Obama deja el cargo habiendo incumplido el 24% de sus promesas electorales

Barack Obama, 44 presidente de los Estados Unidos de América. / Facebook Barack Obama
Barack Obama, 44 presidente de los Estados Unidos de América. / Facebook Barack Obama

Llegó a la presidencia y a los nueve meses le hicieron un regalo: el Nobel de la Paz. Ha inspirado con sus magníficos discursos, algunos de los cuales han escondido una realidad no tan idílica. En ocasiones ha pecado de iluso por su carácter soñador. Y ha dejado a una sociedad americana tan fragmentada que han sido capaces de encumbrar a Trump.

Obama deja el cargo habiendo incumplido el 24% de sus promesas electorales

El 44º presidente de los Estados Unidos de América, Barack Obama, abandona este viernes 20 de enero su puesto como líder del país más poderoso del mundo y deja su lugar en manos del polémico magnate Donald Trump.

Obama, el primer hombre negro en convertirse en presidente de EE UU abrió la senda para que el país volviera a hacer historia, esta vez, aupando a la presidencia a la primera mujer. Pero ante el pasmo de todo el planeta no fue así, Hillary Clinton perdió su oportunidad para llegar al más alto poder.

Barack Obama, abogado de profesión, comenzó su carrera política como senador en el estado de Illinois en 1997. De ahí dio el salto al Senado estadounidense en 2005 y cuatro años más tarde se convertía en presidente. Comenzó su mandato con un controvertido premio, el Nobel de la Paz por sus esfuerzos diplomáticos en pro del desarme nuclear, la consecución de un proceso de paz en Oriente Medio y el fomento de la lucha contra el cambio climático, los tres pilares en los que ha fallado durante sus 8 años de mandato. El Nobel le fue dado apenas nueve meses después de tomar posesión como presidente de EE UU. Casi como un regalo de bienvenida a su nuevo puesto de trabajo.

Desarme nuclear

EE UU es la única nación del mundo que ha usado armas nucleares en combate, durante los bombardeos sobre Hiroshima y Nagasaki de la Segunda Guerra Mundial. Por eso Obama se ha expresa en diversas ocasiones sobre la obligación moral que tiene el país de seguir liderando el camino en la eliminación de ese tipo de arsenales.

EE UU y Rusia poseen en conjunto más del 90% de las armas nucleares del mundo, de ahí que Obama afirmase en un artículo publicado en The Washington Post en 2016: "deberíamos negociar para reducir aún más nuestras reservas".

Estados Unidos suscribió el Tratado de no proliferación de armas nucleares en el año 1995, un pacto internacional que restringe la posesión de armas nucleares a los países firmantes y según lo pactado en sucesivas conferencias enmarcadas en este Tratado, desarrollar la utilización de la energía nuclear con fines pacíficos. Pero bajo el mandato de Obama, el país ha seguido desarrollando y mejorando ojivas nucleares. La más reciente en agosto de 2016, la B61-12. “La B61-12 LEP es un programa conjunto de la NNSA y la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF) que conserva un elemento crítico de la tríada nuclear de Estados Unidos y de la disuasión extendida. El LEP reacondiciona ambos componentes nucleares y no nucleares para extender la vida útil de la bomba”, cuentas desde la Administración de Seguridad Nuclear Nacional de Energía (NNSA). "Estos programas de extensión de vida apoyan directamente la directiva del presidente Obama para mantener una disuasión nuclear segura y eficaz, al tiempo que reduce el tamaño de las reservas", dijo el secretario de Energía de Ernest Moniz. Y es que esta bomba B61-12 reemplazará a las existentes B61-3, -4, -7 y -10.

Gran contraste es este desarrollo de bombas nucleares con las emotivas palabras que tres meses antes Barack Obama pronunciaba en Hiroshima: “los artefactos atómicos son una prueba de que "la humanidad tiene los medios para destruirse a sí misma" y abogó por un "mundo sin armas nucleares".

Desde las Naciones Unidas (ONU) destacan que los Estados que poseen armas nucleares apenas han logrado progresos, y la preocupación crece ante los esfuerzos de estos Estados por modernizar sus arsenales nucleares y las infraestructuras relacionadas.

Los dos países con más arsenal nuclear son EE UU y Rusia, siendo este último el que tiene el arsenal más grande del mundo (8.500 cabezas nucleares frente a las 7.700 de Estados Unidos).

Firma del acuerdo START III entre Obama y Dmitry Medvedev, presidente de Rusia hasta 2012. / Wikipedia

Firma del acuerdo START III entre Obama y Dmitry Medvedev, presidente de Rusia hasta 2012. / Wikipedia

Nadie duda de las buenas intenciones de Obama que al año de llegar a la presidencia consiguió impulsar y que fuese firmado y ratificado el START III entre EE UU y Rusia, por el que las partes se comprometieron a reducir su arsenal atómico en dos tercios, lo que suponía limitar a 1.550 ojivas el arsenal de cada una de las partes y a 800 lanzaderas de misiles intercontinentales balísticos no desplegados (ICBM), lanzaderas submarinas para misiles balísticos (SLBM) y bombarderos pesados equipados con armamento nuclear. Pero como hemos visto el número de cabezas nucleares de ambos países 7 años después de la firma del START III está muy lejos de la cifra de 1550 ojivas.

