La oposición en Venezuela rechaza la Constituyente propuesta por Maduro

Marcha opositora en Venezuela. / Twitter.
Marcha opositora en Venezuela. / Twitter

La MUD ha tildado el nuevo proyecto presidencial como una "locura" y ha llamado a sus seguidores a volver a tomar las calles del país como protesta.

La oposición en Venezuela rechaza la Constituyente propuesta por Maduro

El último disparate de Nicolás Maduro para salir de la profunda crisis en que él mismo ha metido a Venezuela. El presidente venezolano pretende que se redacte una nueva Constitución sin pasar antes por una asamblea y sin representación de los distintos partidos políticos del entramado y lamentablemente agonizante escenario político del país. Así, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), principal coalición opositora, ha expresado este mismo martes su rechazo contundente al emprendimiento del chavista. Con mayoría en la Asamblea Nacional desde diciembre de 2015, los líderes opositores han convocado a una sesión plenaria como un gesto puramente simbólico para desafiar al jefe de Estado de volver a fundar la República.

El país amaneció este martes todavía aturdido por el último proyecto propuesto por su presidente para salir de la crisis que tiene en miserias a todos. Los venezolanos optaron por salir nuevamente a las calles. En la capital Caracas, los manifestantes se encargaron de bloquear desde la madrugada las salidas de la principal autopista de la misma con coches y barricadas. La policía respondió lanzando gases lacrimógenos, cerró todos los accesos a los principales y clásicos centros de concentración opositora, al este y noreste de la capital.

Al oeste de la ciudad, territorio chavista, la mayoría de los venezolanos acudieron a sus labores cotidianas sin encontrar obstáculos en el camino. El Gobierno y sus tropas paramilitares, conocidas popularmente como "colectivos", llevan a cabo fuertes controles sociales en estas zonas, pretendiendo que, aunque sea por la fuerza, no se note, dentro de la medida de lo posible, que esta nueva idea de Maduro ha levantado una nueva ola de rechazo entre civiles y funcionarios. Es más, el jefe del Ministerio de Defensa, Vladimir Padrino López, dijo ayer que "no hay nada más democrático que convocar al poder constituyente".

Pero el mismo Gobierno está al tanto de que activó una mina que podría explotar lentamente. El Palacio de Miraflores prohibió portar armas en todo el país de aquí hasta agosto a fin de garantizar la paz y la seguridad entre los venezolanos, pero pasó de dar posteriores explicaciones respecto a esto.

El proyecto del heredero de Hugo Chávez consta de celebrar una suerte de congreso en el que no participe ningún partido. La nueva Carta Magna será redactada por unos 500 delegados que serán elegidos por una parte de la población, la mayoría ligados directamente al oficialismo. No obstante, no se sabe a ciencia cierta si de este cónclave saldrá una nueva Constitución o si tan sólo una serie de reformas para la actual.

Y el despacho presidencial tampoco está dispuesto a colaborar. La comisión presidencial responsable por ejecutar este proyecto no despejó ninguna de las dudas en torno a esta "salida" a la crisis. El jefe de este grupo, Elías Jaua, dijo en una entrevista televisiva que la Constituyente es una forma de dar garantías electorales y conjurar la crisis, que de momento ha cobrado la vida de 29 personas durante las manifestaciones del último mes. "En 2018, tiene que haber elecciones presidenciales", adelantó.

Ambigüedades en el proceso

El gobernador por el Estado de Carabobo, Francisco Ameliach, otro de los integrantes de la comisión, ha insinuado que probablemente la oposición sí podría participar en este proceso. "Todos los sectores del país tendrán representación en ese foro porque sus miembros serán electos mediante el sufragio universal, directo y secreto", escribió en su cuenta de Twitter.

Pero la MUD no está para invitaciones ni gestos de cordialidad. Ninguno de sus voceros ni líderes ha dado esperanzas de querer darle aire al alicaído régimen chavista aceptando estas indirectas. Henrique Capriles, excandidato presidencial por la coalición y uno de los grandes totems de la misma, ha clamado a los venezolanos porque desconozcan "esta locura" que ha propuesto el Palacio de Miraflores. Por su parte, el presidente del Parlamento, el también opositor Julio Borges, aseguró que Maduro tan sólo pretende "consolidar el golpe" y pidió a los venezolanos a que se rebelaran "contra la Constituyente comunal".

En el chavismo no quieren decir nada al respecto. El proyecto es ambiciosamente peligroso. Eustoquio Contreras, diputado por el oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), ha sido el único que se ha atrevido a cuestionar el mandamiento de su guía espiritual. "¿Vamos a tener dos Constituciones chavistas? ¿Vamos a sustituir una por otra?", dijo durante una entrevista con Unión Radio. Su declaración demuestra que en el mismo seno del oficialismo se preguntan a qué juega Maduro.

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