofendido a los nicaragüenses con supuestas amenazas y suspensión de obras como hospitales para comunidades originarias y afrodescendientes”. “¡No queremos relaciones con ese Gobierno intervencionista!”, ha sentenciado el líder izquierdista. Tras su discurso, la Cancillería refrendó la ruptura y Borrell reaccionó condenando la expulsión de la diplomática neerlandesa.

Según Ortega, supuestamente la embajadora había llegado al país la semana pasada para informar de que el Reino de los Países Bajos suspendería su cooperación para financiar un hospital, valuado en 21.5 millones de dólares, en el olvidado Caribe nicaragüense. De acuerdo con El País, Ámsterdam frenó la colaboración debido al “mal manejo de los fondos, poca transparencia, y la grave situación de derechos humanos que Nicaragua atraviesa”.

Ortega carga contra el Vaticano, EE UU y Boric

Europa no ha sido la única diana a la que ha cargado el mandatario nicaragüense esta semana. Primero, ha continuado su persecución contra la Iglesia Católica calificándola de “dictadura perfecta” y ha tildado al clero de “golpistas”. También ha rechazado en los últimos días las propuestas de diálogo que ha emitido el Vaticano o Colombia.

La crisis diplomática también se ha ahondado con EE UU. Inmediatamente después de cargar contra la Iglesia, el mandatario nicaragüense se ha referido al subsecretario de Estado de la Casa Blanca para Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian Nichols, a quien llamó “cara de perro bulldog”, tras sus críticas por la situación de derechos humanos y la petición de libertad de los presos políticos en el país.

Managua tensó aún más la situación tras rechazar al nuevo embajador estadounidense en Nicaragua, Hugo Rodríguez, que el mismo viernes fue refrendado por el Senado norteamericano, después de que compareciera ante el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara Alta y asegurara que continuaría denunciando los “atropellos” de la administración sandinista. “¡Afuera, afuera, se queda afuera, y allá fuera que siga gritando lo que quiera!”, exclamó Ortega.

El mandatario sandinista también cargó contra sus pares latinoamericanos, a los que tildó de “perritos falderos” al servicio de Washington y Bruselas. Ha hecho especial hincapié en el presidente chileno, Gabriel Boric, que, pese a su inclinación política afín a la izquierda, como Ortega, ha sido el más vocal de los mandatarios latinos y progresistas contra las derivas autoritarias en Nicaragua y en Venezuela. @mundiario

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