Consecución de un proceso de paz en Oriente Medio

Obama deja el cargo estando en el extremo opuesto a conseguir encauzar un proceso de paz en Oriente Medio. Antes de entrar en detalles, un dato: la administración de Barack Obama ha lanzado 10 veces más el número de aviones no tripulados que Bush. La mayoría de estos drones han atacado Pakistán, Afganistán y Yemen, según la investigación realizada por The Bureau Investigates. Además, el saliente gobernante es el primer presidente estadounidense en completar dos periodos completos de su mandato teniendo tropas de su país en combate activo

> Libia. Muchos analistas lo consideran uno de los mayores fracasos de la Administración Obama. En 2011 participó en la intervención militar para derrocar a Gadafi. La operación fue un éxito en términos de que Gadafi acabo linchado y muerto a manos de los rebeldes apoyados por la OTAN. Pero ¿qué es de Libia hoy en día? Un estado fallido con diversos bandos que luchan por el poder y el dinero cometiendo crímenes de guerra según Amnistía Internacional. De nuevo, diferentes analistas llaman la atención sobre el fracaso de Obama para planificar e implementar una estrategia posterior a la intervención en el país.

> Egipto. Aunque se trate de un país africano es importante por su situación geográfica y por lo acontecido allí durante el mandato de Obama. La primavera árabe de 2011 sacó del poder al dictador Hosni Mubarak con quien EE UU mantuvo una alianza durante los 30 años que estuvo en el poder, recibiendo ayuda militar y económica durante todo ese tiempo, alcanzando los últimos pagos la cifra de US$1.500 millones anuales. Desde entonces se han sucedido tres presidentes hasta llegar a Abdulfatah Al-Sisi para quien  Washington liberó US$575 millones en ayuda militar, congelados tras el golpe de Estado contra el exmandatario Mohamed Morsi. Dinero enviado a pesar de que Al-Sisi protagonizó una de las condenas más polémicas:  tres periodistas de la cadena de noticias Al Jazeera fueron condenados a 7 años de prisión pro ser críticos con el régimen de Al-Sisi. Los medios estadounidenses criticaron en su momento la ayuda económica de la Administración Obama a Egipto que no ha cesado. Y es que Obama – al igual que sus antecesores - ha permitido cualquier  actitud dictatorial de los gobernantes del país árabe y les ha apoyado económicamente por dos razones: la situación geográfica de Egipto es estratégica y paso para el comercio y el flujo mundial de petróleo y sobre todo, es el brazo armado de EE UU hacia Oriente Medio y África.

> Siria. Aunque las buenas intenciones de Obama desde que llegó al cargo fueran poner fin a una década de guerras, la realidad de su política ha sido otra. En Siria quiso resolver el conflicto mediante la vía diplomática, incluso cuando se supo que el presidente Bachar al Asad utilizó armas químicas contra su propio pueblo. De nuevo, la prensa estadounidense criticó su falta de actuación. Pero finalmente, en septiembre de 2014 Obama anunciaba en rueda de prensa que EE UU entraba en combate, no contra el presidente Al Asad sino grupos que se le oponen, como el Estado Islámico (EI). Lo que primero solo iban a ser ataques aéreos se convirtió también en presencia militar sobre el terreno. El objetivo oficial de las tropas es asesorar y asistir a las milicias rebeldes que luchan contra el ISIS. Lo que no ha cambiado es el objetivo del ataque: derrotar al ISIS y no al régimen de Bachar el Asad.

Con respecto a la política de Obama en Oriente Medio hay una frase pronunciada por Marc Lynch, profesor de Ciencias Políticas y Asuntos Internacionales en la Universidad George Washington , donde también es director del Instituto de Estudios del Medio Oriente y del Programa de Estudios sobre Oriente Medio, que expresa muy bien lo ocurrido: “Su Administración [la de Obama] ha fallado consistentemente a la hora de cumplir las promesas formuladas en sus inspiracionales discursos”.

“Su Administración [la de Obama] ha fallado consistentemente a la hora de cumplir las promesas formuladas en sus inspiracionales discursos”, Marc Lynch.

Esta frase también se aplica a la propia persona del presidente saliente. Un hombre de maneras exquisitas y gran orador. Inspira, contagia entusiasmo y magnetiza a aquellos que le escuchan. Probablemente algo que jamás conseguirá Donald Trump. Pero, más allá de esta pose perfecta, Obama ha incumplido el 24% de las 533 promesas realizadas durante su campaña electoral y cumplido 48%, siendo un 28% compromisos, según el Obameter de Politifact. Algunas de estas promesas incumplidas se enmarcan en las que sustentaban su Premio Nobel de la Paz, erróneamente entregado a su persona. Quien, al recibirlo, recordemos que también en esa ocasión pronunció una frase para el recuerdo: "hay que aceptar la dura realidad. No erradicaremos el conflicto violento en nuestras vidas".

