Ojo, que esto es una migración

Aylan Kurdi. Twitter.
Aylan Kurdi. Twitter.

Sin duda, todas las crisis y desgracias son producto de un problema, pero las hecatombes son mucho más. Son convulsiones profundas de la Humanidad, que deberían mover a comportamientos globales muy diferentes. ¿Dónde está la ONU?, ¿dónde están los organismos humanitarios internacionales?

Ojo, que esto es una migración

Es inicuo el comportamiento de la UE con los inmigrantes forzosos y angustiados que arriban a las costas mediterráneas europeas, si les dejan… tras una travesía infernal, apiñados en viejos artefactos flotantes gobernados por mafias insaciables. Es insensible en gran medida la conciencia europea, solo activada plañideramente cuando los medios nos muestran  las imágenes de esos bebés ahogados que ya llamamos, a todos ellos, Aylan, el niño recogido en la playa turca. Y es también profundamente culposa la visión de esta tragedia que desde Bruselas se califica de “problema” de difícil solución. Y cicatero tratar de distinguir entre migrantes con derecho a asilo, que huyen de las guerras, y migrantes “secundarios” que “simplemente” huyen de la hambruna. Guerra y hambre son hermanos siameses que no se pueden separar.

Sin duda, todas las crisis y desgracias son producto de un problema, pero las hecatombes son mucho más. Son convulsiones profundas de la Humanidad, que deberían mover a comportamientos globales muy diferentes. ¿Dónde está la ONU?, ¿dónde están los organismos humanitarios internacionales?

Hay un dato no suficientemente resaltado. Los 629 rescatados del mar por el barco de Open Arms y llevados a Barcelona pertenecen no a tres o cuatro países o estados africanos, sino a 26. En el continente africano hay 54 países o estados. Quiere esto decir que la crisis humanitaria afecta cuando menos a la mitad del continente. Y el dato se confirma en la segunda “entrega” del Open Arms, esta vez en el puerto de Barcelona: las 59 personas salvadas del mar pertenecen también a un buen número de países africanos: Sudán del Sur, Palestina, Mali, Burkina Faso, Costa de Marfil, Siria, Eritrea, Egipto, República Centroafricana, Camerún, Libia, Guinea. ¿Qué es esto? Esto es África, amigos, ese inmenso continente de hambre, guerra, rapiña de las grandes potencias, luchas tribales, desolación… ese inmenso continente que alberga, siendo rico, a los diez estados más pobres del mundo.

No estamos por tanto ante un fenómeno de emigración, sino ante una auténtica migración, término que el diccionario reserva a “las grandes emigraciones que han hecho históricamente pueblos enteros”

Hay que destacar las últimas decisiones españolas de acoger a estas personas, que lo deben ser con todas las consecuencias y derechos. Y destacarlo sin minorar su evidente simbolismo de que hay que llegar más allá. Pero hay que llegar más allá.  Lo que ha hecho la UE la pasada madrugada no merece consideración.

Lo cierto es que los rescates de migrantes se han efectuado a pocas millas de Lampedusa y esto no resulta indiferente. Mateo Salvini y Luigi di Magio en Italia, Michel Farrugia en Malta y otros cuantos en Bruselas y Estrasburgo están jugando a ser el gatopardo, ese felino de pelaje amarillo de arcilla, más claro en el vientre y con dos franjas longitudinales negras que parten de la frente y se reúnen en una ralla única más allá de la cabeza, siguen así por la espalda y se separan de nuevo por la parte posterior. Un lío engañador. Pero no engañan a nadie: aparentar lo justo para que pensemos que hacen algo. @mundiario

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