La oposición se reniega a negociar con Maduro por la falta de garantías

Henrique Capriles.
Henrique Capriles.

Al parecer los intentos de la Organización de Estados Americanos (OEA) por acercar a ambas partes están destinados al fracaso sin siquiera haberse consumado un primer diálogo.

La oposición se reniega a negociar con Maduro por la falta de garantías

La tensión entre ambos bandos aumenta. En Venezuela el público esperaba emocionado un primer acercamiento entre el régimen de Nicolás Maduro y su oposición, que lo tiene en una situación crítica desde diciembre. No obstante, los esfuerzos de la Organización de Estados Americanos (OEA) por acercarlos a ambos por medio de un diálogo que ella misma autorizó parecen estar destinados a fracasar sin haberse realizado tan siquiera. 

Uno de los primeros en reconocer que no había forma de que las reuniones se celebraran fue Eduardo Vecchio, secretario general del partido Voluntad Popular (VP), en el exilio en Estados Unidos desde 2014. Vecchio fue uno de los participantes en la cumbre realizada en Punta Cana, República Dominicana, en la que los expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero (España), Martín Torrijos (Panamá) y Leonel Fernández (República Dominicana) intentaron convencer a representantes de ambos lados de sentarse a dialogar, tal y como ya lo habían intentado distintos funcionarios y organismos internacionales. No obstante, a estas alturas Vecchio lo dice sin parpadear: "No hay reunión hasta que haya condiciones".

En horas de la mañana del viernes 3 de junio, el presidente Nicolás Maduro presentó un amparo constitucional ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) por medio de algunos delegados. Este recurso acusaba a la directiva de la Asamblea Nacional por darse a sí misma poderes que no le corresponden sino al jefe de Estado y de traición a la patria por promover la Carta Democrática de la OEA, con la que Venezuela podría quedar fuera de aquella organización. "Represión para los medios y los ciudadanos en la calle, decisiones del Tribunal Supremo contra el parlamento, desatención a la crisis social. No hay disposición al diálogo por parte del Gobierno y eso le dijimos este jueves en la noche a Zapatero", confesó Vecchio refiriéndose de último a la reciente visita del jefe de Gobierno a Caracas. Encima de eso, el exiliado político refirió también que para que el diálogo se celebre, sí o sí la administración de Maduro es la que tiene cambiar sus rigurosas posturas, pues la oposición se mantendrá firme en su posición: "el que tiene que cambiar es el Gobierno. Es el único que tiene que disponerse a dialogar de verdad y demostrarlo. Nosotros no estamos pidiendo que nos regalen el referendo revocatorio. Ese es un derecho que está en la Constitución. ¿Y quién puede estar en contra de que la gente decida? Lo que estamos exigiendo es un calendario para el revocatorio que canalice el malestar por vías electorales".

Y es que el último jueves las autoridades del Consejo Nacional Electoral (CNE), cancelaron por tercera ocasión una importante reunión con los líderes de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), principal agrupación opositora de los chavistas. En la misma, ambos bandos discutirían los pasos a seguir para el referendo revocatorio que de salida del poder por la vía constitucional al heredero de Hugo Chávez. El CNE nunca ha intentado ocultar que está al servicio de las huestes populistas del Ejecutivo y, de acuerdo a Henrique Capriles, líder opositor, esta nueva cancelación obedece al motivo de dilatar o incluso evitar que se celebre el dichoso referendo.

Como respuesta, el mismo Capriles convocó a los más de dos millones de venezolanos que firmaron la petición de referendo en la primera instancia salir a marchar a las calles como señal de protesta. El gobernador del estado de Miranda dio a conocer que durante este fin de semana se anunciarán los puntos para las manifestaciones. Capriles lo tiene claro: o las magistradas del CNE se comportan como se debe, o ni él ni nadie de la oposición se tomarán la molestia de ir al Caribe a dialogar con sus contrincantes. "Mi posición es que hasta que las señoras del CNE sigan irrespetando la Constitución, o podemos ni viajar a República Dominicana ni sentarnos en la mesa a conversar con los expresidentes. Es inaceptable lo que está ocurriendo con el CNE. Nosotros supimos defender la Constitución, nosotros supimos esperar con paciencia los plazos legales para estar a tiempo de solicitar el revocatorio. El señor Zapatero debe decirle a Maduro que respete la Constitución", se quejó Capriles.

Pero la diatriba del excandidato presidencial no terminó ahí. También tomó de manera burlesca los documentos oficiales de la OEA para convencer a ambas partes de dialogar en el Caribe. Sus palabras fueron las siguientes: "no se puede reabrir algo que nunca ha existido (el diálogo), este Gobierno acabó con la cultura del diálogo en Venezuela. Con el pretendido diálogo de habladera de gamelote y toma de fotos, el Gobierno no quiere un acuerdo, sino comprar tiempo. El Gobierno está mareándonos y nosotros no estamos dispuestos a lavarle la cara al señor Maduro".

Por último, envió un llamado de atención a la directiva de la MUD, con lo que se deduce que Capriles se ha bajado de ese barco y empieza a tomar un rumbo distinto, aunque siempre con destino a derrocar a Maduro. "Yo creo que debemos examinar si estamos a la altura de lo que esta crisis nos demanda. Yo creo que no. Yo creo que la gente espera de nosotros mucho más. La victoria en las elecciones parlamentarias de diciembre fue solo un paso, muy importante, pero para seguir avanzando. No podemos quedarnos en esta zona de confort".

Desde hace poco más de un mes, organizaciones como la propia OEA, la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), la propia Organización de las Naciones Unidas (ONU) y algunos presidentes y expresidentes han presionado al régimen chavista y a su oposición a que se acerquen por el bien de su país. Cuando parecía que por fin uno lo había logrado, surge esta nueva complicación. De no arreglar la situación, Venezuela podría quedar afuera de la OEA, tal y como ya le sucedió a Honduras cuando un golpe de Estado derrocó a Manuel Zelaya.

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