Lucha contra el cambio climático

Barack Obama ha sido un firme defensor de la lucha contra el cambio climático, al contrario que Donald Trump.  Más allá de discursos memorables y apariciones públicas con conocidos actores concienciados con la lucha contra el cambio climático, Obama presentó un ambicioso plan para reducir las emisiones de carbono de las centrales eléctricas de todo el país, el Plan de Energía Limpia que buscaba reducir para 2030 en un 32% las emisiones de las centrales termoeléctricas respecto a los niveles de 2005. Y lo presentó usando consignas como “mitigar el peligroso cambio climático”, “proteger la salud pública” y “brindar un liderazgo internacional” y “proteger al planeta para nuestros hijos”. Bellísimas palabras que calan en el corazón y la mente de cualquiera. ¿Cómo oponerse a este plan?, se preguntaba Chip Knappenberger, director adjunto del Centro para el Estudio de la Ciencia en el Instituto Cato, en un artículo publicado en CNN. “Desafortunadamente, tras realizar una inspección minuciosa, el impacto real del clima resulta ser en gran medida indetectable y los beneficios para la salud pública, endebles, en el mejor de los casos. Es difícil dejar el mundo en mejores condiciones para las generaciones futuras al reducir deliberadamente el ritmo del desarrollo humano, y esto es lo que este plan pide, desafortunadamente”, escribía Knappenberger en este artículo.

La realidad es que en febrero de 2016 la Corte Suprema de EE UU bloqueó plan de Energía Limpia de Obama. Que a día de hoy sigue sin efecto.

La firma del Acuerdo de París o, por ejemplo, la prohibición permanente en 2016 a las perforaciones marítimas de petróleo y gas natural, en grandes zonas del Ártico y frente a la costa atlántica, son algunos de los gestos que deja Obama como su legado en la lucha contra el cambio climático. 

En esta ocasión sí se puede decir que Obama ha sido claro en sus intenciones y no ha hecho uso de una doble moral.

Obama hablando en la cumblre del clima Paris 2015. / Youtube

Obama hablando en la cumblre del clima Paris 2015. / Youtube

¿Y la inmigración? Obama ha deportado a más de dos millones y medio de personas: más de lo que había deportado ningún Gobierno anterior. Los últimos datos del Pew Research Center (PRC) demuestran que el Gobierno de Obama mantuvo un índice de expulsiones muy superior al de George W. Bush. Eso sí, Obama intentó que 11 millones de inmigrantes ilegales regularizaran su situación y proporcionarles permisos de trabajo, pero la oposición republicana en el Congreso lo impidió.

8 años de mandato de Barack Obama. / Infografía Stampaprint Europe Srl

8 años de mandato de Barack Obama. / Infografía Stampaprint Europe Srl

De sus promesas cumplidas las más destacables son:

La Ley de Asistencia Asequible, mundialmente conocida como Obamacare. La ley, aprobada en 2010, ha extendido el seguro sanitario a 20 millones de estadounidenses, mejorado el acceso a la atención médica también ha aquellas personas que carecen de seguro médico. Pero esta Ley nunca ha estado exenta de polémica por su alto coste para el Estado y Donald Trump ya se ha apresurado a indicar que la derogará en sus primeros 100 días como mandatario.

El reglamente financiero Dodd Frank, que impuso nuevas normas a Wall Street, redujo la posibilidad de que se produjera otra crisis grave en el sector financiero. Además la tasa de desempleo está en su punto más bajo de la última década (4,6%) y el precio de la vivienda ha subido un 23%. Dominic Rushe, columnista de The Guardian escribía recientemente que el éxito económico de la Administración de Barack contrasta con que “Obama ha dejado demasiadas personas con la sensación de estar mal pagadas y de vivir en la precariedad”.

Este viernes 20 de enero deja la presidencia de la Casa Blanca un hombre que ha sabido inspirar con sus magníficos discursos. Un hombre que tenía un sueño pero un hombre que no gobernaba solo: un Congreso, Senado y la justicia estadounidense ha frenado en diferentes ocasiones algunas de sus propuestas, algunos de sus sueños. Lo cual deja un poso de duda sobre si Obama ha sido un iluso en algunas de sus políticas.  El cambio que ya llega imparable se llama Donald Trump a quien se le pude criticar abierta y razonablemente por su dialéctica violenta. Veamos cómo trabaja su Administración en estos 4 años de gobierno Trump.

Para ver todas sus promesas, las cumplidas y las que no Politifact ha realizado un magnífico trabajo en su Obameter en donde el cierre de Guantanamo, prohibir las armas de asalto o aumentar el salario mínimo están también entre sus grande promesas rotas.

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